martes, 18 de diciembre de 2012

Guateques Guadalupe Reyes


Se nota el ambiente decembrino por todos lados, algunas casas parecen anuncios de Times Square de tantas lucecitas, por la calle pulula ese Santa Claus anoréxico sentado sobre el cofre de un automóvil publicitando las ofertas de la zapatería que se llama como apellido, tirando a diestra y siniestra caramelos que la chiquillada con tal de cogerlos ni les importa arriesgar el pellejo ante el kamikaze tráfico; el espíritu de la navidad tocó a mis ánimos, pues ya hasta coloqué el tradicional alemán árbol navideño, decorándolo con luces, estrella en la copa, angelitos de metal, lazos en color rojo y dorado, además de romper media caja de esferas al intentar colgarlas de las sintéticas ramas.

Con la llegada de este mes, sacamos lo abusivo que somos con todos nosotros, razón por la cual hemos creado el maratón de fiestas denominado “Lupe Reyes”, mismo que inicia el 12, día de la Virgen de Guadalupe, sumándose las tradicionales posadas, Noche Buena, Navidad, Noche Vieja, Año Nuevo, concluyendo con el 6 de enero, día de los Santos Reyes, son veintiséis días de comida en exceso, donde nos hacemos como el dólar norteamericano, nos vale un chicle el peso, rompemos piñatas y hasta embarazamos a cualquier damita que se olvide de los anticonceptivos, libamos uva fermentada en barricas, como si se fueran a extinguir, ¿cómo aguantamos tal trote? Desgastando nuestra condición física con las amanecidas, despilfarrando los centavos que no tenemos, pues aplicamos esa corriente filosófica tan nuestra del “¿y por qué no?”

Con tanto festejo es común en las oficinas, escuelas o cualquier centro de trabajo que aglutine a más de diez personas realice su pachangón, donde “convivan todos”, tratando de generar un ambiente de armonía, calor humano y afianzar lazos de amistad; son fechas donde ni te acuerdas de desperdiciar tu vida viendo tele aplatanado en el sofá sin moverte ni un centímetro o trasnochar disfrutando de esa película erótica que horas de placer te brindaba; si te encuentras con pareja estable, felicidades, pero si apenas vas a iniciar esa relación, pues lo más recomendable es que la pospongas, ya que probablemente te ponga freno a tu desenfreno fiestero, y recuerda son casi cuatro semanas donde tu pareja no te va a creer que te diviertes tantos días con tal de eliminar ese estrés que generó el año que concluye.

Cuando sea la clásica rifa de regalos entre compañeros, si eres de los que percibe un salario superior a los demás y te favorece la suerte con alguno de los obsequios, ten la plena seguridad de que más de cinco de ellos te estarán recordando la memoria de tu progenitora en forma de murmullo, pues para estos es injusto y no te lo mereces, así que mejor despídete del pomo, el iPod touch o la Tablet. En el intercambio, procura regalar cosas equitativas, no salgas con la mamarrachada de que, “esa persona que me tocó, lo tiene todo, y por lo tanto no sé qué darle”, grábate en tu memoria que siempre ese alguien requiere un poco de algo, y se supone que es a través de un regalo que demostrarás tu sentir hacia los demás, ¡y no vengas con la justificación de que tú no eres materialista! Si piensas así en tales fechas, lo más probable es que de codo o agarrado nadie te bajará.

Recuerda que durante todo diciembre, lo positivo o negativo de tus acciones en los guateques, no se quedará solamente ese mes, al contrario será un estigma para todo lo que te resta de vida, así que olvídate de que durante las celebraciones todo mundo vuelve a los eventos sociales de cuando eran estudiantes de bachillerato y se justificaba cualquier estupidez o nanguera que hacías.

Por lo tanto, si tus superiores se suman a la guasa y chascarrillos de todos, es parte de ese ambiente fraternal y no un pretexto para que te desquites con ellos haciéndoles bromas pesadas que les falten al respeto; también recuerda que se permitió el consumo de bebidas embriagantes como parte de esa camaradería del evento, no para que te comportes como perro sin correa. Ya que hablamos de estados etílicos, si con tres “caballitos” de tequila experimentas la valentía de tirarle el can a esa compañera que tanto te gusta o hacerle propuestas indecorosas, piénsalo antes –digo, si es que puedes–, pues existe la posibilidad de ser bautizado como el calenturas o rabo verde de la chamba. Borra de tu mente esa idea de que si tú estás ebrio, los demás también, y que ya en ese estado a muchos se las ablanda el corazón y son capaces de aflojar el calzón, o sea, evita intentar convertir un momento de sana convivencia en una orgía.

Un último comentario, cuando asistas a las festividades procura ir con la panza medianamente llena, ya que se ven ridículos todos esos que sólo están esperando los alimentos e incluso los exigen con tanta desesperación que se asemejan a cualquier infante de Biafra y lo peor, en cuanto terminan de degustar los platillos, si ya fue la rifa o el intercambio de regalos, se retiran e incluso algunos sin despedirse, ¿dónde está ese espíritu fraternal que se busca fomentar en ese tipo de fiestas?

