miércoles, 15 de diciembre de 2010

Esos guateques decembrinos

Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.

Joan Manuel Serrat

Muchos de mis conocidos saben que al aproximarse las fiestas decembrinas, me pongo algo inquieto, y no es precisamente por los gastos que se avecinan, algunos de ellos dicen que me vuelvo una especie de Grinch, pues comienzo a despotricar en relación a los pretextos que mis conciudadanos inventan para justificar sus pachangas y pedotas que organizan.

Digo, para qué jodidos hacen alusión al término “posada” a la fiesta que organizan para embrutecerse con las bebidas embriagantes, cachondear con sus compañeros de trabajo, platicar las mil y una peladencias con tal de hacer un supuesto ambiente de fraternidad, y lo más patético, eludir a las funciones laborales con el argumento de tal evento.

Además en el trilladísimo intercambio de regalos a nadie se le da gusto, unos consideran los presentes recibidos como poca cosa comparados con los obsequios que ellos entregaron, o sea, en lugar de fomentar el compañerismo o el sentimiento de hermandad, muchos terminan molestos.

Es una pena que la esencia de esas fiestas que nos legaron los frailes españoles durante la conquista para erradicar el politeísmo de nuestros ancestros se haya tergiversado, convirtiéndose en justificaciones del comercio para vendernos millón y medio de porquerías que nadie necesita, por ejemplo, los infantes cada año en su misiva al gordito de ropas rojas, piden cosas más caras que el bolsillo de sus progenitores se aleja del presupuesto; el raquítico aguinaldo se empequeñece con los altos precios, los robos y extorsiones se multiplican, es más, es tan alta la carestía de la vida que en los últimos meses hasta el mismísimo Santa Claus se vio en la necesidad de recurrir al robo, teniendo que asaltar dos bancos de nuestra ciudad, imagino para poder adquirir esos carísimos juguetes, a raíz de esto los anoréxicos imitadores de una conocida tienda de zapatos temen ser confundidos con el original, y remitidos a prisión por hurto.

La pinche estrategia mercantil cada vez se adelanta más, este año les valió un comino que los mexicanos estuviéramos celebrando el centenario de nuestra Revolución durante el mes de noviembre, pues en la mayoría de los centros y plazas comerciales se podía observar a Villa y Zapata compartir departamentos de ventas con muñecos de nieve y flores de “Noche Buena”; los adornos navideños invadieron los hogares y oficinas de nuestro país mucho antes del quince de diciembre, fecha en la que antaño oficialmente de acuerdo al calendario iniciaban.

Lo que me caga de todo esto, es percibir en las personas, como si nada más en esta época es la precisa para ser bondadosos, amables, alegres, felices, etcétera. Para colmo a pesar de ello, la mayoría de nosotros por estar ocupados pensando en seleccionar los adornitos, eligiendo el follaje del arbolito para que sea un buen complemento del diseño de la casa, haciendo la lista de regalos, planeando los platillos de la cena de noche buena, lo cual implica muchas de las veces una fuerte carga de presión, que nos hace olvidar el verdadero espíritu de la navidad; pues con el simple hecho de limitarnos a comprar y envolver paquetes, llegamos a creer que con ello ya cumplimos o nos llena de satisfacción la estúpida idea del compromiso, considero que los sentimientos para aflorar no deben de obligarse, más bien deben fluir por iniciativa propia, en lugar de que jodidas empresas nos los programen como vulgares autómatas.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

¡Quiúbole mi chato!

Un conocido que tenía mucho tiempo sin ver, en cierta ocasión lo encuentro, al mirarlo le noto extraño, como que faltaba algo, entonces descubro que se hizo cirugía en la nariz; pasados unos minutos de charla, al verlo más relajado y seguro de sí mismo, por fin sacio la curiosidad preguntándole por qué se atrevió a someterse a tal operación. De respuesta me dice que la forma en cómo tenía su nariz nunca había sido de su agrado, además de que contaba con los medios económicos, por lo tanto se le facilitó descartar lo que la madre naturaleza otorgó y recurrir al Dios de la cirugía estética.

Argumentando que a partir de ello es más feliz, las mujeres le prestan mayor atención, ya puede ver a la cara con los que charla sin la zozobra de imaginarse que se están mofando del tamaño de su nariz. Híjole, la verdad nunca pensé que la facción saliente del rostro humano, entre la frente y la boca, con dos orificios, que comunica con el aparato respiratorio, fuera un trauma.

Siendo honesto, acá entre nosotros, como que la forma que le dieron a su recién creada nariz, no encaja muy bien con la fisonomía de su cara, muchas veces me da la impresión que los cirujanos estéticos, tienen un solo molde, pues los dejan con la imagen de Micheal Jackson, Alfredo Palacios o Eddie The Head, el ícono de la banda metalera Iron Maiden, y si a ello le agregamos que los ojos se les ven como los de Horacio y Clarabella de Disney, alargados y hondos, pues no se ven tan bien que digamos.

Además, ¿por qué vivir traumado? Siempre he dicho que mi nariz se asemeja a una pasilla rellena capeada y por ello no me siento inhibido ante los demás, digo, no tengo la facilidad de palabra del célebre Cyrano de Bergereac, mucho menos la capacidad olfativa del personaje del Perfume, Jean-Baptiste Grenouille -por cierto, “grenouille” en francés significa rana-; la parte positiva es que no me crece por decir mentiras como la marioneta de Geppetto, salvándome así de ese terrible polígrafo.

Tampoco soy capaz de moverla como Samantha Stephens de la serie “Bewitched”, y hacer mágicos hechizos; menos aun alumbrar al prójimo como Rodolfo el reno; pero mi nariz es la mía y nadie la tiene como yo, es decir, cuando alguien me vea de lejos dirán “ahí viene éste, con su pinche narizota a meterla donde nadie le llama”.

De igual forma, con nariz hermosa o de perico se pueden percibir los olores de las rosas, la buena comida, el excremento y lo putrefacto, ¿entonces, para qué gastarnos una fortuna en operaciones? Al fin de cuentas con ella nacimos y moriremos con ella, pero si no le gusta, pues mejor quítesela por completo para que no le haga feo.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Prueba superada

Figúrese estimado lector que con eso del avance tecnológico a los adultos mayores les cuesta algo de trabajo adaptarse a los artilugios modernos, a mi abnegada madrecita se le dificultó tanto aprender a utilizar la videocasetera, y cuando por fin sabía manipularla, salió al mercado el reproductor de DVD; entonces tuvimos que darle otro curso de capacitación, actualmente es una experta en su manejo, es más, le encuentra sentido al poder ver películas y escuchar sus discos favoritos de música en un mismo aparato, también se maravilló por el formato MP3 que le brinda horas de placer auditivo.

Me fascina ver el séptimo arte en su compañía, pues todavía guarda esa añeja costumbre de vivir en carne propia los personajes, conforme avanza la película denota ánimos distintos según el sentido de la trama. Una noche cuando disfrutábamos de la película “Prêt-à-porter”, en una escena donde aparece el actor italiano Marcello Mastroianni, sorprendida mamá exclamó “¡Jesús bendito! ¿Qué feo se puso con los años? Ni se parece”. Tal expresión me hizo reflexionar y entender que la vida es muy sabia, pues para engañar a la muerte nos va camuflando, así cuando esta nos quiera llevar lo más seguro es que se tarde un buen tiempo en identificarnos, es más, hasta puede llegar a confundirse con otro.

Por eso, muchas gracias a las patas de gallo que se van formando en la comisura de nuestros ojos, lo escaso del cabello en la mollera, la flacidez abdominal, los múltiples hundimientos lineales que interrumpen la uniformidad de nuestra superficie cutánea, pues debido a ello mutamos y nos vamos haciendo distintos.

Entonces porqué preocuparme de la esporádica impotencia sexual, la pérdida de serotonina que me va haciendo más furibundo, ansioso, lleno de angustia y explosivo; pues estoy consciente que todo ello es factura del avance de la edad para irme transformando en otro.

Me sobran los motivos para agradecerle a la vida que cada año me va haciendo diferente, y hoy más que nunca que por fin dejé atrás la edad de 41 años, ya puedo presumir que tengo 42 sin el temor de que alguien diga “estás en la edad peligrosa”, más ahora que Ricky Martin y Tiziano Ferro decidieron salir del closet; alabado sea el Altísimo porque continúa gustándome el género femenino, no en todas sus expresiones, por ejemplo hay mujeres masculinas que no son de mi agrado al igual que los hombres femeninos.

Con el transcurrir de los años ya no soy presa fácil de las damas que nos unía un taxi, el cuarto del motel y un estriptis, esas mujeres que me daban sus caricias a cambio de unos cuantos billetes y por quince minutos hacían que me sintiera un Casanova de alcoba, a pesar de ser tan torpe como la experiencia me lo ha escupido a la cara infinidad de veces. Menos aun, de las pequeñas perversas estudiantes de falda corta y piel de durazno, que intentan satánicamente seducirme por una decorosa calificación de las asignaturas que imparto.

Del empleo con la experiencia que se va adquiriendo, desaparecen las diferencias de edad, pues colegas que fueron mis profesores de bachillerato, en la actualidad compartimos ideas, opiniones y la creatividad que desbordan, lo cual nos hace congéneres.

Lo único lamentable es que de mi vida tan sólo un quince por ciento lo he disfrutado con mi familia, otro veinticinco en las aulas escolares y un sesenta han sido desperdiciados en ver televisión, conectado en la internet o escuchando música. Es tan cierto que la vida se nos escapa gracias a tantas cosas que llegamos a considerar “importantes”, que nos vamos envejeciendo interiormente preocupados por esas pequeñeces que muchas de las veces ni tan relevantes lo son. Es necesario hacer una pausa en nuestra ajetreada vida y reflexionar sobre lo que hemos descuidado, lo que debemos de mejorar o modificar.

Es una tristeza que le damos mayor prioridad a los cambios físicos que a nuestras relaciones familiares, preferimos comprar productos que supuestamente perpetúan la juventud, como tintes para el cabello, lociones capilares, cápsulas regeneradoras de la vitalidad, pastillas para ser virilmente aceptados por el sexo opuesto, entre otras nimiedades que lo único que nos causa son falsas ilusiones de nuestra persona.

Por lo tanto estimado lector, permita a la naturaleza seguir su curso, nunca va a poder engañarla; si uno aprende a aceptarse conforme la edad lo va transformando, probablemente la muerte no llegue a reconocerlo y pase de largo. Ahí tiene a Marcello Mastroianni, quien a dos años de regresar a la farándula después de su retiro, la calaca logró identificarlo, llevándoselo a dormir siempre con ella a finales de 1996. A pesar de reconocer lo anterior, seguro estoy, que aunque me proponga modificar tales costumbres, al dar la vuelta a la esquina lo habré olvidado y continuaré cometiendo las mismas estupideces de siempre.

lunes, 29 de noviembre de 2010

La Torre de Babel

"Si queréis conversar conmigo,
definid primero vuestros términos". Voltaire


En la actualidad se vive un mundo vertiginoso en donde la velocidad es sinónimo de eficacia, es como si se debiera actuar primero y después se pensase; se cuentan con diversos utensilios que permiten el intercambio de satisfactores que los medios de comunicación nos han proporcionado en el constante bombardeo publicitario, y que con el paso del tiempo se implantan en nuestra vida, generando así una total dependencia entre los aparatos y nosotros.

