jueves, 26 de agosto de 2021

Sin remitente.

En este país la gente padece mucho ese pedo de competir, se transita por las polvorientas y contaminadas calles de Colima comparando la mejor bicicleta, moto o coche, con el retrasadísimo propósito de que no superen a los de ellos, otros se dedican a observar quién te gana a vestir con garras de buena marca, ¡weeey, si la única marca de calidad es la que te deja el cinturón, así como el resorte de los calzones Ramírez, donde una vez estuvo la cintura y el pinche elástico de los calcetines! En las redes sociales sobran esos que se creen muy nalguitas, atorones, contestatarios, así como “yo soy más cabrón que todos mis pendejitos contactos”, por eso me atrevo a tirarle inmundicias a cualquier autoridad y a las instituciones, para esta clase de vatos lo mismo les da ofender a chairos que a fifís, es más, a veces dan la impresión de que pertenecen a ambos bandos, pero la neta es que no son tan reatas como lo presumen.

En realidad, existen individuos que, sí tienen transportes lujosos, se visten de las mejores marcas, que sí son chiludos y bien bragados, pero que ni lo presumen ni lo cacaraquean; si a ello le agregamos que hemos regresado a la desaparecida Guerra Fría de los 80’s en donde rojillos siempre estaban de la greña con los capitalistas. Para qué nos hacemos tarugos, si ser capitalista bien que nos repapalotea un titipuchal, acuérdese mi estimado lector que de niño disfrutaba sacando sus despiadados y peores instintos al aplastar a sus amiguitos jugando al Turista Nacional. A quien firma lo que escribe no le late ser así, se ve uno bien ridículo pretendiendo ser lo que no se es.


En fin, qué le vamos a hacer, con todos esos revolucionarios de teclado que tampoco lo son, que cuando leen mis artículos dicen que les da hueva la gente que se cree chingona, la neta, yo no escribo por demostrar que soy más inteligente que otros, ni pretendo pertenecer a esa casta sacerdotal que es la intelectualidad, no, y menos me preocupan esas nimiedades de que cuelgo en el Facebook fotos más perronas que las de otros, que escucho música mejor que la que tú oyes, porque cansa y ahí sí, es de hueva, igual este texto no va dirigido a nadie, ¡weeey, no lleva remitente! Bueno, pueque a lo mejor sí, en el sentido de que es para esos que saben criticar en buen pedo (lo que les lata o no) y que quede bien claro que yo no estoy en competencia con nadie.

jueves, 19 de agosto de 2021

¡Anoche no dormí!

Por más que traté de ser ingenuo, anoche queriendo evadir la realidad, quise irme a la cama con la idea de que todo era paz, quietud, tranquilidad; la neta les juro que lo intenté, sin embargo, en la madrugada, los pinches ladridos de los dos perros de mi vecino seguían ladrando en mi desamueblada cabeza, la verdad no sé a qué o a quiénes les ladran, pero cada vez que se avecina una lluvia, los meten del cancel de la puerta para echarlos al patio, y es precisamente ahí donde colindan con mi hogar, entonces, significa que no me dejarán dormir.


Existen situaciones tan desesperanzadoras como despertar de una pesadilla y descubrir que se sigue en ella, que en realidad la pesadilla solo fue un sueño hiperrealista, una prolongación del horror de cada noche lluviosa, de esas que en tu interior sabes que cuando llueve, se menguará el calorón, que abriendo la ventana de tu cuarto entrará aire fresquito, los zancudos por lo frío del ambiente, dejarán de chupar sangre en cantidades industriales y si lo intentan, pones una varita de incienso aroma a citronela y se van, pero… las dos mascotas del vecino permanecerán ladrándole a Gasparín o al Chamuco toda la madrugada, y lo pior, ni siquiera cuando uno intenta cerrar los ojos y descansar, pues en mi choya retumban haciendo eco.

Vecino, si por una hermosa casualidad del destino lees este artículo, recuerda que ya estamos en el umbral del fin del mundo, somos especie en peligro de extinción, ten clemencia de tu humilde vecinito, y por piedad mete a tus perritos en el interior de la casa, así no se te mojarán, se sentirán arropados por el calor del hogar y lo mejor no se asustarán con los rayos, mientras esta persona que firma lo que escribe, no se levantará crudo de la desvelada ni le quedará como anillo al dedo esa rolita de Los Teen Tops de “Anoche no dormí”, ¡claro que sin la intención original que le dio Neil Sedaka!

jueves, 12 de agosto de 2021

Una oportunidad para la creatividad es la crisis.