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Atletismo encefálico


Durante la década de los ochentas de todos los juegos de mesa, el que más disfrutaba era el “Maratón”, el cual consistía en un tablero con líneas que se asemejaban al arcoíris, tarjetas con preguntas relacionadas a conocimientos básicos, historia, geografía, cultura general, artes, deportes y entretenimiento, ciencia y tecnología, las cuales se hacían al participante que caía en una de las casillas según lo determinaran los dados, si respondía de forma correcta avanzaba, pero si lo hacía de forma errónea, una ficha en color negro avanzaba el número de casilleros de ese jugador, a esa ficha se le conocía como la “Ignorancia”; y para colmo muchas veces, éste jugador virtual –uno de los primeros que yo sepa– resultaba ser el ganador absoluto del juego.

Este personaje y triunfador virtual del “Maratón”, casi siempre ponía en evidencia la carencia intelectual de los jugadores reales en torno al conocimiento general que debemos como individuos según nuestro nivel de estudios dominar. En sí la palabra ignorancia en sus raíces latinas que es ignorare, se traduce como “no saber” o “sin conocimiento”, lo que significa carecer de cierta información, en su acepción absoluta puede entenderse como un insulto, pero muchas veces quien ignora, vive en un error o es fácilmente engañado por cualquiera, es precisamente cuando la ignorancia se reviste de un valor de acuerdo a su carácter axiológico ante el conocimiento, pues no saber lo que es correcto o poseer una información errónea es una falta de respeto a la propia inteligencia de las personas, es decir, eso si es un insulto.

Lo anterior me remite a platicarles la anécdota de un conocido director el día que en una de las fiestas estudiantiles, ingresó un alumno de otra escuela ataviado de ropas femeninas con matraca en mano a sumarse a la algarabía, al respecto no hubo problema alguno, donde si lo existió, fue cuando el adolescente intentó entrar al baño de las mujeres, pues inmediatamente las chicas fueron a dar aviso, el director en buen sentido le pidió al muchacho que se retirara, entonces éste le cuestionó su solicitud, a lo que él argumentó que hasta la fecha en las escuelas no han construido baños para andróginos.

La molestia del joven además de su retiro obligatorio, también lo fue el adjetivo adjudicado, pues resultó ser un insulto debido a su analfabetismo funcional, entonces al abandonar la escuela amenazó a la autoridad del plantel de acusarlo a sus superiores para que lo despidieran; si este joven hubiera sabido el significado de la palabra andrógino, lo más seguro es que no se habría fastidiado, además debería estar consciente de que por el simple hecho de vestirse como mujer no tiene el derecho de ingresar al baño de damas, nuevamente en este juego gana la ficha negra.

Situación similar le ocurrió a un colega docente, cuando a sus alumnos les pidió de tarea como requisito para realizar una actividad, traer cuántos habitantes registró en el último censo nuestro Estado, así como el número de población según el género; la sorpresa fue que un considerable porcentaje le proporcionaron cifras hasta de diez dígitos con todo y puntos decimales; con tal de reconocerles el “esfuerzo”, registró la tarea como hecha, pero les solicitó que abandonaran el aula con asistencia, para evitar que entorpecieran el trabajo de los cumplidos.

No habían transcurrido cinco minutos cuando una de las autoridades del plantel le ordenó de forma tajante que regresara a los despistados, argumentando que en ninguna parte del reglamento escolar existía tal sanción, entonces le sugirió que les permitiera hacer el trabajo escolar, aclarándole que únicamente les asentara en la lista el error, o sea, quería que la clase fuera una simulación, imagino que si, como la de matemáticas donde estos mismos jóvenes aprueban pese a no saber leer cifras, en fin todo sea porque en el maratón escolar continúe invicta la ignorancia.

Más existen sujetos peores que los anteriores, los que fingen no comprender a la primera, con tal de prolongar el tiempo o los que presumen de desconocimiento para que no se les exija demasiado, esos son los mejores aliados de la ignorancia, pues entorpecen con su actitud cualquier nivel educativo, ahí si que ni por más que corra el felino morado GC nos podrá librar de ellos.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Los libros tienen la palabra


Este año la Feria Internacional del Libro en Guanatos, no fue mucho de mi agrado, no sé si porque acudí el día que más gente iba o así de aglomerado estuvieron los nueve días que se desarrolló; para empezar antes de ingresar, los staffs te pedían muy amablemente que compraras el boleto –el cual con credencial de estudiante, tercera edad o profesor costaba cinco pesos menos– y que después te formaras, una vez que hacías fila, al cruzar la puerta de ingreso comenzaba el desorden, pues veías a ese mar de personas moverse a donde les apuntara el pie.