La rapidez que exigen los medios de comunicación como lo son los mensajes de celular a celular, el entablar una charla en alguna sala de chat en la internet ha producido en las nuevas generaciones que el lenguaje escrito se vuelva sintético, por ejemplo para escribir palabras como "que" utilizan dos formas, por un lado puede ser útil la letra "Q" o también la literal "K", de igual manera para escribir la palabra "llegue" recurren a la simplificación literal de dos consonantes "YG", o la trillada síntesis romántica "TQM" que significa "te quiero mucho"; tales simplificaciones en la redacción son de gran utilidad, pues permiten estar en sintonía con el ritmo de vida de nuestros días, el problema radica en como estas reducciones boicotean la escritura en el idioma, pues al utilizarlas de forma común, poco a poco se vuelven del dominio popular y se llega a creer que escribir de esa forma es lo correcto.

Si a lo anterior se le agrega el lenguaje que hoy en día nuestra juventud emplea para comunicarse, en donde combinan frases en castellano y ciertos anglicismos varios de mis exprofesores de lengua y literatura se volverían a morir de la impresión que les causaría el escucharles; pues durante las últimas seis décadas se ha observado la eclosión de diversas formas de expresión verbal producto de las diferenciaciones de carácter clasista y regionalista derivados de perjuicios o estereotipos culturales como los son las castas sociales que deambulan en el entorno urbano: chilangos, fresas, cholos, chicanos, chuntaros, pochos, pachucos, guachos, etcétera. Estas divisiones ficticias además de generar una diversidad cultural que influencia a los púberes en la forma de vestirse, les inculca un vocabulario nuevo que difiere al practicado en el seno del hogar y que por ser diferente resulta atractivo a las grandes masas de chicos y chicas.

Resulta curioso que en su mayoría este nuevo lenguaje de la adolescencia adquiera significados distintos a su equivalente en castellano y en el inglés, y es que además del raro acento con que se pronuncian, también se debe de considerar la forma en como se gesticulan los músculos del rostro al expresarse.

Descifrar lo intrincado de estas formas de expresión tiene sus riesgos pues se podría caer en subjetivismos al explicar el significado de algunas frases que según la juventud pueden ser del "vocabulario común". A continuación pretendo hacer una especie de interpretación a algunas de esas palabras tomando como base la opinión de varios jóvenes que han sido mis alumnos por los diversos semestres que he impartido clases, espero no caer en determinismos, pues como ya lo dije anticipadamente puede que no sean las definiciones correctas:

Palabras en castellano

ANTRO: Cuando los jóvenes se refieren a este termino, hacen alusión a los diversos centro de diversión que puede variar desde una simple discoteca, un restaurante o hasta un bar de moda en donde se reúnen a disfrutar de sus círculos de amistades.

NETA: Palabra que equivale a decir la "verdad".

"OTRO NIVEL ARRIMITIVO": Frase usada por los púberos cuando algo les parece fuera de lo ordinario, nótese que la palabra "arrimitivo" la emplean de manera incorrecta para señalar que algo esta superior, como si tratase de decir "arriba".

"TE ESCAMAS": Esta expresión es utilizada para indicar que alguien siente pena, vergüenza o pudor.

RAYANDO: Equivale a señalar que alguien llego con premura o en el tiempo exacto.

EXPULSACIÓN: Es una forma incorrecta de referirse a la frase "expulsión", la cual fue acuñada por una comentarista del programa de televisión Big Brother VIP, y que gracias a la gran difusión y popularidad de este "Reality Show" se ha adoptado incluso por personas adultas que lo expresan como si fuera una alegoría del lenguaje.

"CHIDA": Esta palabra la utilizan con mayor frecuencia para referirse a algo que les fascina o agrada demasiado.

"NO MANCHES": Esta frase dentro del caló juvenil es una especie de eufemismo para la palabras "no mames", por aquello de que mamar se ha difundido con ciertas reminiscencias sexuales; se le dice "mamón" al sujeto que se mofa de otros o que goza de mucha presunción en su persona.

NAVE: Se refieren al automóvil, vehículo o carro.

"CERO VARO": Equivale a no tener nada de dinero.

"OTRO PEX": Al igual que la frase "no manches", "pex" es una forma elegante de referirse al termino vulgar de una flatulencia o "pedo", nada más que aquí viene a ser referencia a "otro asunto"; por otro lado, si se le antepone el "que" adquiere el sentido de saludo, "¿Que pex, cómo te va?".

WE: Típica frase de todos los fresas abreviando la palabra "wey" para que se escuche mas "refinado", considérese que no se hace referencia al "buey", o sea, el animal cuadrúpedo vacuno que tira de una yunta, sino al amigo o compañero.
SAZ: Es como decir "estoy de acuerdo".

SALE: Esta palabra guarda una estrecha semejanza con la anterior, pues equivale a la misma definición.

AMAGAR o FAJE: Ambas frases hacen alusión al momento en que una pareja expresa sus sentimientos de forma física.

HORRY: Es el apócope de la palabra horrible y equivale a que algo esta feo, es asqueroso o desagradable.

NACO: Según Carlos Monsiváis esta palabra etimológicamente proviene del termino Totonacos, segunda etnia indígena más grande de Veracruz; el vocablo Totonaca se compone de los términos "tu'tu" o "a'ktu'tu", que se refiere al número tres y "nacu'" que significa "corazón". Resulta contradictorio que una palabra que encierra un significado tan cordial, en el lenguaje de los muchachos adquiera un cariz despectivo de decirle a una persona que su presencia es non grata, poco agradable e incluso se vuelva aun más peyorativa cuando se le dice "Nacayote".

GATETE: Término que se dio a conocer por el actor Kuno Becker en cierta telenovela para tratar de una forma despectiva a una persona; al parecer este actor quiso señalar el despreciativo de gato de una forma incorrecta, y por ignorancia de la juventud esta palabra se utiliza como sinónimo de "naco".

ABORIGEN: Es otra forma despectiva de referirse a una persona autóctona y vernácula de nuestro medio, también es un sinónimo de "indio o naco".

PROLETARIADO: Modo despectivo de señalar a la clase "baja" o bien a cierto sector común y corriente.

Palabras en inglés

PHONE: Teléfono en español; pero que los jóvenes utilizan para referirse a hacer una llamada telefónica o el número telefónico.

HIPER: Adjetivo calificativo para expresar un nivel de agrado o desagrado sobre algo o alguien.

COOL: Significa algo parecido a "padrísimo". En inglés significa frío y de acuerdo a los rasgos de la cultura anglosajona (slang) equivale a fenomenal, pero la única interpretación que encuentro entre nuestros adolescentes es "chingón"; para explicar el concepto de "Chingón" consúltese el libro de Eduardo Del Río (Rius), Mexicanismos y otras peladencias, editorial Posada, México, 1971.

CHATEAR
: Consiste en practicar el uso de alguna sala de chat en la internet, cabe aclara que esta expresión propiamente no existe en los diccionarios de habla hispana.

SUPER NICE o VERY NICE
: Muy agradable.

En un país donde la televisión se ha encargado de idiotizar a tres cuartas partes de la población y los profesores se la pasan en huelgas y paros laborales como pretexto para mejorar el raquítico salario que perciben, padres y madres de familia que quieren transformar a las escuelas en guarderías y reformatorios; resulta un pecado hablar correctamente, pues si así lo haces, ante la muchachada serás tachado de anticuado y pondrás una barrera semántica ante ellos.

Es inconcebible como ese léxico se aprende con facilidad y en menor tiempo que el invertido por los profesores de inglés al tratar vanamente en inculcar la lengua de Shakespeare a sus pupilos; de igual forma resulta ridículo como diversos escritores de la supuesta "onda", como áncora para atraer a los efebos a la lectura, recurren a este lenguaje y lo único que hacen es fomentarlo aún más; de manera semejante algunos docentes con el afán de didactar su enseñanza a los estudiante se apropian de este vulgar léxico, cayendo en la misma situación que los escritores.

Esto me remite a lo que alguna vez señalo Platón al decir que "hablar inapropiadamente no es sólo cometer una falta, sino hacer un daño irreparable a las almas"; entonces la Torre de Babel que de generación en degeneración hemos construido, nos lleva a una pregunta ¿En la actualidad se piensa como se habla?

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Ruido

“Ruido de abogados, ruido compartido,
ruido envenenado, demasiado ruido”. Joaquín Sabina

Dicen que cuando una gallina va a poner un huevo cacaraquea para que todo mundo se dé cuenta que va realizar esa actividad y advertir a las demás aves del gallinero que no se interpongan; en la raza humana muchos la imitamos, a poco no es patético escuchar al funcionario que por fin se le ocurrió una idea brillante, entonces es prioridad gritarla a los cuatro vientos para que todos nos demos cuenta que por fin su oxidado cerebro se puso a trabajar.

Caso semejante el tipo que le pone su nombre y apellidos a todo lo que realiza, así sean actividades inherentes a su función laboral, digo, si se trata de asuntos nuevos o que no se relacionan con su empleo, pues si es justo patentizarlos, pero si son actividades comunes, la verdad uno piensa que se trata sólo de reconocimiento social. Igual de patético es el que se va ir de viaje y tiene que decirle a todas sus amistades su itinerario, además anuncia que por motivos de su próximo paseo no podrá estar disponible, ¡qué asco!

Ya entrados en este tema, es vergonzoso observar como muchos con tal de alcanzar el codiciado reconocimiento social, hacen hasta lo imposible, por ejemplo escribir sus datos reales y completos para abrir una cuenta de correo electrónico, con el riesgo de ser suplantados por algún extorsionador; elaborar tarjetas de presentación incluyendo además del número de teléfono celular, hasta el de casa, o sea, más material para el crimen organizado que siempre está al acecho.

Es común observar entre los usuarios del Messenger a sujetos ávidos de poner en los cuernos de la luna su reputación, utilizando en los mensajes de sus nicks, frases que hacen alarde sobre las importantes actividades emprendidas o que están desempeñando: “ocupado haciendo tesis”, “dándole duro al informe”, “fue un éxito la ceremonia”, por citar algunas; en la red social de Facebook pululan individuos que en su perfil se encuentran redactados todos sus datos personales reales, además de rendir un humilde tributo a su ego escribiendo frases que motiven a sus supuestos amigos a “pensar”, siendo lo más penoso que sus contactos se sienten inteligentes al dar respuesta a tales planteamientos.

Algunas personas en lugar de preocuparse por su importancia social, deberían cuidar mejor su aspecto, lucen desaliñados, les chilla la rata por no utilizar desodorante y hasta a algunos les huele la buchaca a causa de su halitosis; muchos de ellos tienen un carácter de los mil diablos, son prepotentes, engreídos, entrelucidos; o sea, los clásicos que deberían ser tratados con pinzas.

Lo recomendable es mejorar el carácter, pues eso denota tal como es en realidad la persona, y la reputación es lo que los demás piensan de uno, es decir, es algo cien por ciento subjetivo.

Si de hacer ruido se trata, les recomiendo el que hacían mis progenitores en su adolescencia cuando iban cada fin de semana a un motel a ensayar su luna de miel, en la planta baja había un salón de baile, y todos los tertulianos incómodamente se quejaban con el dueño del inmueble del tremendo escándalo que papá y mamá producían en sus 45 minutos de lucha cuerpo a cuerpo sobre las sábanas.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿La oficina ideal?