Ya tiene sus añitos pululando por diversos medios un texto que se le atribuye a Albert Einstein -que la neta, también en el portal The Albert Einstein Archives, afirman que no es posible delimitar el origen bibliográfico de este texto ni asegurar que la autoría de su totalidad correspondiera al físico alemán-, en donde supuestamente este genio expresa que “la creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quién supera la crisis, se supera a sí mismo sin quedar “superado”. Pues si no es de él, es bien neto eso, ahí tenemos a los vendedores ambulantes de cubrebocas afuera de los supermercados con diseños bordados de poca madre, es más, he comprado dos y los enmarqué, pues el trabajo artesanal está bien rifado, mientras ellos obtienen dividendos a favor con las ventas.


Las caretas para infantes en formas de máscaras de BatmanEl Hombre Araña y Iron Man, para que los pequeños se acostumbren a utilizarlas, los frascos de gel antibacterial en figuras de animales, y que decir de los estuches guarda cubrebocas con estampados de un titipuchal de imágenes, ¡así de ingeniosa es mi gente!  Ante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, los profesores hemos tenido que estar abiertos y muy flexibles; quienes no lo estén no van a sobrevivir en esta profesión, pues, la tradición de transmitir conocimientos de las generaciones adultas a las generaciones jóvenes planteará siempre esa maravillosa posibilidad de ver la realidad desde otros puntos de vista y concientizar a los alumnos sobre la importancia de formar parte de una institución educativa.

El papel que ha tenido la educación en esta crisis sanitaria ha sido una constante evolución de ideas, los profesores, aunque nos vean en nuestras casas todos desaliñados, no hemos parado, porque seguimos haciendo fluir el conocimiento, y lo mejor beneficiándonos de las obras de otros colegas. Una característica clásica del docente, es ser receptor de las trasformaciones sociales, pues gracias a ella, en buena parte nos hemos obligado a reinterpretar nuestras asignaturas con tal de facilitar su transmisión en estos aciagos días. Somos personas que vivimos de todos esos padres y madres de familia que continúan creyendo en la educación como eje transformador y por lo tanto nos confían la educación formal de sus vástagos, lo cual nos motiva a generar alternativas que faciliten el aprendizaje de esos chamacos, mientras sean peras o sea manzanas de que Einstein fue el autor de la cita expresada en párrafos anteriores, la verdad es que una oportunidad para la creatividad son los momentos de crisis.

jueves, 5 de agosto de 2021

Una dramedia para todos.


En serio que me da rete harta pena regresar después de las vacaciones del paradisiaco patio al parque de diversiones del cuarto de la televisión en casa, a tener que escribir un artículo sobre la pandemia, esa enfermedad epidémica que, con lentes oscuros detrás de los ojos en meses anteriores, había olvidado o hice la mimesis de que, con la vacuna, pos… ya era inmune. ¡Ni madres! El muy ojete virus mutó, pero, creo que el meollo del asunto no es la proliferación de un bicho en su versión de la cuarta letra del alfabeto griego, es que no se ha frenado la transmisión.

Esa pinche terquedad del sueño guajiro de que en un futuro no muy lejano vamos a volver a nuestra vieja normalidad o que la vida regresará exactamente a como era antes, y lo más patético, intentar comportarnos como si no existiera, hacernos de la vista chiquita, organizando fiestas, reuniones, convivios entre otras estupideces con el pretexto de que un semáforo epidemiológico nos señala el camino, o sea, es la luz al final del túnel.


¡Neta! Hay gente que desde que inició la pandemia, se sentaron en sus sillones a esperar que pasara, ¡chale, ni que fuera serie de Netflix! Otros, como menú de restaurante, pretenden elegir la farmacéutica de la vacuna que se pondrán, y ahí andan como burros sin mecate buscando en dónde están aplicando la de mejor calidad –pa´que se les quite ese merequetengue, el coronavirus, ya las superó–, mientras la nueva oposición política invierte su tiempo desprestigiando a un equipo de médicos que con lo que hay intentan paliar la catástrofe sanitaria, ¡intelectuales de la nueva izquierda, bájenle dos rayitas y perreen un poco! Ya basta de esos jodidos discursos empáticos y cómodos de este apocalipsis a fuego lento que a veces ni tienen que ver con la realidad de que vamos superándolo. En épocas de pandemia, el gran problema, después de lidiar con uno mismo, es y será lidiar con el prójimo que no acepta la realidad, el virus no se ha ido, continua con nosotros, necesitamos entender eso, ¡por piedad ponte el cubrebocas, vacúnate con la que encuentres!