jueves, 25 de agosto de 2022

Letras explícitas.


Hace unos días en YouTube encontré una versión de aquella canción de Luis Miguel de 1983, “Decídete”, interpretada por las Nancys Rubias, el grupo español cuyo vocalista principal es Mario Vaquerizo esposo de Alaska – ¡sí, la Fangoria! -, en donde la letra dista mucho de la versión acaramelada de El Sol, esta vez, según me enteré, es la versión original que el compositor español Honorio Herrero Araújo le hizo a Luis Miguel, y que gracias al contexto sexual de su contenido y que según la sociedad mexicana de los 80’s era de muy mal gusto que un adolescente de 13 años promoviera e incitará entre nuestra sana juventud a despertar el deseo carnal con letras como: “Te quité el vestido, te besé en la boca, pero no quisiste darme todo una vez más. Decídete. Yo sé bien que es la primera vez, para mí también es nuevo y quiero que sea contigo”. A un titipuchal de años a través de la bioserie de Netflix, nos enteramos que el chamaco a esa edad ya había perdido su virginidad.

Gracias a los reclamos de la sociedad y el temor de herir susceptibilidades al ser expuesta por medios de difusión como la radio y el televisor, la rola fue modificada de esta forma: “Te besé en la cara, te besé en los labios. Tú sentiste miedo y miraste sin hablar. Luego solo en casa, mirando tu foto sueño con tus ojos y en silencio siento amor. Decídete, simplemente, amor, decídete y volemos hacia mundos lejanos…” Hoy lo más probable que su letra original le iría pior, pues las referencias serían consideradas como sexual explícitas que incitan al acoso y hostigamiento.


Híjole, ahora recuerdo ese mito que durante la infancia entre mis cuates surgió sobre aquella canción que se desprende del LP de 1981, “Las aventuras de Enrique y Ana”, que era la banda original de la película de mismo nombre, en donde un grupo de chamaquitos llamados Los Punkitos, se la rifaban con una canción tipo postpunk, llamada… aquí surge el misterio, pues acá en Mexicalpan de las Garnachas, la canción se llamó: Caca-Cucú-Pepé-Pipí, y un primito de un amigo que venía del entonces Distrito Federal nos decía que por allá había en tiendas de discos una versión en vinil y casete que incluía la canción sin censura nacional llamada: Caca-C*lo-P3do-Pis. Tal misterio se resolvió gracias al internet de las cosas donde pude encontrar la letra original, audios y videos que confirman de su existencia, ¿y qué creen? Por una casualidad del destino la letra fue escrita también por Honorio Herrero Araújo, sí, él de las letras explícitas.   

jueves, 18 de agosto de 2022

Herencia virtual.



Hace varios años las primeras redes sociales que se pusieron de moda fueron el MetroFLOG, MySpace y hi5, el primero era una especie de blogs fotográfico en español, debido a que su sede se encontraba en Buenos Aires, Argentina, mientras que el segundo ya en esas épocas se consideraba en si una red social, pues desde esos remotos tiempos se compartían enlaces, vídeos, música, contaba con un blog, se podía guardar y compartir fotos, por su parte el tercero con el transcurrir de los años pasó a integrarse a los juegos sociales.

En estos sitios al igual que hoy, daban la impresión de que cada usuario era dueño de su espacio a través del cual podía expresar sus gustos y preferencias, encontrar otros que compartían los mismos intereses, sí, como ahora que su vástago rebelde y anarquista imberbe puede afirmar que su Facebook es de él, por lo tanto, ahí puede publicar lo que se le antoje, ¡ajá, hay les hablan personal de Mark Zuckerberg! Nos tragamos el cuento que mediante las redes sociales es posible expresarse con libertad, responder a quien sea, pero si se ocultan tras el anonimato para denunciar o insultar se rompe con la seriedad de la comunicación que dice ser una red, para muchos el anonimato es un arma, pero la neta es que continuamos tirando la piedra y escondiendo la mano.

Las redes son un espejismo de la sociedad, chismes, guasas, argüendes, desprestigios a quien sea y mitotes, ya que lo que se escucha, lo que se ve o “alguien” platicó se comunica, es decir, en segundos los usuarios se enteran de la rolita de moda o los escándalos de la farándula, de la política en nuestro país, además de los del barrio, y obviamente externar su opinión con escarnio o por pura maledicencia.

En la actualidad existen internautas que cuentan hasta con 3 perfiles distintos en una misma red, otros que tienen 1 en cada una de las existentes, o sea, son internautas de tiempo completo, lector no se me achicopale, ni se admire, menos aún le cause conmoción, imagino que usté es de los que desde que llega a su chamba esta con un ojo al quehacer y el otro al WhatsApp, ¡ya ni la amuela, puro godín-interruptos! Al parece la costumbre de utilizar las redes sociales se han vuelto un hábito, pues sin importar si el usuario se encuentra entre gente o solitario, la pasión de mantenerse vigente o la curiosidad por saber lo que ahí acontece continua intacta.