Una mañana en las épocas cuando me desempeñaba profesionalmente en una conocida dirección general, un compañero de trabajo, con cierto desgano comentaba que se le hacía una injusticia tener que presentarse todos los días laborables a la oficina, pues sólo bastaba con contar en casa con una computadora conectada a internet y que cada quien desarrollara su empleo desde la comodidad del hogar.

Bajo esa idea el Messenger podría ser utilizado como un medio para eficientar la comunicación entre los compañeros, por lo tanto no existiría el morbo de saber qué tipo de ropas se portan ese día, es más, como uno se encuentra en su propia casa, hasta en paños menores puede estar, por lo tanto nadie se escandalizará de que te estás rascando las partes nobles; existiría menos probabilidad de un acoso sexual, pues quien así lo hiciera correría el riego de que sus intenciones queden guardadas en la bandeja de conversaciones.

Evitarías muchos de los conflictos que se suscitan en el ámbito laboral, por ejemplo los complots entre oficinistas para poner en mal a alguien, bueno no al cien por ciento, pues podemos desprestigiar con un correo electrónico a quien se nos hinche; ya no tendríamos que soportar los gustos musicales, charlas y malos chistes del colega; las suspensiones por horas de almuerzo desaparecerían, o sea, ese trillado dicho de “primero desayunar que ser cristiano” sería cosa del pasado, pues se puede degustar de los sagrados alimentos mientras se trabaja, y nadie que se queje de que la oficina huele a lonchería.

El correo electrónico se transformaría en el canal de enlace para que los altos mandos proporcionen indicaciones, den instrucciones y envíen materiales de trabajo, sólo a los muy pendejos les costaría mucho comprender tales indicaciones; las tediosas reuniones de trabajo se llevarían a cabo en salas de chat, así el jefe no se incomodaría al ver que alguno de sus subalternos bosteza o está todo desparramado sobre la silla, igual sería difícil poder hacer o decir alguna payasada, pues quedaría en evidencia quien así lo hiciese, ahorrándose la inquietante frasecita del dirigente de “voy a hacer de cuenta que no oí nada”, si, esa que te pone los tanates de moño.

De llegar a cumplirse los anhelos de este excompañero, según él se tendrían las siguientes ventajas: por un lado se disminuirían los congestionamientos viales a las horas pico, por lo tanto habría menos acorazados con llantas en las calles; los bebés ya no tendrían que ir a las desoladas guarderías, evitando la proliferación de tanto sujeto bipolar que pulula por allí; ya no se desperdiciaría papel, impidiendo con ello el holocausto de árboles.

Con esas justificaciones más de alguno se podría convencer de la factibilidad de tales aspiraciones, pero considero que al estar sentado frente a un ordenador, en la soledad del hogar o con las presiones domésticas, lo más probable es que las ideas para realizar proyectos, diseños o cualquier prototipo bajo esta forma de trabajo sean el resultado del copy paste, enviando por una cloaca el trabajo intelectual.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Escasez de blanquillos

A nadie gusta ser considerado como cobarde, pues de clasificarnos de esa forma, nos sentimos débiles, impotentes o faltos de orgullo moral, como si perdiésemos el honor. En repetidas ocasiones tanto en la radio como en el comic, el personaje de Kalimán solía decir que “solo el cobarde muere dos veces”, para referirse a lo deshonroso que es huir por la puerta fácil, es decir, dejar a un lado la responsabilidad de sus acciones y hacer caso omiso de las consecuencias que trae consigo cometer ciertos actos.

Saco lo anterior a colación, pues la verdad, me caga ser testigo de hechos que como seres humanos nos denigran; resulta que el otro día que visitaba una conocida tienda departamental, al pasar por el pasillo de cristalería, un pequeño de esos que dan la impresión que en su casa lo tiene enjaulado, pues como animal raro andaba tomando todo lo que se ponía por enfrente, mientras la mamá haciéndose la disimulada comparaba precios y calidad de los productos que ahí se exhibían, por su parte el chamaco al coger un angelito en fino cristal cortado se le resbala de sus manos y va a dar al suelo haciéndose añicos, la madre como sargento que suelen ser, lo regaña y le da un sopapo; al mismo tiempo que ejecuta tales acciones sus ojos escudriñan el lugar, al percatarse que nadie vio lo acontecido, recoge los fragmentos y los coloca en el espacio que instantes atrás ocupase, y como si nada hubiera sucedido abandona el lugar.

A esta señora le faltaron huevos para ir a la caja con los trozos de cristal y decirle a la cajera lo que había hecho su pinche hijo, prefirió esconderse como las bestias acorraladas, huyó de su responsabilidad y de poder haber educado a su hijo haciéndole ver las consecuencias de su chingada actitud; en cambio dejó endeudada a la responsable de ese departamento, pues lo pobre tendrá que pagar el objeto roto, ¿acaso piensan que los dueños de la tienda perderán sus ganancias por un simple error laboral?

De igual forma acontece cuando vas al banco a cambiar un cheque, y el presionado cajero te da el doble de la denominación, y tú feliz sales con la jodida idea de que ya chingaste, es tan grande Diosito contigo que te premia de esa forma, ni madres, tenemos la responsabilidad de regresarnos e ir con el empleado y hacerle ver su error, ¿qué tal si fuera al revés? Si te hace falta dinero inmediatamente te devuelves a pendejearlo y hasta evidenciarlo con el gerente.

Es una pena que la cultura de la transa sea más fácil de aprenderse que los contenidos académicos en las escuelas, gracias a ese reconocido “valor” de chingar, o sea, el que chinga mejor es el más capaz en nuestro país, esas si son competencias, ¿a poco no? Me atrevo a afirmar lo anterior con la certeza que me da el fracaso en tales menesteres, y, porque una tarde de esas calurosas que en nuestro Estado son comunes, un compañero docente al concluir su jornada laboral, se sube a su lujoso coche rojo, baja los cristales polarizados y se pone los absurdos lentes imitación “Dolce & Gabbana”, que compró en el tianguis y según él lo hacen sentir como aquel investigador privado de los ochentas llamado Thomas Magnum, enciende el motor del vehículo y le da reversa, con tal de llamar la atención hace que los neumáticos rechinen, pero debido a la velocidad y lo suelto de la arena se barre hasta enganchar su parachoques con la defensa del carro de enfrente.

Al darle marcha, la fuerza de arranque hace que se jale hasta romper la defensa del coche enganchado, inmediatamente para el suyo, desciende, y se cerciora de que a su automóvil no le haya pasado nada, al percatarse que no fue así, mira por encima de las gafas oscuras para cerciorarse de que nadie lo vio, al darse cuenta de que pasó desapercibido, se trepa de nuevo para abandonar el estacionamiento de la escuela, dándose a la fuga como méndigo delincuente.

De nueva cuenta, este compañero no tuvo el suficiente valor civil de ir a buscar al dueño del auto dañado y hacerse responsable de su babosada o de perdida colocar en el limpiaparabrisas del afectado un papel con su número de celular asumiendo la estupidez de su acto; digo nadie lo va a matar por dañar lo ajeno si te comprometes a cubrir los gastos, en cambio siempre que lo vea pensaré, ahí va ese pocos huevos.

Además todos esos faltos de valor civil, se llenarán de cólera al leer en prensa o ver por televisión las injusticias que otros seres humanos cometen, al fin de cuentas los medios los evidenciaron y a ellos no, por lo tanto seguirán conviviendo con usted y conmigo como si nada hubiera pasado.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Cuál es la diferencia?

A lo largo de la profesión de docente, uno conoce infinidad de personas, es más, muchas veces me topo en la calle con alguno que fue estudiante de mi clase, al saludarme me deja perplejo, pues comienzo a escarbar en las entrañas de la memoria y no logro recordar de quién se trata, pues para ser honesto, únicamente recuerdo a dos clases de alumnos, los sobresaliente y a los revoltosos.

De entre esos estudiantes, hay uno que llamó mucho mi atención, por ciertas particularidades de su personalidad, para no ponerlo en evidencia lo llamaré Tommy. Este muchacho no entra ni en la categoría de nerd, mucho menos es un geek, más bien es una especie de sujeto silencioso, de esos que no van a las fiestas de la escuela, promociones y otros eventos. Taciturno en el trato con los demás, con un coeficiente intelectual por encima de la media, pero con pocos dones cuando se trata de platicar por el simple hecho de charlar y de los rituales sociales ordinarios. Eso sí, él sabe lo que realmente es importante en una charla, pues no le apetece perder el tiempo con palabrerías triviales o jueguecitos de status para tontos.

Para este chamaco todas las asignaturas tienen temas importantes, el problema son los profesores que no saben despertar el interés por ellos; por ejemplo, en la doctrina católica aprendió que el primer ecologista fue Noé, Jesús de Nazaret además de ser comunista, puede considerarse el precursor del feminismo. En su transitar por el bachillerato fue presidente de la sociedad de alumnos, nombramiento que se vio obligado a declinar debido a que su honestidad no le permitió continuar, pues, bajó el promedio de calificaciones y no era justo que su escuela tuviera un indigno representante, además nunca abusó de su fuero presidencial, pues a pesar de que las chicas lo asediaban, jamás sucumbió ante tal tentación.

Para colmo de sus progenitores eligió la ocupación de músico de rock, como es sabido, ésta no puede considerarse una profesión en nuestro país, a diferencia de otros donde hasta el gobierno beca a los que deciden hacer de este género un empleo.

Existe una anécdota interesante que viví al lado de este joven, resulta que una tarde antes de ingresar al aula, el personal de servicios, llegó con escoba y recogedor dispuesto a limpiar el lugar, para lo cual invitó a los estudiantes de forma educada a desocupar el inmueble mientras realizaba su labor, los alumnos molestos por el desalojo salieron murmurando improperios en contra del empleado; Tommy se sienta sobre la jardinera, de su morral saca un cuaderno y empieza a escribir.

Pasados cinco minutos, el intendente termina de asear el salón y sale silbando, inmediatamente ingresa el tropel de alumnos, Tommy se pone de pie al mismo tiempo que arranca la hoja del cuaderno haciéndola puño, para después tirarla en la jardinera; con la precaución de que nadie me observara, la junté y desarrugué para enterarme de su contenido, el cual expongo a continuación:

“Muchas veces me he preguntado qué hace un recolector de basura, algunos los clasificamos como un trabajo denigrante, denigrante porque se desarrolla en un medio lleno de desechos, desperdicios, cosas que las demás personas ya no necesitamos; pero, honestamente considero que no hay mucha diferencia entre su ocupación y la nuestra, sí, ¡la de nosotros los jóvenes!

¿Por qué digo esto? A poco no es cierto que algunos de nuestros cuartos de tan desordenados que los tenemos se asemejen al basurero municipal, con la diferencia de que la habitación de unos huele a combinación de perfumes con humedad y probablemente el de otros huela a suero de panela.

La escuela gracias al señor que hace el aseo está en condiciones agradables, si no estuviera esa persona, la verdad sería un sitio impenetrable, pues con esa idea que las generaciones actuales tenemos de que hay que darle trabajo al que lo necesite, entonces se nos hace fácil tirar al suelo del salón, pasillos y plaza cívica, la envoltura de las papas fritas, la viruta del lápiz, borrador de goma y las hojas que gracias a nuestras torpezas tenemos que arrancar de la libreta por la infinidad de veces que nos equivocamos.