Entre tal aluvión de gente, no podían faltar las escuelas primarias y secundarias cuyos estudiantes corrían por los pasillos cual si fuese el recreo, tomaban todo lo que los stands de las editoriales se suponía obsequiarían a sus clientes, es decir, al comprar observabas con ojos lastimeros como ese separador magnético que de mucho te habría servido en el seguimiento de la lectura, el gandalla púber se echaba a la bolsa de su camisa escolar el último, igual los posters de escritores que tengo la plena seguridad, estos confiscados chamacos ni siquiera sabrían quienes eran, y lo más seguro es que terminaría en la bolsa de basura de sus casas y no en el marco color marrón que uno le pondría.

Es más, era tanto el desconocimiento de algunos asistentes por los autores que Don Eduardo del Río García, paseaba como un visitante más por los pasillos, sólo pocos que si se percataron de su presencia se acercaron a pedirle un autógrafo, tomarse la fotografía o solicitarle la dedicatoria en algunos de sus textos. De pronto el lugar se cimbró como cuando Moby Dick se estrellaba con furia sobre las lanchas de Stubb y Flask, debido al dolor causado por los arpones y lanzas que la enredaban, esta vez la sacudida no la provocó ese enorme mamífero, ahora se trataba de una marejada juvenil, que como marabunta destrozaban parte de los puestos de las editoriales con tal de sacarle una foto o video al cantante chileno Beto Cuevas, que imagino fue a comprar libros o a medir su poder de convocatoria.

Los libros se vendían por todos lados, los visitantes adquiríamos textos como si se tratase de compras de pánico, algunos nos fijábamos en los autores, otros en el precio, o sea, no les importaba si el libro fuera una mamarrachada, por el simple hecho de ser barato lo compraban; un selecto grupo de individuos siguiendo el slogan del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, de “los libros tienen la palabra”, solicitaban a los libreros que les proporcionaran textos que les dieran consejos, los orientaran o les apoyaran en la mejora de sus vidas.

Por un lapso de tres horas y media, caminamos entre autores, editoriales y libros, esos objetos que a punto están de la extinción, pues ahora es más rápido hacer una tarea o un trabajo escolar desde la comodidad del Internet, recurriendo al tan socorrido copy paste, que gracias al auge vulgar del ardid estudiantil ahora la fácil tarea de copiar y pegar en lugar de leer se ha convertido en investigación; de todo lo que en esa feria de libreros se vendió lo único que no se pudo comercializar fueron las ganas de leer.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

¡Tan joven y tan viejo!


Es curioso como algunos seres humanos conforme avanzamos en edad, nos vamos haciendo cada vez más quisquillosos, cualquier cosa nos pone de un humor que nadie nos soporta, a veces hasta por cosas sencillas explotamos. Según los experimentados médicos, la culpable de tal actitud es la falta de serotonina, un neurotransmisor que inhibe la ira y otras manifestaciones de la conducta común del hombre, es por eso que a partir de que llegué a los cuarentas, como que experimenté ciertos cambios –nada que ver con, “yo no sé… por qué me siento hoy tan diferente” –, como la fatiga, pues lo que anteriormente hacía riéndome, en la actualidad hasta lagrimeo para realizarlo; la memoria se resetea continuamente, olvido con facilidad detalles importantes, es más, yo que nunca necesitaba de esa libretita anual, ahora tengo que recurrir a su uso.

Es por eso que desde que entré en tan delicada etapa, decidí no hacer público el día de mi cumpleaños, pues considero que no es motivo de orgullo que con los años se intensifique nuestro desgaste físico, la llegada de achaques y enfermedades crónicas degenerativas y, para colmo uno tiene que estar de buen humor durante su cumple. Es cuando siento la vocación de ser político, pues según eso, algunos de esa casta sacerdotisa no cumplen.

Con tal de evitar la refrescada de memoria, la fecha de nacimiento hasta del Facebook la omití, así nadie me va a estar recordándolo durante todo el día y para qué recibir felicitaciones de bisutería, pudiendo recibirlas en vivo, disfrutar del analgésico abrazo de quienes te estiman de verdad y no por el pretexto obligado de que el feis te lo recuerde.

Por otro lado, nunca me ha gustado ser de esas personas que se festejan ellos mismos, considero que tal acción deja claro una muestra de baja autoestima, pues si alguien en realidad aprecia tu persona, pues que te lo demuestre o requieres hacerlo del dominio popular, para que tus conocidos se sientan comprometidos y tengan la obligación de felicitarte.