¿Qué le espera entonces a la humanidad dentro de 30 años? Que desaparezcan las reglas de ortografía, que las emociones se expresen a través de emojis, aquellos álbumes con fotografías descoloridas sean cambiadas por un titipuchal de selfis, la felicidad será un Wi-Fi gratis, regalar megas será lo “in”, los memes se convertirán en el patrimonio literario que se legará a las generaciones futuras, pues tanto planeamos para un futuro mejor que a veces da la impresión que estamos regresando al oscurantismo medieval, ahora comprendo porque el creador de Apple limitaba el uso de la tecnología a sus hijos, pues bien que sabía de los peligros de la red.

jueves, 11 de agosto de 2022

Nosotros las proles de redes sociales.


Las redes sociales, ese escaparate en donde muchos exhibimos lo mejor y lo pior de nosotros, ¿por qué digo esto? Simplemente porque mientras seamos observados por otros, tengan la plena seguridad que habrá un juicio moral de quienes nos ven, acerca de lo que publicamos, de entrada, es ahí donde se descalifican fotografías de cuerpos voluptuosos, encontrándoles defectos a las caras bonitas. Para algunos, esas fotos son las consecuencias del heteropatriarcado, por otro lado, se llega a creer que quienes no cuentan con un físico atractivo atiborran de citas de personajes o fragmentos de canciones de Sabina, Silvio y Aute el Facebook o Instagram, en pocas palabras, explotan el intelecto para verse interesantes.

Las redes sociales son como la ropa que nos ponemos a diario, inocentemente creemos vestirnos a nuestro gusto, pero… no, lo hacemos para agradarle a los demás, así lo que subimos al muro, stories, etc., es para que a otros les agraden -¡no me vengas a decir que eres de los que ni les importan el titipuchal de likes de esa foto de las enchiladas suizas, que de suizas nada más tienen el nombre!-, incluso esa foto entre cuates, donde intentas ocultar tu lado Michelin, pero bien que se te nota, y que se banaliza hasta perder su carácter de presunción al formar parte de la guasa del dominio popular, es entonces que se vuelve maledicencia, lo cual te orilla al arrepentimiento de aquello que te enorgulleció.

Estimado lector, usté no sufra ni se acongoje por la difamación, argüendes, calumnias, mitotes que hagan de eso que religiosamente coloca en sus redes, de entrada, al estar en internet ya ni suyos son, forman parte de todos, por lo tanto, mientras se vea precioso, los demás lo pueden ver cómo les dé la gana, y sí lo que le etiquetaron o escribieron le enchiló, recuerde que es pura presión de gente reprimida, no se me auto presioné, hágase como aquel personaje de la novela El coronel no entiende, aunque le escriban.

jueves, 4 de agosto de 2022

Días de asueto.



Durante este periodo de asueto en nuestro país hubo de tocho morocho, avistamientos de ovnis, personas que dominan el lenguaje extraterrestre -no el alburero que hoy está tan políticamente prohibido-, un hallazgo espeluznante en el perfil oficial del Instagram de nuestro Divo de Juárez que yace sin ninguna de sus fotos, pero si con el posteo desconcertante de YA -que como ustedes saben tiene un titipuchal de significados-, mientras ciertos políticos queriendo rebautizar a las Gorditas, si, esas de picadillo, frijoles, queso, papa y chicharrón con el nombre de Masa con relleno, ¡hágame usté favor! Canciones del pasado que vuelven a ser éxito en pleno 2022, como Running Up That Hill de Kate Bush, ¡Uy qué miedo! de Chico Che y Master of Puppets de Metallica.

Un aluvión de novedades, entre las cuales, reconozco que en esta canija vida todo es aprendizaje, siempre agradezco aquello que incremente el bagaje cultural y los conocimientos, y esta vez no fue la excepción, pues tuve la fortuna de leer en un tomo de la Enciclopedia Juvenil Grolier de su undécima edición de 1972, que la palabra malabarista tiene su origen en Malabar, región histórica y geográfica del suroeste de la India, situada entre el mar arábigo y las montañas Sahyadri, en donde algunos de sus aborígenes para ganarse la vida, manipulaban y ejecutaban espectáculos con uno o más objetos girándolos a la vez, manteniéndolos en equilibrio o arrojándolos al aire sin dejarlos caer, mientras los marinos portugueses divertidos les llamaban a estos individuos malabaristas.



El 25 de julio con los cielos nublados, pero sin lloviznas – ¡eso sí, con un montón de memes de Julio Iglesias alusivos al mes! -, pues, ya como que Tláloc se había pasado de lanza después de esos 88 centímetros cúbicos de precipitaciones pluviales que durante la madrugada del sábado dejó a nuestros Perritos Bailarines de la glorieta en una especie de alberca, mientras el calendario estaba en su peso ideal, poco le falta para entrar en su periodo de anorexia.

Retomando la fecha antes citada, me remite a los españoles que celebran a su santo protector y único patrón Santiago Apóstol, a quien, si eres muy observador, te habrás dado cuenta de que nunca lo nombran con el adjetivo “San”, debido a que se llamaba originalmente Jacobo o Jacob, que en latín se escribe Iacob, al agregársele el San era nombrado San Jacobo, pero… durante la década de los cuarentas como ya es sabido, las celebraciones religiosas de los católicos se oficiaban en latín, así que, mientras el presbítero pronunciaba el nombre del santo como: Sanctus Iacob, los feligreses creían escuchar una mixtura gutural semejante a Sanctiacob, que al vulgarizarse quedo simplemente Santiago, razón por la cual la iglesia no le agrega el San.