A esto hay que sumarle que nuestra modernidad nos ha legado la cultura de lo desechable, y como su nombre lo indica, ahora todo es “úsese y tírese después”, entonces si la etiqueta del producto nos invita a hacerlo, pues obvio que no desaprovechamos la ocasión, y así contribuimos a ensuciar, nada más que con la diferencia de que ahora tenemos el permiso del consumismo y la comercialización.

Entonces para qué fingir que somos ecológicos, si en realidad el medio nos influye a hacer lo contrario, el mundo no se va a limpiar con spots de televisión y radio entre telenovelas o cada canción de la programación; es un hecho que sólo duran unos instantes y se nos olvidan con facilidad gracias a la barra de comerciales de productos chatarra, que de seguro son más.

¿Qué nos hace diferentes del empleado recolector de basura? Que a él le pagan por limpiar y nosotros pagamos por ensuciar, mientras sigamos adquiriendo tantas cosas que nos venden las tiendas que en realidad no necesitamos, nuestros planeta seguirá convirtiéndose en una enorme masa de desperdicio.”

Después de leer esto, me surge la inquietud, ¿acaso es este es el mismo alumno que aprobó con seis la clase de “Habilidades para el Aprendizaje”? ¿Se fue hasta examen de regularización en “Taller de Lectura y Redacción I y II”? o simplemente porque muchas veces los docentes calificamos la apariencia y actitudes de nuestros estudiantes mas, que sus capacidades intelectuales.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Mis amigos muertos

“Que los muertos aquí es donde tienen que estar
y el cielo por mi se puede esperar”. José María Cano

Estamos en vísperas de celebrarse dos acontecimientos parecidos, pero que de acuerdo a la idiosincrasia de cada país tienen un significado distinto, me refiero al Halloween norteamericano y al nacional Día de Muertos; en el primero nuestros vecinos del norte organizan tremendas borracheras, sus niños se disfrazan de los distintos personajes de la literatura macabra como el Conde Drácula, el humanoide creado por el Dr. Víctor Frankestein, brujas, momias entre otros personajes ficticios que la meca del cine gringo ha proporcionado a la reducida imaginación de las actuales generaciones; mientras que en nuestro México, lindo y querido, rememoramos a los familiares que se nos adelantaron en su viaje al infinito, obvio que también acá, como siempre tomamos ese hecho como justificación para embriagarnos y despelotarnos.

Cuenta la abuela materna, que es precisamente el Día de Muertos, cuando el Creador permite a los difuntos regresar del limbo para acompañar a sus conocidos que todavía continúan sufriendo en este mundo cruel y despiadado, razón por la cual es prioridad de nosotros los vivos elaborar un altar en honor a ellos, colocando en esos monumentos todo lo que en vida de forma material disfrutaban.

Ese día, hipotecamos el miedo y los escrúpulos, para ir como una especie de picnic al campo santo de nuestra entidad, evocamos momentos de alegría que luego se tornan en lágrimas por los que ya no están con nosotros; esto me recuerda el único caso de un amor que trascendió más allá de la vida, la triste historia de una pareja, y no me refiero a Romeo y Julieta de Shakespeare, no, me refiero a dos seres que se amaron tanto que forman parte de mis recuerdos.

Resulta que esta pareja, después de diez años de noviazgo, que para mí ya era un amasiato, deciden contraer nupcias, total que un día se casan, todas las noches viven su luna de miel, pero al cabo de cuatro años de casados no logran tener ningún hijo. Los médicos diagnostican que ella es la razón, pues si se embaraza, al dar a luz, tendrá que sacrificar su vida, pues su consistencia física no es lo suficientemente fuerte para resistir las inclemencias de un parto.

La mujer con tal de darle gusto a su amado esposo, se documenta y descubre que existe un 10% de probabilidad de salvarse, entonces se anima y convence a su marido; llegado el momento del parto, por infortunios del destino ella pierde su existencia por la de su retoño, yéndose al otro mundo con la dicha de haberle dado a su pareja el hijo que siempre anheló.

Mi amigo muy decepcionado por la pérdida de su amada esposa, entra en crisis sentimental y comienza a aislarse de la sociedad, pero con una firme razón, todas las noches al cerrar el cementerio brinca sus muros y durante tres meses y medio duerme sobre la tumba de su mujer haciéndole compañía, las primeras semanas el velador al descubrirlo lo sacaba, este con lágrimas y sollozos le cuenta su desventura conmoviendo tanto al empleado que hasta lo deja entrar por la puerta con todo y cobijas para que descanse en paz.

Actualmente es una persona normal, se volvió a casar, tiene mucho éxito en su trabajo y comparte conmigo el gusto musical por el cantautor español Joaquín Sabina, a veces cuando se pone nostálgico, piensa que su difunta esposa es parte del aire y algún día cuando le llegue la hora se juntarán a viajar de aventón por el viento.

Ya entrados en este asunto de los panteones y los que descansan en ellos, con el debido respeto, les contaré otra anécdota en la que un compañero profesor, víctima de una enfermedad terminal es separado de nuestro mundo; después de haber concluido su novenario luctuoso, encontrárseme en la entrañable oficina donde antes laboraba, eran las siete con cuarentaicinco minutos de la mañana, cuando al estar conectado al Messenger, aparece el interfaz con la leyenda “♠El que nada sabe, nada teme♣, acaba de iniciar sesión”, híjole, ese era el nick que el desaparecido docente utilizaba, con el botón derecho del mouse me coloco sobre la figurita verde, al darle clic, sopas me aparece la dirección electrónica de este, de pronto empiezo a sudar, titubeante le escribo, “amigo, ¿cómo sigues?”

En la parte inferior del Messenger, aparecen las palabras “♠El que nada sabe, nada teme♣, este escribiendo un mensaje”. Uta, por fin le encuentro algo útil al desgraciado programa este, poder comunicarte con el más allá. La respuesta que recibo es “Quién es usted?” Órale, es verdad lo que el Hinduismo dice, al morir, olvidamos quienes éramos para después reencarnar en otra especie como si nada nos hubiera sucedido.

Cogiendo valor, le explico quien soy y como lo conocí en este mundo materialista, entonces responde, “haaaa, el profesor ya murió, yo soy su cuñado y como en su computadora portátil dejó activado el automático de inicio de sesión, el cual no sé como desactivarlo cada vez que la enciendo, muchos me hacen la misma pregunta que usted, así que mil disculpas si lo asusté.”

Por respeto a la memoria de mi difunto amigo, guardé mis improperios de disgusto y le digo, no te preocupes, hasta pronto. Me desconecté inmediatamente y esa misma tarde no me presenté a laborar por la tremenda diarrea que tuve, así como el calenturón que por la noche padecí.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Historias del rascatripas

Cuando uno se pone a revisar su árbol genealógico se topa con personas tan disímiles, tan raras, que muchas veces ni nos imaginamos que forman parte de nuestra familia, por ejemplo, los primos de papá y mamá, hay que considerarlos como tíos al igual que los hermanos carnales de nuestros progenitores. Una de esas rarezas familiares, es el primo de mi padre, al que todos llamaban como ese árbol perteneciente a la división de las Gimnospermas, del orden de las coníferas; imagino porque se llamaba Agripino, y como es común en nuestro país, muchas veces no nos agradan los nombres legados por nuestros antecesores, razón por la cual éste prefería ser llamado Pino.

Este tío era trovador y bohemio por oficio, o sea, se ganaba el pan nuestro de cada día tocando y cantando canciones con una guitarra tísica y viuda en las diferentes cantinas, congales y prostíbulos del Colima de los años cuarentas. Debido al ambiente donde desarrollaba su profesión muchas de las veces los clientes en lugar de pagarle con monedas las desentonadas melodías que interpretaba, le invitaban distintos tipos de bebidas, ya entrado en copas le llegaba un estado de ánimo tan insoportable que los administradores del lugar se veían en la necesidad de llamar a la policía para que lo sacaran, con la terquedad que factura al alcohólico, insistentemente regresaba para ser corrido de nuevo, hasta que otro ebrio se solidarizaba con su causa armando tremendo lío.

En una de esas trifulcas su sacrosanta lira de Paracho fue sacrificada, pues la utilizó como escudo protector ante las trompadas que un gañán, le empezó a propinar por haberle coqueteado a la fichera que le acompañaba; a falta de centavos recurrió al auxilio de un amigo carpintero, el cual sustituyó la base trasera por barato triplay, lo mismo sucedía cuando no tenía recursos económicos para comprar cuerdas, le ponía hilo de cáñamo, argumentando que bien afinada ni quien lo notara, además a los violines les ponen tripas de gato como cuerdas y eso es más asqueroso.

Era de muy gran corazón, pues seguido cambiaba de pareja, gustaba de ir a los pueblitos que hoy difícilmente se pueden localizar con un GPS, a robarse a las aborígenes, engañadas con no sé que cuento se las traía a la ciudad, todo era felicidad hasta que las preñaba, ya embarazadas las inocentes mujeres se cercioraban de que a cuenta de canciones y sueños guajiros no iban a comer sus hijos, entonces terminaban por abandonarlo, regresándose a sus respectivas tierras, mientras el tío Pino, se sentía orgulloso de ser el máximo precursor de la tradición del Patriarca Abraham, multiplicando su descendencia como las estrellas del firmamento.

Cada vez que papá, nos llevaba a visitarlo además de admirar los cuatro perros de siempre que curiosamente se llamaban todos iguales sin distinción de raza y sexo, así como conocer a su nueva mujer, me gustaba escuchar las anécdotas que relataba, entre las que figuraban aquellas cuando Dios hizo al mundo y castigó a las abejas por matar a otras especies con su letal veneno obligándolas a producir miel y sacrificar su propia vida al picar, argumentando que hoy sí se muere la gente a causa de la miel de abeja, pero sólo los diabéticos; con señas ejemplificaba como el creador tomó las orejas del burro y en cada jalón repitió su nombre para que no se le volviera a olvidar, así también nos decía como castigó al alacrán quitándole las alas, para evitar que matara volando, con cierto agasajo en su paladar opinaba que si los alacranes dieran miel, su refugio sería el agave y la miel que estos producirían sería el exquisito mezcal.

Una de sus anécdotas que me resulta indeleble, es cuando en una de sus rondas laborales y con más de quince copas en la panza, en el conocido barrio de San Francisco de Almoloyan, entró a tocar a un pequeño bar, estando ahí dando sus mejores notas, de la bodeguita salieron dos hombres abrazados del cogote, uno era Chuy el elegante y fino dueño de la cervecería con su imagen a lo Clark Gable, el otro una figura que en su estado de embriaguez al tío se le asemejaba a su artista favorito, el conocido carpintero del Guamúchil, Sinaloa, con su mascada de seda amarrada al cuello, una fina camisa en satín verde pálido con botonadura de plata, pantalón de dril con plises café y su clásico bigote delgadito.

Aproximándosele lo cogió del brazo y le dijo, “quíhubo barrigón, arráncate con la Tertulia, tú me haces segunda, ¿sale?”. El tío todo nervioso empezó a hacer llorar su instrumento de cuerdas; el entusiasta tipo mientras cantaba, bailaba con el dueño de la cantinita y gritaba, “¡este Chuchis, es más hombre que todos los aquí presentes! ¡Aaajua!