También cuando todos saben la fecha del cumpleaños o que vas a llegar a cierta edad, te comprometen a hacer una fiesta, exigiéndote de forma subliminal –mediante el tan utilizado chantaje de “¿a poco no te mereces un festejo digno de tu persona?” – banquete de lujo, bebidas de calidad y hasta karaoke, para que el que se cree con dotes de cantante tipo alumno de la Nacademia Virtual – ¡ups! Perdón, Academia–, se adueñe del micrófono por más de hora y media, hasta el hastío de los invitados, ya que menciono a estos, en algunos es clásico que además de no llevarte regalo tengan el descaro de invitar a gente que en tu vida la habías visto, ¡eso es abusar! Pues aparte de gorrones, hasta con olla asisten para llevar a sus casas dizque pa´l recalentado.

No es que sea regiomontano, es tan grato compartir al igual de recibir muestras de afecto de quienes conozco, pero no se me hace justo que la vida te facture años, tiempo en que dejaste de ser ese mozo de las fotografías con mínimo dos dedos de frente, alegre de ser quien es, más hoy es quien fue y a algunos por más que intentemos mantenernos siempre joven como ese fantástico personaje de la novela de Oscar Wilde, llamado Dorian Gray. La realidad es que con la llegada de los cuarentas, conoceremos a más médicos y terapeutas, pues probablemente tanto abuso físico al cuerpo nos reditúe un ingenio azucarero, una mala salud de hierro o una muerte repentina.

Pero siendo honesto, mejor acepto en quien me voy a transformar en unos años más e intento vivir lo que resta, olvidando las molestias del cuerpo con placebos como vitaminas, minerales y analgésicos, al fin de cuentas la vida es sabrosa y abundante, entonces… bienvenidas esas felicitaciones cada año que siga vivo, ultimadamente son las enfermedades las que nos recuerdan lo necesario de la salud y lo más importante que continuamos respirando, sólo que ahora ya sin esos sueños guajiros de envidiar a Brat Pitt, ahora hay que experimentar ese mismo sentimiento por Hugh Hefner, el editor fundador de la revista del conejito, para así formar parte de la estadística del 47.3% de mexicanos satisfechos con su vida que en días pasados difundió el INEGI.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

¿Astucia femenina o femme fatal?


Hace unos días escuchando un disco del cantautor argentino Facundo Cabral, llegaron a mis oídos las frases donde este afirmaba que las parejas deben de establecer un vínculo sentimental semejante al de una liga, la cual es estirada por uno de los extremos, mientras que el otro debe de aflojar para no romperla, el problema de esa liga es que no siempre debe de jalarse por el mismo punto, pues puede llegar a trozarse y lo más recomendable es variar los puntos para mantenerla siempre funcional. Por tal razón e inspirado en ello hoy voy a escribir sobre lo que los hombres piensan acerca de la relación de pareja, para después discurrir sobre el enigmático cerebro de las mujeres en torno a las relaciones, es decir, lo que ellas piensan sobre este escabroso tema.

Cuando la relación ya es estable, o sea, ya ha concluido la fase de conquista, donde al macho alfa se le quita lo regiomontano, comprándole a la hembra de sus sueños absolutamente todo lo que ella le pida. Si, cuando nos volvemos unos torpes genios de Aladino, nada más que sin la lámpara, ahora es la cartera quien nos hace el quite con tal de quedar bien con ella y hacerle entender que el amor no sólo son sentimientos, compatibilidad de caracteres o signos del zodiaco bien complementados, también lo es materialista.

Lo triste llega cuando en la cúspide de la estabilidad emocional nos confiamos tanto de que ellas estén a nuestro lado que nos olvidamos de los detalles que las conquistaron, dejamos de ser detallistas. Las flores, los chocolates y los peluches sólo vuelven a visitar las suaves manos de nuestra pareja en fechas concretas, como su cumpleaños o el aniversario de pareja.

Aunado a ello simultáneamente la mujer con el transcurrir del tiempo de esa relación como que pierde su capacidad de asombro, es decir, ya no arquea la ceja, ni dibuja su patita de gallo –esas líneas finitas que parten de las comisuras de los ojos y no necesariamente son una señal de envejecimiento– cuando uno comete a propósito ciertas torpezas o le obsequia, no sé, un reloj de pulsera o el disco nuevo de Thalía, donde canta covers, ¿será entonces que de tanto que fue el cántaro al agua ya pasamos de moda o la hartamos?

Lo irónico es que es precisamente cuando nos cercioramos de que ellas pierden el interés en lo que uno hace, pues como que nos mueven el tapete, entonces al hombre se le cuatrapean los cables del cerebro, volviendo a esa cavernícola fase de la adolescencia de que cuando la mujer ni se fijaba en ti, tú hacías mil tonterías con tal de llamar su atención, entonces la historia se repite, sólo que ahora ya uno no tiene la cara repleta de espinillas, ni ese tufo axilar, hoy pende de la cintura una grasa abdominal que ni el más exigente instructor de gimnasio la quitará, cinco dedos de frente –¡yo tengo más! – y ciertas enfermedades crónicas degenerativas, pero no queda de otra que volver a ser un primate de los caprichos de su corazón o quedarnos más solos que Dios, en fin simple estrategia femenina de la relación de pareja, es cuando te preguntas, ¿por qué te moriste Facundo?

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Original o copia


Cuando compramos un producto nos cercioramos de que éste sea 100% original, pues sabemos que siendo así su calidad es indiscutible; bueno, algunos prefieren la música y las películas piratas argumentando que las originales sus precios muchas veces son estratosféricos, pero, ¿a poco estos no son desechables? En el caso de los discos, al oírlos infinidad de veces lo más probable es que se dañen; respecto a las películas, la calidad de la imagen es pésima, el sonido se escucha como encerrado en lata de chiles jalapeños y en algunas dizque de estreno hasta se observa a los asistentes del cine donde se grabó para su venta.

Entonces cuando los objetos no son originales llegan a decepcionar, lo mismo sucede con las personas que en lugar de ser ellos, simplemente disfrazan sus complejos adoptando la imagen de otros; eso lo tengo bien claro, pues como docente le he dado clases a Justin Bieber, Britney Spears, León Larregui, Selena Gómez, Jim Morrison, Katty Perry, Lady Gaga, y hasta a Wisin y Yandel, pero a los adolescentes se les disculpa, pues como se encuentran en plena etapa de desarrollo, les resulta más fácil apropiarse de una imagen comercial que ser ellos mismos.

Lo extraño será que si esos adolescentes llegan a la edad adulta –¡que no creo que lleguen alguna vez!– continúen comportándose como el disfraz que en su juventud adoptaron para enfrentar las situaciones reales, lo cual sin lugar a dudas les disculpará el seguir cometiendo las mismas estupideces; pero lo más probable es que debido a la presión social busquen una personalidad nueva, o sea, intenten ser igual a alguna celebridad mayorcita, entonces tendremos de compañeros de trabajo a Miguel Bosé, Adele, Steve Jobs, Madonna, Jack Nicholson, Rigoberta Menchú y hasta a Carlos Slim.

Considero aclarar que esta especie de imitadores son los más tranquilos, pues existen otros que son multifacéticos, lo que significa que nunca son el mismo, según el ambiente donde se desempeñen, es decir, podemos encontrar en un mismo sujeto diversas personalidades, como el camarada de empleo, el amigo de escuela, el esposo puritano, el amante perverso y lo más patético, el hijo consentido de mamá, ¡ah, qué tierno! ¿Y cuándo es él en realidad? Lo más probable es que nunca, es más, ni él mismo sabe quién es en realidad.

Mas no todo es imitación, hay algunos que en su largo camino a la originalidad se apropian de objetos, casi-casi como fetiches, lo cual les va forjando una personalidad propia, pues los identificamos con mayor claridad del montón de copias de rockstars y luminarias de la farándula. Es cuando nos atrevemos a afirmar, sólo éste se pondría una cosa así, además a él se le ocurriría vestirse o comportarse de equis forma, lo cual socialmente lo hace aparentar un poco desorientado, lo que significa que la sociedad sólo admite réplicas de gente famosa, por tal motivo, a estas personas les cuesta cierto grado de dificultad su adaptación a cualquier ambiente.

Un servidor no niega haber sido la imitación de alguien alguna vez en la vida, pues como todo ser humano siempre quise ser otro en el intento de huir de mi propio yo; en la niñez era el superhéroe que ayudaba a las desvalidas niñas de los bravucones; durante la adolescencia fui una ridícula imitación del 007, intentando seducir a las profesoras del bachillerato; en la actualidad estoy consciente de ser quien soy, mas espero siempre que cinco o diez compañeros se atrevan a decirme quién soy en realidad para ellos, pues lo más probable es que al hablar de mí mismo, mentiría sobre quién soy, para prueba ahí tienen mi Facebook.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Corazón de concreto


Hace varios años, durante la década de los ochentas, el cantautor español Joaquín Sabina ponía en los carmesís labios de Javier Gurruchaga, líder de la Orquesta Mondragón, una letra que describía cualquier ciudad sobrepoblada del mundo que se sitúa en el mapa de la soledad, que al llegar a ella endulza la boca con el caramelo envenenado de la ansiedad y el estrés que en su trajín produce a quienes ella habitan.

Jamás pensé que la nuestra algún día se asemejaría a la descrita en esa canción, pues aquí la gente se empeña siempre en ser el más dominante que cualquiera, razón que los hace pensar que los niños que venden chicles en la vía pública y los indigentes son parte de la escenografía de nuestras transitadas avenidas; van al trabajo sin un minuto de más, lo que los hace moverse como una antigua película de Chaplin nada más sin comicidad.

Tiene hermosas estudiantes que con su minifalda escolar parecen darle la espalda a la inhibición popular, mientras los artistas circenses que durante cada alto del semáforo brindan un espectáculo digno del Cirque do Soleil por unas cuantas monedas exentas de impuestos de quien si paga tal tributación; no pueden faltar los kamikazes choferes que se vuelven conductores suicidas y daltónicos al no percibir el color del semáforo durante las horas pico y que llegan a considerar al peatón como un tope más.