En su mente la duda e incertidumbre envolvían a Pino, pensando que si se parecía al gran ídolo nacional, que en 1942 admiró cantando en la cancha del Deportivo Militar General Andrés Figueroa, sólo que este individuo tenía más de cinco dedos de frente, se veía menos corpulento que en las películas que repetidas veces disfrutó en el Cine Juárez; entonces convencido de que por lo borracho que estaba lo había confundido, terminada la canción, le dio las gracias y optó por abandonar el lugar, recibiendo un billete de diez pesos como respuesta, sus pupilas se ensancharon al ver la denominación del billete y casi arrodillado agradeció el apoyo, diciendo entre dientes “a sus pies, si no le rugen”.

Veinte años más adelante, unos amigos le confirmarían que el personaje que acompañó musicalmente era el mismísimo artista que tanto dudó, le entró una rabia consigo mismo por no haberse quedado a seguir la parranda con tan ínclita celebridad de la farándula nacional.

La última vez que vi al tío Pino, fue una madrugada cuando tenía dieciocho años dirigiéndome rumbo al ejército a cumplir con el Servicio Militar Nacional, este iba interpretando canciones en la ruta de transporte y cuando me vio, esbozó una chueca sonrisa, empezando a entonar “con todo respeto al seme ene, esta es para ustedes por madrugadores”, se escuchó de forma aguardentosa la canción de “Dios nunca muere”.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Gente bonita

“¿Por qué Dios mío me hiciste tan perfecto?
¿Por qué Señor no me diste algún defecto?
Yo sufro tanto por ser tan diferente quiero
ser feo como toda la gente”. Juan Carlos Gil.


Dicen que en Jalostotitlán, un pueblito jalisciense ubicado en el meritito corazón de los Altos, todas las mujeres, absolutamente todas, son hermosas, es como si los ángeles hubieran parido en esas tierras, es más, existe el rumor de que la actual Miss Universo, Jimena Navarrete tiene sus raíces ancestrales allá, por cierto, tal damita cuando fue nombrada como representante de la belleza universal, estimulada por el nerviosismo entre sollozos y algo afónica dijo, "no puedo pensar en nada, la verdad estoy en blanco"; ¡ay mi chula con semejante físico, creo que no necesitamos de tus palabras!

Estamos tan acostumbrados a lo visual, a lo que es bonito, a esa parte de la cultura que nos han heredado los medios de difusión, a esa forma de incentivarnos más por las formas y no por el contenido; que muchas veces nos preocupamos más por el qué dirán de nuestra apariencia. Será por eso que los días de mucha humedad me resulta difícil conservar el cabello bien peinado, lo que se vuelve un verdadero caos para los que estamos pelechando, pues se dificulta lograr aplacarlo, entonces ese autoengaño del que soy mi propia víctima se pone en evidencia, cuando el espejo me bofetea con la triste realidad.

Ya consciente de lo feo que estoy, salgo a la calle desilusionado, pero eso sí, antes de salir me pongo una gorra que disimule tal “defecto”, para colmo en el tránsito me topo con el microbús que a todo lo largo lleva escrito: “¿Calvicie? Cambia tu imagen, cambia tu vida, actúa ya, ¿qué esperas?” Con todo y su respectiva pinche fotografía, donde la guapa modelo introduce su blanca mano en la abundante cabellera del gallardo galán, como si tal acción fuera un verdadero orgasmo para la fémina.

Caminando unas cuadras sobre un anuncio panorámico se lee, “Adelgace, mejore su vida”, ¡ha jijos del mais! De pronto me reconozco como algo grotesco, asqueroso, comienzo a experimentar la jodida necesidad de comprar todos los productos que se ofertan para tener el físico de un ser humano genuino.

Ante tan ingrata publicidad, uno se pregunta, ¿la gente fea, obesa y calva no debería de existir? Pese a ello, algunos inocentones nutriólogos y psicólogos cuestionan el hecho de que existan tantas personas anoréxicas, bulímicas y acomplejadas, cómo diablos no vamos a turbarnos con todo ese desgraciado bombardeo mediático.

Para las clínicas de belleza es una bendición este tipo de divulgación, pues muchos bajo su influencia buscan complacer a esa sociedad que hace de la autoestima un negocio, arriesgando su pellejo con tal de aparentar un cuerpo ideal.

Lo más triste es que una vez que nos atrevemos a dar el paso del cambio, estamos convencidos de que pasaremos por una especie de metamorfosis donde la oruga se convertirá en mariposa, pero el efecto crisálida no es completo, pasado unos meses empiezan a aparecer los detalles que inconforman.

Como lo he dicho en repetidas ocasiones, nada nos satisface del todo, todo lo que tengamos y seamos no es suficiente, después de las operaciones estéticas, vuelve el fantasma de la inseguridad, encontrando nuevas cosas que no nos agrade de nosotros mismos, y que probablemente las demás personas ni cuenta se hayan dado de ello. Además, no hay que olvidar que así como nos invaden con productos para transformarnos, millones de veces nos chantajean el paladar con suculenta chatarra alimenticia, que sin recato la devoramos.

Afortunadamente la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico corrigió a tiempo en su página oficial, el dato que hace unas semanas publicó, basados en el estudio “La obesidad y la economía de la prevención”, donde ubicaba a México en el primer lugar a nivel mundial de personas con sobrepeso, ahora ese honroso título lo ostentan los vecinos del país del norte, que como ustedes saben, siempre quieren ser los primeros en todo y a nosotros nos corresponde el segundo lugar, quitándonos un peso de encima y ese sentimiento de culpa que nos restringe la gula.

Pensar en que nuestro físico se va a conservar en óptimas condiciones siempre o que algún día seremos los adonis publicitados, pese a que hemos nacido dotados de una complexión rolliza, honestamente es una fantasía; espero que el creador me brinde licencia de vivir veinte años más, para continuar observando en los medios a Jimena Navarrete con el rostro forrado de botox, rellena de silicón y con su tru-trú abdominal, mientras el público la continúa llamando Miss Universo, digo si Lupita Jones ostentó semejante nombramiento por diecinueve años, Claudia Córdova fue la Modelo del año por casi dos lustros.

Pero ellas son deidades de la farándula, nosotros los simples mortales tenemos que conformarnos con contemplarlas en el aparador de la fama, como a la cincuentona Olivia Collins que gracias a la magia del Photoshop luce buenísima en la revista del conejito elegante, brindándome horas de diversión en el baño; por lo que respecta a nuestro cuerpo, sólo se vive una vez, entonces que sea libre de expandirse a donde se le hinche la gana, nos leemos en unos cuantos kilos…digo días.

miércoles, 6 de octubre de 2010

No eres tú, soy yo

Continuamente conocemos personas que al tratar con ellas nos percatamos de que son cizañosas, pedantes, envidiosas, vulgares, desconfiadas, cobardes, irreverentes, etc., es más son las que muchas veces llegamos a pensar que dañan nuestra integridad. Cuando pienso de esa forma, y después de despotricar sobre los que considero así, recuerdo una breve historia que mi abuelo paterno al que todos apodaban como el Churi, y que en realidad tenía el nombre de aquel emperador austriaco arraigado en nuestro país por allá de 1863.

Además de sabio, el abuelo tenía una enorme panza, que según mi mujer, tengo la dicha de continuar con esa tradición familiar y al mismo tiempo rendirle tributo, el relato que él me narraba iba más o menos así:

Hace muchos años, en tierras del oriente existió un anciano que pasaba los días sentado al lado de un pozo cerca de la entrada del pueblo. Cierta vez, un joven se aproximó y le preguntó: yo nunca he venido por estos lugares, ¿cómo son sus habitantes? El viejo respondió con otra pregunta, ¿cómo era la gente de donde tú vienes? A lo que el muchacho agregó, egoístas y perversos. Por ello me siento contento de haber salido de allá. Pues da la casualidad, que aquí son iguales. Aseguró el longevo.

Media hora más tarde, después de que el primer mancebo se retirase, se presenta otro, al igual que el anterior, cuestiona al senil sobre los pobladores del lugar. El octogenario le responde con la misma pregunta que le hizo al anterior. Solo que esta vez el muchacho, asegura que de donde viene, las personas eran bondadosas, honestas, hospitalarias y trabajadoras; se jacta con cierto tono nostálgico de haberse separado de sus antiguos amigos.

Muchacho, ¡pero qué suerte tienes! Resulta que los de este sitio son iguales a los de donde tú vienes. Lleno de júbilo éste se introduce al pueblo para socializar con sus nuevos vecinos.

Un hombre que había llevado sus animales a beber agua del pozo, tuvo la suerte de haber escuchado ambas conversaciones, en cuanto el joven se retiró se dirige al vetusto, para preguntarle: ¿cómo puedes dar dos respuestas completamente distintas a la misma pregunta?

Mire- le respondió- cada uno lleva al mundo en su corazón. Quien no ha encontrado nada bueno en sus conocidos, tampoco lo encontrará en las personas nuevas que conozca. A diferencia de aquel que va por la vida cosechando amigos, siempre verá en el prójimo cosas positivas que sin dudarlo se reflejarán en sus actividades diarias. En pocas palabras cada quien en su interior, es lo que percibe en el exterior, por lo tanto así será captado por sus semejantes.

Es una pena que tan hermosa moraleja, no la recuerde en el momento preciso, siempre llega a la memoria cuando adopto una actitud arrogante de supuesto consejero espiritual y lo que es peor con doble moral.

Respecto al abuelo Churi, después de buscar la ansiada estabilidad emocional a través de la unión sentimental con once señoras, que por cierto, nunca se supieron adaptar a su molde; estar preso casi año y medio por haberse robado una nieta de cuatro años, que fallidamente intentó rescatar del maltrato de su exnuera; nos llegó la fatídica noticia de que a los 84 años murió a causa de una angina de pecho; cuentan los que lo acompañaron en sus últimos días, que en el lecho de muerte pidió a su compadre que le llevara una meretriz para que le acariciara los genitales mientras agonizaba, acto que lo hizo morir esbozando un gesto de satisfacción.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

¡Estese sosiego!

Tenemos la insana costumbre de quejarnos de todo, es más, muchas veces lo hacemos por vicio; entre esas quejas existe una en la que nosotros los que nos dedicamos a la ardua profesión de la docencia se la atribuimos a nuestros estudiantes, y es nada menos que la poca atención que algunos de ellos nos prestan cuando impartimos clases.

Es deprimente observar cuando en plena sesión nos damos cuenta del cuchicheo de las chicas más mitoteras del grupo, al igual el inquieto alumno que no deja de bromear con el de al lado, los que traen sus incómodas extensiones de oídos conectadas al iPod, es como si nos estuvieran dando el avión. El más terrible de estos casos es cuando alguno empieza a emitir bostezos como señal de alarma de que el interés por el tema se está volviendo tedioso y aburrido.

Es un gran acierto esa capacidad o más bien dicho, autoridad que uno posee en el aula; pues como ustedes saben esas actitudes nos cala hasta los hue…cos de nuestro orgullo, por lo tanto con el poder que nos ofrece el puesto que ocupamos optamos por darles libertad condicional a los que nos ca..laron las costillas. Entonces seguimos como si nada hubiera pasado.

Ya en la quietud o fuera de clase entre colegas docentes justificamos la actitud de estos chicos, culpando a la edad en la que se encuentran, a su baja capacidad de concentración y la poca tolerancia que poseen, entre otros defectos fáciles de achacar, lo más probable es que ocultemos así que nuestras dinámicas y técnicas de enseñanza ya no están al cien por ciento vigentes para la generación del arroba.

Tal falta de concentración para estar atentos ante el que habla no es exclusiva de los adolescentes, pues resulta que en días pasados asistí a un evento solemne, en donde concurrimos personas que ostentábamos títulos profesionales dignos de respeto, mas cuál fue mi sorpresa que a mitad del evento, en el momento en que una de las honorables personalidades del presídium daba su discurso me percaté que en una de las lunetas donde se ubicaba el ínclito decano de tal dependencia, en lugar de estar escuchando el mensaje del interlocutor se dedicaba a presumir a sus compañeros de junto las maravillas de su iPhone; mientras los representantes del partido político equis, seguían con entusiasmo el encuentro futbolístico a través de la señal del televisor de sus celulares.

No muy lejos de ahí en otro extremo un grupo de damas de la “high socialite” murmuraban admiradas su opinión sobre las nuevas uñas de acrílico que ese día la diputada portaba, así como las finas zapatillas italianas que llevaba puestas; en la fila del centro el cansado director de la empresa que por compromiso asistió inconscientemente retoza sobre los brazos de Morfeo, acción que no le permitía percatarse de los estrepitosos sonidos guturales que emitía al exhalar.

En la fila de al lado unos colegas profesores aprovechaban la privacidad de sus espacios para que oculto en las sombras producida entre el asiento de adelante y sus piernas intercambiar mensajes de texto por el celular.

¡Híjole! Con todo esto uno se pregunta, ¿y así nos atrevemos a exigir atención y respeto hacia nosotros? Si en un acto de tal índole no demostramos buenas actitudes o de perdida guardar silencio ante las autoridades ahí presentes, cómo la vamos a recibir de los demás; bueno, si los cristianos católicos en su culto dominical no muestran a veces un ápice de respeto ante la lectura de sus Escrituras Sagradas, es decir, ante su Dios, ¿lo van a tener ante un simple mortal? Que no se nos olvide, como por ahí lo dicen en esa religión, que con la vara que miden serán medidos, medidos no hacer palillos de dientes.

Bueno apreciado lector, eso es todo por el momento, pues debo de seguir concentrándome en los que este día se reunieron en la entrega de reconocimientos a la cual me invitaron, con el objeto de recabar más información antropológica.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ruinas

A los visionarios de nuestra Alma Mater

Año 2150, planeta Tierra, bueno lo que apenas se conserva de ella; desde hace cuatro décadas el agua regresó a su lugar de origen, descubriendo así vestigios de civilizaciones antiguas, que los destellos rojizos emitidos por el casi marchito y desgastado astro Rey ha ido secando.

Debido a las altas temperaturas durante el día, el ritmo de vida de los sobrevivientes al holocausto ecológico se ha visto modificado, realizando sus actividades cotidianas durante el lapso de tiempo que dura la noche.

La forma de vida de los nuevos habitantes se desarrolla en tribus, las cuales constantemente se disputan de forma encarnizada las escazas porciones de tierra fértil; pese a la barbarie en que se desarrollan, existen algunos clanes que continúan depositando su confianza en la educación formal. Es precisamente en uno de ellos donde se desarrolla lo que a continuación se les relatará.

Colliman, año de la agricultura, en la zona oriente de esa población cierta gélida noche, un grupo de párvulos muy bien abrigados con pieles de cordero en compañía de su instructora, la anticuaria Maese Ñiuz, visitaban las ruinas de lo que parecía el acceso a un monumento. Tal construcción fue encontrada debido a un terrible accidente en donde al excavar un equipo de obreros de la industria minera habían perdido la vida, pero en su muerte descubrieron parte del legado que sus antepasados heredaron a las generaciones predecesoras.

Lo que más llamaba la atención de los jóvenes visitantes, eran las agrietadas rampas en forma elíptica que al avanzar por ellas los hacía cambiar de nivel hasta llegar a lo más alto del monumento, en cuya cúspide se encontraban siete enormes pilares carcomidos por el paso de las inclemencias del tiempo, y que seguramente en su esplendorosa época sostenían el gran ojo de concreto que se encontraba a unos cuantos metros de distancia partido en dos porciones.

Cuentan que en el interior de ese gigantesco ojo se encontraron cientos de amarillentos documentos, grabados con una extraña máquina que originaba cierto relieve y pequeñas perforaciones, en la que se conjuntaban símbolos a los que según dicen pertenecía el sistema métrico decimal de las antiguas civilizaciones, de igual forma algo parecido a la escritura de ellos y algunos dibujos.

La mentor utilizando un lenguaje coloquial explica a sus pequeños discípulos, la majestuosidad de sus antepasados, rescata en su discurso la importancia de que legados como el que tienen frente a ellos, fueron construidos para no olvidar que algún vez tuvimos momentos de gloria y civilidad, por lo tanto es necesario conservar tales hallazgos como parte de nuestro recuerdo, pues si recordamos lo que fuimos, es seguro que no se nos olvidara lo que somos.

Los niños y niñas ensanchan sus pupilas, pasan su vista por los mohosos mosaicos que forman parte de las desmochadas paredes que circundan las desquebrajadas rampas, en donde se pueden apreciar infinidad de jeroglíficos en forma de manos de todos tamaños, algunos con dibujos otros con símbolos. De acuerdo a la subjetividad de los infantes cada quien la da su propia interpretación, los optimistas dicen que se trata de saludos, mientras que los pesimistas opinan que es una advertencia, otros señalan que son solo muestras de agradecimiento a la vida.

La profesora percatándose de que ya es hora de volver, pues de un momento a otro el Sol saldrá y eso significa que tendrán que quedarse ahí durante el terrible día, les pide que en sus papiros tracen a carbón lo que más le haya gustado del lugar y que se lo muestren a sus padres al regreso, también les solicita que cuenten a los demás la importancia de lo que fueron testigos.

Unas horas antes de dormir en el interior de su tipis, Zenyace, una pequeña de ocho años, mientras su madre le acomoda el catre, decide enseñarle lo que dibujó en su excursión a las ruinas, la mujer sin comprender mira las letras que en antiguo castellano dice “Lo que fuimos, somos, hemos sido y seremos en un futuro”.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Sueño vivido

“Lázaro, levántate y anda,
ponte el apellido, vuelve del olvido,
engánchate a la oferta y la demanda.” Sabina-Páez

Existe un instante en el momento que suena la alarma del despertador, cuando nos enderezamos de la cama, nuestra mirada permanece puesta en un punto fijo entre el horizonte del suelo y la pared; mientras nuestro cerebro como por arte de magia comienza a fraguar una serie de vivencias. Es como si despertáramos a otra realidad.

Esa madrugada don Pedro, el carpintero viudo de mi colonia, al ponerse de pie sobre el lecho, se observó rodeado de todos los perros que ha tenido y que el desdichado tráfico de la ciudad se los arrebató. Al unísono los canes movían sus rabos y se esmeraban por lamerles las manos; de pronto la puerta del cuarto se abrió dejando entrar una luz azul celeste que iluminó la habitación, era su difunta esposa Bertha, que estirando los brazos se acercó hacia él, lo apretó y tomándolo de la mano se lo llevó con ella, seguidos por la manada de mascotas.

Tres días después, los vecinos de don Pedro notamos su ausencia gracias al fétido olor que su casa despedía debido a la descomposición de su cuerpo, los forenses determinaron que la causa de muerte fue un letal infarto del miocardio.

El amanecer sorprende a Kukis, su mamá le avisa que el desayuno ya está servido, corre apresurada hacia el baño dispuesta a ducharse, pues sabe que en su amado bachillerato la esperan sus inseparables amigas, ¡híjole! todo lo que tienen por charlar en el receso; disfrutar del sarcasmo de sus profesores, la guasa de sus compañeros y las divertidas ocurrencias de los del semestre avanzado.

Entonces un enorme bostezo la regresa al cuarto oscuro y acojinado del pabellón psiquiátrico que la resguarda de su fatal esquizofrenia, se talla los ojos, ensancha sus pupilas y esboza un enorme suspiro, pues por unos cuantos segundos pudo estar donde siempre ha querido permanecer.

El tintineante sonido del reloj a las fatídicas cinco treinta de la mañana, permite a Lucrecia que se despierte, mientras se quita el negligé escucha el claxon de un automóvil, se asoma al ventanal, descubriendo al caballeroso chofer de taxi, que apresurado agita su mano invitándola a huir con él, la mujer presurosa empaca las maletas, pisando con la punta de los dedos abandona la casa, no sin antes pasar por la recámara de su ingrato marido que duerme al lado para mirarlo con cierto desprecio y burla, pues por fin encontró al hombre que le brindará respeto y la importancia que se merece; de pronto una estruendosa voz la vuelve a la realidad, cuando escucha, ¡Perra, vieja haragana, ya levántate para que me prepares el almuerzo!

Son las siete de la mañana, la mamá de Genaro, lo despierta con un ligero movimiento, el pequeño de escasos cuatro años se endereza sobre la cama, mientras su madre con toallitas húmedas limpia su cara y le pone la camisa del uniforme, el niño con la vista al infinito del clóset, de reojo percibe la silueta de su amado padre, el cual ayuda a su exesposa a terminar de arreglarlo; una vez vestido lo toma de la mano y salen rumbo al temido lugar.

Esta vez el infante orgulloso y seguro de sí mismo por la compañía que le brinda su papá, mientras caminan juega a no pisar las líneas que figuran los rectángulos que se forman en la banqueta; al parecer la vida por fin le sonríe, atrás quedaron los terribles problemas de la separación de sus progenitores, hoy esa estabilidad emocional que otorga la compañía del padre le anima, a tal grado que hasta regresa los saludos de las personas con una sonrisa, ha dejado de ser huraño.

Además no le importa ir al escalofriante sitio donde durante cinco días de la semana es enclaustrado, tampoco teme recibir la hipócrita bienvenida que la simulada madre putativa le da con sus jodidas vestimentas de toalla color púrpura, que le asemejan cierto parecido al Ratón Crispín; tiene el valor de ingresar a ese pequeño reformatorio, en el que lo espera el gordo niño que a diario lo muerde, el desprecio de las engreídas niñas y es capaz de resistir la humillación de las demás madres, cuando escuche las murmuraciones por ser el último que recojan.

De pronto un fuerte sacudión lo regresa al mundo real, escucha la desesperada voz de mamá que angustiada le dice, “con una tiznada, ya no te duermas se nos va a hacer tarde, como tú no tienes un jefe tan jodón”.

Es increíble como en razón de minutos nuestra mente se despierta más rápido que nuestros sentidos, por otro lado… -¡Marcial, despiértate que ya es la hora!- Haajummm, ¿Qué hora es? ¡Heeeee!

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Hogar, aburrido hogar

El pasado fin de semana asistí a la celebración de una boda -acción extraña en mí, pues las bodas y los funerales son eventos a los que no me gusta acudir, porque ambos terminan en tristeza-; después de la ceremonia litúrgica, el camino por la alfombrita roja con la lluviecita de arroz, las caritas de satisfacción de los recién casados y el simulado júbilo de los invitados, nos trasladamos a un enorme local elegantemente adornado con flores y cintas blancas platino, no era de sorprenderse que hubiera más gente aquí que en la iglesia donde fue la consumación del matrimonio, en la mesa principal un enorme y soberbio pastel en cuya cúspide lucían unos muñequitos que emulaban a la pareja de recién casados.