Pese a ello no hemos perdido nuestra capacidad de asombro ante cualquier novedad comercial y como si diéramos un salto pa´trás darwiniano, nos comportamos como primates atraídos por todo lo que brille, al grado de confundir el destello de la luna con el de los anuncios de neón.

Sus habitantes siempre con ansia de escapar de la monotonía, inventan días feriados para festejar, hacen del quinto día de la semana un jue-bebes, y el viernes se disfrazan de quienes intentan aparentar, acudiendo a reventar a los bares en plan de ligue acechando como el cazador a sus presas y consumiendo botellas de licor que afuera con el dinero que en ellas invirtieron, bien podrían comprar una caja completa.

Desde la madrugada nuestra ciudad empieza a tener vida, uno sale a buscar el medio de transporte que lo llevará al empleo, durante ese andar debemos cuidar donde pisar pues las calles se encuentran invadidas por el excremento de los perros cuyos amos nunca recogerán cuando los sacan a pasear; algunas señoronas ataviadas en ropa deportiva color pastel orbitan alrededor del jardín en su afán por perder esas libritas extra, que a la hora de la cena echaron de más.

Es esa misma gente capaz de manifestarse en contra del cautiverio y maltrato de los animales, pero que siguen dejando encerrados a sus hijos en orfanatos y desollando al prójimo con sus calumnias.

Nuestra ciudad es en sí, un enorme corazón de concreto, que late al ritmo de quienes la habitamos, es esa ciudad que los puritanos intentan equiparar con las míticas Sodoma y Gomorra pero en versión moderna, pese a tal comparación la amo aunque sus pobladores no me correspondan, pues a pesar de que siempre todos estemos tan cerca rozándonos los codos, no somos capaces de estrechar la mano con entusiasmo a quien nos la extiende, y peor aún, la bondad es sinónimo de estupidez.

martes, 30 de octubre de 2012

Muertos de dos días


Cuenta una leyenda urbana que cuando agonizaba Jorge Negrete en un hospital de Los Ángeles California, pidió a sus familiares que lo trajeran si no a morir, pues si de muerto a su país de origen, razón por la cual siempre se le ha vinculado a tan lamentable hecho la canción de Chucho Monge, “México lindo y querido”; de ser verdad tal historia, lo más probable es que el Charro Cantor añoraba morir en nuestra patria para formar parte de ese amasijo de muertos vivientes que pululan por acá.

Pues en México, la muerte forma parte de nuestra cultura, le rendimos devoción y culto, aquí quien muere no es un simple cadáver, es un difuntito, el cual posee la cualidad de nunca ser olvidado, además se le recordará como si estuviera vivo, es más, hasta algunos jurarán haberlo visto o charlado con él. Incluso dependiendo de la zona geográfica del país será inmortalizado una o dos veces al año.

Nuestro cálido estado, es uno de los que dedican dos días del calendario para venerar a los muertitos, el primero de ellos es el uno de noviembre, cuando recordamos llenos de nostalgia a los eternos niños, esos seres que en plena infancia se los llevó la Catrina a jugar con ella al Parque de la Eternidad, razón por la cual a ese día se le conoce como “Todos los santos”; entre las actividades que se realizan en esa fecha, se pueden observar como los familiares de los difuntos chiquitos decoran sus tumbas con una diversidad de globos de helio, peluches de todo tipo, muñecas, carritos y demás juguetes, con la ilusión de que esa noche estos chamaquitos se diviertan con ellos.

Al día siguiente corresponde a los muertos mayores, fecha popularmente conocida como “Los fieles difuntos”, donde los que estamos vivos le damos la bienvenida a aquellos que ya no están en este ingrato mundo. Resulta curioso que los muertos logren unirnos en un guateque que se pone de manifiesto en el Campo Santo, pues este lugar de pronto pierde esa imagen de seriedad y tristeza al ser llenado por millares de flores de cempasúchil, alhelí y coronas de papel multicolor, es en realidad una verbena donde uno puede escuchar mariachis y bandas interpretando esas canciones que arrancan suspiros a los tertulianos ahí presentes.

En casa de los vivos, por esas fechas se recuerda a la memoria del muertito con su respectivo altar que espera con ansia la llegada honrosa del ánima, pues un banquete de deliciosos platillos que en vida degustó lo agasajarán, obvio que no puede faltar la bebida para refrescar ese aliento frío y seco, además de las veladoras que iluminarán el umbral entre el más allá y el más acá.

Como el dicho popular enuncia, “las penas con pan son buenas”, pues no puede faltar ese fiel acompañante de la dieta nacional que es el pan, los cuales esta vez presentan antropomorfas efigies humanas, incluso los hay de algo semejante a ciertos animales o flores espolvoreados de azúcar unas veces rojizas otras tantas rosas, a estos bocadillos se les conoce como “Pan de Muerto”, los cuales se pueden adquirir en los mercados cuando las amas de casa van al mandado y, claro se deben de acompañar con su jarro de chocolate en agua calientito o el aromático café sin o con su piquete.