Al observar las figuras comprendí que en la actualidad el matrimonio es eso, un simple ornato, algo aparente que busca satisfacer la aprobación social o como una vez dijo Emmanuel Kant, “un arrendamiento mutuo de los genitales”; muchas veces contraemos esponsales bajo la anestesia del amor, debido al influjo de lo constipado del enamoramiento no medimos las consecuencias del compromiso que vamos a adquirir, las responsabilidades que se podrán generar de esa unión, como lo es el sostenimiento económico de la pareja, los hijos y los bienes patrimoniales.

Lo más importante del casamiento es aprender a compartir nuestro espacio con la pareja, pues además de la alcoba, sala y comedor, también hay que ser tolerantes con los eructos, flatulencias, las exploraciones nasales, el aroma que dejamos en el baño después de hacer nuestras necesidades fisiológicas, entre otras filias y fobias que no nos atrevíamos sacar a relucir por miedo a defraudar.

Es común que durante el noviazgo todo es dulzura, miel sobre hojuelas, armonía artificial, lo que diga o haga la pareja es soportable, ¿entonces por qué al contraer nupcias se rompe ese encanto? Es como si al saber que la relación sentimental es legal nos permitiera deshacernos de las múltiples personalidades que aparentamos y es momento de mostrarnos tal como somos en realidad; empiezan a surgir los pretextos como la flojera de ir al cine juntos, pues muchas veces no coinciden con el gusto de la película; para evitar conflictos con la programación de los canales de televisión, optan por comprar otro aparato, dejando de lado ese compartir del sofá o la cama para el disfrute mutuo; los alimentos no saben igual como los preparaba mamá; lo más triste de ello, es cuando uno de los dos empieza a quejarse de que el aspecto del otro está cada vez más descuidado.

Llegado este momento, es necesario poner atención, ya que muchas veces no se tiene el valor suficiente para comentárselo al consorte; lo cual origina un distanciamiento gradual, que con el transcurrir del tiempo uno de los dos opta por buscar en otro lado lo que supuestamente perdió en casa; cuando situaciones como estas ocurren, en repetidas ocasiones me he preguntado, ¿por qué ponen el cuerno con personas menos atractivas que su pareja? ¡A lo mejor no quieren que se les desgaste la que tienen! Razón por la cual optan por liarse a un adefesio.

Otra causante de hacer la vida conyugal tediosa, son los hijos; por ejemplo, si la pareja no ha podido concebir un primogénito, los familiares de uno de ellos empezará a presionarlos por no haberlo hecho, tal vez los clasifique de estériles, y como es sabido por todos, en nuestro país se educa a la mayoría de mujeres para tener vientre de cuna, por lo tanto si una fémina no se embaraza pasado un tiempo de contraer nupcias, pues no se ha podido realizar como mujer. Y lo más patético si se llegase a poner encinta antes de la boda, también se le critica, tachándola de facilita o urgida.

Caso contrario es cuando se vuelven conejos y empiezan a tener bebés como si se tratase de una producción a gran escala, entonces los críos se convierten en un pretexto para no continuar con las actividades que antes se solían realizar como pareja, es decir, ya no hay tiempo suficiente para el disfrute, ahora todo es cuidar de los hijos, brindarles protección y discutir por el turno que le toca a cada uno estar al tanto de lo que requiera el pequeñuelo.

Además quienes tienen hijos, debido a la fuerte carga de trabajo que imponen las necesidades económicas, muchas veces se ven obligados a dejar al cuidado, educación y control de sus vástagos a unos desconocidos en los pequeños centros de readaptación infantil que llaman guardería; la cual hace que los progenitores sean madres y padres por una cuantas horas, por lo tanto resulta común que se pierda la falta de costumbre de convivir en núcleo y que las vacaciones de los infantes se transforme en un calvario para todos; muchas familias para evitar caer en tal problemática inventan el momento de convivio a la hora de la telenovela o el programa de entrenamiento de algún canal televisivo.

¿Será por estas razones que no me he casado? A decir verdad, creo que el amor no es contable, ni tampoco es un negocio, como hemos convertido al matrimonio, esa especie de contrato donde ambas partes reciben lo que se merecen, y lo más lamentable es que se haya vuelto un asunto falto de seriedad, pues con la misma facilidad como se casan se divorcian, muchas de las veces por solventar diferencias individuales dañan a terceros como pueden ser los hijos. Porque si hay que “cambiar” algo de nuestra pareja, mejor empezar por cambiarse así mismo, además debemos olvidar esa eterna competencia por tener el poder sobre el otro, o sea, nadie puede ganar tratando de empatar o igualar al cónyuge.

Me queda claro que tener a alguien como pareja, no significa poseer una propiedad, es contar con un cómplice, un compañero, por lo tanto cuando me preguntan que si tengo novia o esposa, simplemente les respondo que amo a alguien y punto; además en asuntos esponsales, es vergonzoso que parejas homosexuales, nos pongan el ejemplo de estabilidad en pareja.

miércoles, 25 de agosto de 2010

¡Cua, cua, cua!.. ¿Cuáles patos?

En la década de los noventas, nuestro país hizo su incorporación al Tratado de Libre Comercio, lo cual trajo consigo una zona de apertura comercial que fomentó la competitividad entre los diversos productos que se ponían a la venta en el mercado, los cuales podrían ser de marca nacional o extranjera.

En los medios publicitarios empezó a ser común la confrontación entre compañías, cada una asegurando que su producto era el mejor, con esa idea se creaban anuncios en radio, televisión y prensa donde se pretendía captar el mayor número de clientes; así nos enterábamos bajo cierta estrategia mercantil, cuál era excelente y cuál era chafa.

Del enfrentamiento entre dos productos de limpieza doméstica como lo es el “rendidorCloralex y Pato Purific, “el terror de los gérmenes”, fue como la palabra patito se quedó arraigada a nuestro lenguaje vulgar como un adjetivo calificativo para hacer alusión de algo cuando es falto de calidad, de poco valor, falso, corriente o carente de autenticidad; a partir de esa estrategia de marketing, nuestro léxico se enriqueció para designar bajo la categoría “patito” a los discos de audio y software piratas, así como alguna que otra escuela privada que en su currículo imita a las oficiales.

A raíz de ello tenemos infinidad de objetos clasificado con ese mote, es más, en la actualidad hasta a las llamadas telefónicas de los extorsionadores que pretenden engañarnos con amenazas de secuestro o de muerte se les conoce como “llamadas patito”; según cifras del sitio en internet mexicodenuncia.org/extorsion, durante el año 2008, cada veinticuatro horas se efectuaban 4,400 extorsiones, para el año siguiente la cifra se incrementó a 6,179, y en lo transcurrido de este 2010, cada día se registran 6,211 llamadas de perjuicio.

¿Cuáles son las amenazas más comunes? Las de los supuestos grupos de narcotraficantes que te solicitan millonadas para que logres evadir un ataque a tu hogar; secuestros de algún pariente y para su rescate debes depositar cantidades estratosféricas; premios en los que el supuesto ganador obtuvo un automóvil último modelo, quinientos mil pesos y un iPhone; el pariente que radica en los Estados Unidos que ocupa ayuda económica para poder regresar a su tierra, entre otras más.

La víctima es sorprendida, pues las llamadas las hacen en periodos vacacionales, días feriados o fines de semana, es decir, cuando la mayoría de las personas recibieron su prima vacacional, aguinaldo, fondo de ahorro o salario, y se encuentran de asueto. Como ustedes saben durante esos días algunos familiares andan divirtiéndose de forma separada o dejaron a algún ser querido en casa, porque el en engaño del secuestro tiene mejores efectos.

Uno se pregunta, ¿cómo esta clase de estafadores obtienen información nuestra? Sencillo, una opción es a través del directorio telefónico, donde pueden encontrar nuestro número y domicilio, así como los lazos familiares con tan sólo revisarlo de acuerdo al orden alfabético; otra es que algún inocente pariente nuestro, tal vez un anciano o infante les proporcione datos personales en llamadas hechas con antelación por falsos encuestadores, asesores financieros de banco, casas aseguradoras y hasta compañías de Afore, bajo el argumento de que los datos solicitados son necesarios y urgentes. También se sospecha de que algunos exempleados de empresas de crédito para comprar coches o bienes raíces vendan su base de datos a los delincuentes, lo cual les facilita el poder seleccionar a su víctima.

Existe una hipótesis donde se asegura que con el registro nacional de usuarios de telefonía (celular), realizado a principios de abril, cuyo objetivo era combatir las extorsiones y el uso del celular para negociar secuestros, fue sólo un acertado vínculo para que el crimen organizado pueda apropiarse de información completa de nuestros ciudadanos, falsificar personalidades de los usuarios y fomentar el espionaje.

De acuerdo al Consejo para la Ley y los Derechos Humanos, A.C. organización no gubernamental que trabaja en la defensa y promoción de los derechos humanos, afirma que a partir del RENAUT se ha generado un nuevo negocio ilegal, la renta de identidades para comprar teléfonos celulares, utilizando documentación falsificada con sujetos que “prestan” sus nombres por casi 500,000 pesos.

Resulta curioso como un aparato que años atrás era un lujo y hoy se ha vuelto una necesidad obligada, como lo es el teléfono, se haya transformado en un vehículo de extorsión, con el cual se logra generar pánico y cierta presión de corte gansteril; pero no nada más la delincuencia organizada realiza llamadas terroristas, también las hay aquellas en las que nuestras parejas nos exigen explicaciones de dónde y con quién estamos, a sabiendas de que si omitimos alguna información corremos el riesgo de encontrar la puerta cerrada, dormir a la intemperie de la fría sala o que se vuelva historiadora, recordándonos todos los hechos del pasado en los cuales uno cometió errores similares.

En conclusión estimado lector, no se preocupe si recibe “llamadas patito” al fin de cuentas no son las originales, mejor esté atento de las que pudiese recibir de algún ser querido dolido, pues no hay peor cosa que vivir en carne propia el rencor de los que nos aman.

miércoles, 18 de agosto de 2010

¡Equivocación, equivocación!

“A escondidas como un cobarde,
a escondidas cada tarde mi alma vibra,
mi cuerpo arde a escondidas”. Camilo Blanes


Una de esas cálidas noches de julio caminaba por el barrio del “Salatón de Juárez”, detuve un momento el andar, para observar con nostalgia a un grupo de niños que se divertían correteando con el antiguo juego del bote pateado; es raro en estos tiempos modernos toparse con dinámicas tan añejas que de infantes nos mantenían horas y horas entretenidos, sin caer en el aburrimiento, la malicia y lo mejor fomentaba el desarrollo sensorial, perceptivo y físico; no como esos infames juegos de video que promueven en los chamacos el ocio y el sedentarismo, lo cual puede llegar a propiciar la obesidad, razón por la cual tenemos tantos chamacos tan gordos.

Qué curioso resultaba que con una simple lata o botella de plástico vacía se creara este divertido juego, que consiste en patearla o arrojarla con las manos lo más lejos posible, mientras un voluntario o quien perdió gracias a un improvisado proceso de azar va a recogerlo, los demás participantes se esconden, y la consigna del castigado es encontrarlos sin separarse del bote, conforme los va encontrando debe de gritar el nombre del sujeto y el lugar donde fue hallado, muchas veces las penumbras engañan y puede llegar a confundirse con otro, en ese instante todos los demás salen de sus escondites gritando “equivocación, equivocación”, volviendo a empezar; lo mismo sucede si se aleja del sitio que previamente se designó para colocar el bote, pues existe la posibilidad de que algún jugador lo tome, lo cual equivale a reanudar el juego y salvar a los que ya han sido hallados, diciendo la frase “1, 2, 3 por todos mis amigos”.

En donde no hay quien nos rescate es en las escondidas de la vida, por ejemplo, es típico que a los usuarios de correo electrónico o los que gustan enviar mensajes de texto por el celular, debido a lo emocionado que se encuentran con tales artilugios tecnológicos les resulte fácil y divertido enviar improperios o cualquier idiotez a esa persona que si les festeja y agradece que se los haya remitido, algunas veces debido a una pequeña distracción el engorroso mensaje es enviado a otra, que puede ser tu jefe, suegra o cuñado, lo cual no te brinda otra opción que pedir disculpas.

Situación algo semejante es cuando en plena reunión de trabajo, de pronto sientes un ligero retortijón producto de los seis tacos de maciza que anoche te cenaste con su enorme vaso de agua de jamaica, además del supercombo que horas antes le atoraste en el cine, el cual incluía una cubeta de palomitas, dos refrescos grandes y un paquete de nachos; poco a poco empiezas a soltar la flatulencia con la inocente idea de que será apestosamente letal, pero silencioso, lo cual puede exonerarte de culpas y te otorga la facilidad de que otros inculpen al más desaliñado compañero de la junta. Por una terrible casualidad del destino, esta vez el exceso de gases trae consigo a toda una banda musical y estrepitosamente abrupta la solemnidad del evento, haciendo que toda la concurrencia ponga su acusante mirada sobre ti, ni como disculparte, ¡verdad!

Eres el clásico marido infiel, que tiene dos familias, es el cumpleaños de una de las hijas que tuviste con la pareja clandestina, para no equivocarte con los hijos que procreaste con ella les pusiste los mismos nombres que los concebidos con la oficial, tal certeza te hace ver ante ambas familias como el gran patriarca; ese día no puedes ir personalmente a felicitarla debido a la enorme carga laboral, por lo que optaste en enviarle un presente con tu chofer; este raudo y servicial como se caracteriza lleva el regalo a tu legítima hija, ¡Ups! ¿Y ahora qué vas a inventar para salvar tu pellejo?

Estás en el disfrute de sudar por darle gusto al cuerpo, momento sublime donde a todos nos aflora lo bestial y nos hace perder la razón, cuando en pleno furor y para hacer más cachondo el acto muerdes la oreja de tu pareja susurrándole al oído frases de amor conjugadas con el nombre de otra persona que tú confundes con la que en esos momentos te encuentras, ¡tómala, qué terrible error!

Tales hazañas no sólo les acontecen a los seres ordinarios, también a las deidades políticas, resulta que en un informe de labores presidencial, a quien se le encargó elaborar la síntesis del documento que debe leer el presidente ante el Congreso de la Unión, tuvo la idea de redondear cifras para facilitar su lectura al mandatario, tal decisión ocasionó una severa sanción y estupor social por este suceso; este hecho obligó al gobernante a esclarecer las fatales omisiones.

También existe el publicitado caso del presidente que en rueda de prensa clasificó a las amas de casa como “Lavadoras de dos patas”, quiso enmendar su error y cambió la palabra patas por pies, o sea, en su intento por hablar políticamente correcto la siguió cagando; al fin de cuentas todo terminó en guasas y bromas entre la población, es decir, se la disculpamos.

Por estas razones a nombre de todos aquellos que hemos cometido errores, la estamos regando y no nos damos cuenta, tenemos gustos culposos etcétera, me atrevo -a pesar de ser el número uno en equivocaciones-, a decir, uno, dos, tres por todos mis amigos y por los que no lo son, pues… también.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Cuestión de enfoques

Yo te aseguro que yo no fui
son puros cuentos de por ahí
tú me tienes que creer a mí
yo te lo juro que yo no fui
”. Consuelo Velázquez

Casi siempre recibimos en nuestra bandeja de correo electrónico mensajes cuyo contenido resulta muchas de las veces banal, entre todas esas cadenitas, chistecitos en doble sentido y videos softporn, que me hacen el favor de enviarme mis contactos encontré un video que a los usuarios les dio por titularlo “Aula”, y como uno está inmerso en los menesteres de la docencia por supuesto atrajo mi atención.

Al parecer las imágenes fueron captadas por un celular, ahí se observa como el clásico alumno inquieto del grupo o gorgojito como dirían mis estudiantes, le toca los hombros en repetidas ocasiones a la chica de la silla de adelante en cada oportunidad que el profesor no pone atención al grupo o les da la espalda para escribir en la pizarra, es obvio que de tanto que lo hace la pobre chica está molesta, replicándole sólo en voz baja, por supuesto que éste hace caso omiso, mientras el docente sigue con su clase.

Lo interesante del corto, es que en el instante en que el intranquilizante muchacho se muestra seguro de que pasó desapercibida su actitud, el catedrático coge el borrador como si fuera a quitar lo escrito, y en lugar de así hacerlo, con furia lo lanza hacia éste cual beisbolista de las grandes ligas, propinándole tremendo golpe en la frente al latoso chamaco, lo que ocasiona el regocijo de todos los ahí presentes, seguido de una amonestación verbal que se interrumpe de forma abrupta al terminarse la grabación.

Después de verlo, uno comienza a tener varias dudas, por ejemplo, ¿quién de los tres implicados es el más afectado? ¿Desde una perspectiva ética, quién se lleva la mayor culpabilidad ante el plantel? Haciendo un análisis de ello, se pueden plantear diversas conjeturas; la primera de ellas es la pasiva actitud de la chica, que no tuvo el suficiente valor civil en evidenciar la irreverente forma de actuar de su compañero, para algunos a lo mejor ella estuvo a la altura de este barbaján, al no rebajarse a su nivel, pero como dicen “el que calla otorga”, y en su silencio involucró a terceros.

Desde mi muy particular punto de vista, creo que la reacción del colega docente no fue la correcta, pues agredió de forma física a un alumno, le faltó al respeto, se puso en sus zapatos; optó por la salida fácil, la violencia, y como ustedes saben nada que implica a ésta se arregla, por lo tanto veo difícil que las autoridades académicas lo vayan a exonerar de responsabilidad, sólo por el simple hecho de argumentar que éste ya lo había hartado. Estoy de acuerdo que pululan estudiantes de esa calaña, más existen diversas formas de hacerlos entrar en razón.

Tal vez alguien justifique que si le llamaba la atención verbalmente, el fastidioso sujeto cínicamente tomaría una actitud de “yo no fui”, alegaría a su favor que la mujer también le gusta faltarle al respeto, entre otras estupideces con tal de no aceptar su culpabilidad. Además esta clase de alumnos tienen una capacidad inventiva sorprendente, capaz de hacer mediante su verborrea que uno parezca como el malo, y claro, de evidencia a favor tiene el golpe propinado.

Definitivamente ante la sociedad, quien agredió es culpable, el agredido a pesar de los hechos se verá como inocente, a menos de que se presente el video como evidencia, pero lo más seguro es que quien realizó las tomas, tal vez preferirá conservarse en el anonimato o enviarlo disfrazado de un correo electrónico a través de un usuario ficticio, convirtiéndolo en cadenita que rebase el ciberespacio llegando todas las personas, y lo más triste que muchos usuarios lo tomen como una forma de divertirse; lo suban al sitio de internet Youtube, para que otros se entretengan o se sumen al porcentaje de empleados de oficina que se la pasan más tiempo en la red por ocio que por trabajo. Pero lo más simple es que hagan de la información un divertimento, por ejemplo un artículo que justifique la vigencia del autor en prensa.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Antiparras

No es principio moral, ni censura,
no pretendo así ser descortés,
más prefiero ver el mundo a través,
de mis gafas oscuras
”.


Llevo siete años utilizando gafas para corregir una miopía que me hace ver como cámara fotográfica fuera de foco, al principio le atribuía este padecimiento a mis estudios de licenciatura donde leí infinidad de textos de todo tipo y que con el paso del tiempo se acortó mi vista, otra causante probable de ello es el pasar varias horas frente al televisor observando su enajenante programación a escasos metros de distancia, y la más estúpida es la que un conocido me le atribuyó, practicar onanismos nocturnos, pues de acuerdo a su pulcra opinión, todo con exceso perjudica la salud.

En un principio sufría constantes dolores de cabeza e irritación del glóbulo ocular cuando trataba de enfocar los objetos lejanos, era tanto el esfuerzo ejercido que una vez mi pareja comentó que ponía ojos de pulga; en las salas de cine siempre tenía que ocupar las filas más próximas a la pantalla para poder apreciar el largometraje y leer los subtítulos, cuando me topaba en la calle con algún conocido y este transitaba por la acera de enfrente, si al saludarme lo hacía con la clásica mímica sin emitir palabra alguna, yo ni en cuenta, lo cual ocasionaba cierto resquemor entre mis amistades que me tachaban de engreído por no responderles.

Para utilizar los lentes que hoy porto, mi mujer hizo una enorme labor de convencimiento, misma que hasta la fecha le agradezco, pues según yo, ni los ocupaba, que sólo serían utilizados para ir al cine y para ver la televisión, total que cuando el oculista me los puso descubrí infinidad de detalles que me estaba perdiendo y que por causas de la miopía se me habían olvidado. Eso sin contar tantas cosas que pasaban inadvertidas gracias a la necedad de no querer utilizar anteojos.

Era como si volviera a nacer, pues extrañado y asombrado a la vez percibía la textura de los colores, las formas diminutas de algunas cosas, entre otras más. Muchas veces con el uso se empañan los cristales y regresa ese sentir de aislamiento, vuelve la incertidumbre por lo que no es posible percibir en una simple mirada, entonces con un lienzo especial limpio las micas y vuelvo a recuperar al mundo real.

Diversas personas, sin padecer miopía, ni estrabismo, mucho menos astigmatismo, usan lentes, esos anteojos ni siquiera los llevan por fuera de los ojos, sino por dentro; los hay de distintos colores y espesores; y depende del color que ese día sea la mica es como observarán al mundo.

Los enamorados utilizan micas rosas, como los hippies de los sesentas, para ellos todo son suspiros, armonía y paz; las micas azules las portan todos aquellos optimistas, que consideran a sus semejantes como verdaderos colaboradores, creen que nadie les entorpece su actuar al contrario, le apoyan. Las gafas de color rojo, son para los que ven al mundo ardiente o con enfado, molesto, ciertamente incómodo; cuidado cuando son oscuros, pues todo es apático, sin sentido, como sólo es posible percibir los objetos luminosos, finca su atención en todo aquello que brilla, para lanzar sus más punzantes críticas.

Las gafas moradas, muestran un mundo desleal, que muchas veces provoca desesperación y llena de miseria las mentes de quienes las portan; mientras que las de color verde, permiten visualizar la frescura y naturalidad de las personas; caso semejante acontece cuando se portan micas de color blanco, ya que es posible percibir a través de ellos la pureza y el candor de las personas.

Lo único grave de todos estos es que la mayoría de las personas, nunca nos damos cuenta de que las traemos puestas mientras los demás sí pueden percibir nuestras formas de ver el mundo, ¿y tú amigo de qué color ves ahora?