Los medios de información, escuelas, oficinas e incluso hasta en el seno familiar aprovechan esos días para publicar las tradicionales “Calaveras”, en donde mediante rimas y frases divertidas en sentido figurado describen la muerte de colegas, amigos, personajes del medio político, deporte y espectáculo, esto no significa que con esos textos les estén deseando la muerte.

Para morir no hay como nuestro país, pues a pesar de que la calaca se lo lleve a uno, en las memorias de las personas continuaremos siendo los mismos, ya que es un hecho que aquí se aprecia más a los muertos que a los vivos.

miércoles, 24 de octubre de 2012

De vulgar y corriente…


Cierto día comentábamos un amigo que es editor y un servidor sobre los textos que más se venden, siendo honesto no me sorprendió que los más vendidos sean aquellos que para la secta de la decencia y las buenas costumbres escandalizan con su redacción vulgar, prosaica y soez, al grado de intentar censurarlos, más por lo fácil de comprender resulta imposible llegar a tal extremo, y eso que para algunas instituciones la censura equivale a quitar la caspa decapitando.

¿Qué es lo vulgar? Según su etimología de origen latín “Vulgaris o vulgus
” que al castellanizarse equivale a populacho o pueblo, o sea, lo que es común, general, normal; también se ha utilizado para denominar al lenguaje coloquial, por ejemplo, algunos para referirse a la axila lo hacen como sobaco, pese a los prejuicios de muchos es correcto llamar así a la concavidad que forma el arranque del brazo con el cuerpo, más ciertos acomplejados consideran una falta de respeto emplear el término sobaco, pues se les hace impropio e incluso hasta ofensivo.

Lo mismo sucede cuando nos referimos a las porciones carnosas y redondeadas que se ubican entre el final de la columna vertebral y el inicio de los muslos, pues se cree que al utilizar la acepción nalga se incurre a un improperio, más otros erróneamente, con la idea de que es correcto, emplean la palabra glúteo, sólo que ésta última, se debe usar para nombrar al músculo y no a la protuberancia carnosa; lo que significa que prejuicios e ignorancia van de la mano.

Partiendo de la idea de que es mejor escribir como el habla común, resulta lógico entonces concluir que los libros donde sus autores recurren a coloquialismo sean los más vendidos, pues sería patético leer novelas en las que sus personajes se expresaran con frases rimbombantes o a través de tecnicismos, igual de irónico como sucede en las telenovelas cuando existe una discusión, entre bofetadas, jaloneos y escupitajos cada personaje espera su turno para expresarse, ¡eso ni quien se lo trague! Entonces cómo vamos creer lo que se escribe si no se apega a la realidad, es como pensar que la juventud actual llama ósculo a los besos y coito a la cópula sexual.

Si tal argumento no fuera razonable, entonces el clero en el Siglo IV, para ser exacto en el año 382, no hubiese publicado la Biblia en la denominada “vulgata editio” o edición para el pueblo, la cual se redactó en latín corriente, dejando de lado el latín clásico que era una especie de latín estándar que se utilizaba en la redacción de textos escolares y gubernamentales y, que por lo poco común de sus expresiones causaba entre sus lectores cierto aburrimiento o fastidio al ser leído.

Más la supuesta preocupación por “preservar” las buenas costumbres y la moral, que desde aquellos censores en Roma aplicaban con el propósito de vigilar el comportamiento que para ellos debía ser normal, censurando todo lo que creían incorrecto de los convencionalismos sociales de esas remotas épocas, y que hasta la fecha persiste dando origen a que algunos libros, textos o ensayos no vean la luz pública.

En su ardua jornada por la pulcritud, muchas veces tal censura es tan patética que ha llegado a sugerir modificaciones en cuanto a contenido o títulos de obras, es como si Gabriel García Márquez, a su novela del 2004, la hubiese llamado “Memoria de mis sexo servidoras tristes” o que Antonio Garci, a su obra relajada y didáctica la habría intitulado “Tonterías célebres en la historia de México”, ¡eso sería una castración a la inspiración!

No olvidemos que los libros son cartas que se escriben a los amigos, y esos amigos somos todos los lectores, es decir gente sencilla que nos apropiamos de las ideas en ellos plasmadas para luego discutir, discernir o citar en algún intento de lucidez, por eso somos del populacho y quien no lo es, pues simplemente se dedica a censurar, con el pretexto que cierta vez aludió Martin Heidegger, el de mantener al rebaño perplejo.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Chambas emergentes

Se nota que nuestra ciudad está incrementando a pasos agigantados su índice demográfico, pues en lo que va de este 2012, según cifras del Consejo Nacional de Población, existimos 623, 484 personas, de las cuales 313, 210 somos hombres y 310, 274 mujeres, esto significa que las salas de maternidad de hospitales se abarrotan debido a la reproducción a gran escala que los colimenses realizamos todos los días y, por las noches también, si a ello le agregamos que de acuerdo a la Secretaría de Salud en el Estado, la tasa de mortalidad neonatal ha menguado de 11 a 5 por cada mil recién nacidos vivos en los últimos cinco años.

Pese a esa explosión demográfica nuestro Estado no ha experimentado efectos negativos, pues en julio de este 2012 registra una tasa de desocupación del 4.29%, dos puntos menos que el año anterior y en el segundo trimestre 324, 689 personas cuentan con un empleo, de los cuales el 20.5% pertenecen al sector informal.

Es precisamente esta inmensa minoría quienes ejercen los llamados nuevos empleos o trabajos emergentes, sujetos que desarrollan actividades no convencionales, como los llamados “viene-viene

”, individuos que se instalan en el estacionamiento de supermercados, fungiendo como remedo de “vigilantes” de automóviles de la clientela, cuya actividad consiste en señalar al chofer los espacios disponibles para estacionarse, verbalmente le indica cómo debe de maniobrar para evitar golpear el coche contiguo, entre otras acciones, recibiendo a cambio unas monedas.

El problema de ellos, consiste en que la tienda o plaza no se hace responsable de lo que hagan, pues a pesar de que siempre están merodeando por sus estacionamientos, la empresa asegura de que son ajenos a ellos institucionalmente; lo peor es que la clientela por la prisa de llegar lo más rápido posible a surtir la despensa, dejan al cuidado de unos desconocidos su medio de transporte, corriendo el riesgo de que le roben ese equipo de sonido que incluso hasta vale más que el carro o se lo lleven completo.

Situación parecida ocurre con los lavacoches nómadas o ambulantes, cuyos lugares de operaciones comúnmente son los estacionamientos de escuelas u oficinas, con su cubeta en mano y sin preguntar a veces lavan los vehículos, para posteriormente con cara de tristeza o con una historia digna de la revista “Valle de lágrimas”, conmueven al chofer, el cual terminará pagándole la limpieza de su carro, si la primera vez caíste en su trama, pues serás su cliente al grado de que termines prestándole una suma en efectivo para comprar sus medicamentos, los útiles escolares de sus hijos o contribuir con la pensión alimenticia que le exige su ex.

Los usuarios de taxis se topan con un tipo especie de valet parking, que al llegar a la base de algún sitio o donde es común tomar taxis, este les indica el turno para abordarlo, semejante al perifoneo de la central de autobuses, nada más que él lo hace gritando, claro que ese berrido tiene la intención de que en un mismo servicio dos pasajeros con destinos semejantes utilicen una misma unidad, así el chofer se verá favorecido, agradeciéndole su colaboración con la módica cantidad de cinco pesitos, que después recuperará al cobrarles un poquitín más de la tarifa oficial. ¿Uno por qué tiene que sufrir las consecuencias de tal contubernio? ¿Acaso en Transportes no saben de ello o simplemente se hacen de la vista gorda?

Ahora sólo nos faltan los franeleros, sujetos que privatizan tramos de la acera de calles o avenidas donde se instalan tianguis, mercados u oficinas que no cuentan con estacionamiento, entonces ellos por amor a la comunidad te permiten estacionar tu coche en “su espacio” reservado con rejas de madera, envases de plástico de refresco de dos litros a cambio de cierta cantidad te lo cuidarán de robos, rayones e incluso si jalas aportando cierta cantidad extra con su franela te lo sacudirán para que la raza ya no te le escriba en el cristal trasero “io si kuido el agua”.

Lo peor de estos empleos es que tengamos o no vehículo, somos partícipes de su proliferación pues inclusive hasta hemos llegado a estimarlos por la crudeza de sus míseras vidas o los hemos odiado porque ganan más que uno y no pagan impuestos, pero como es sabido por todos del amor al odio un paso nos separa o viceversa, ¿usted dígame cuál dio?

miércoles, 10 de octubre de 2012

Onomástico


Existen dos cosas en la vida de algunos seres humanos que son pretexto para rechazar las normas sociales establecidas por sus progenitores, la primera de ellas es la familia, si ésta es algo disfuncional, inmediatamente se lo escupirán en la cara, con palabras como “yo no pedí venir al mundo”, “¿por qué nací aquí?”, entre otras quejas que justificarán algunos de sus actos reprochables. La otra es el nombre que sus padres les otorgan.

Aquí si les doy la razón a algunos, pues el nombre es seleccionado desde el momento en que se enteran del género del recién nacido, siendo los propios padres quienes eligen cómo se llamará su retoño; antes de continuar es necesario aclarar que para la intención de este texto el término “nombre” implica una palabra que sirve para identificar a un individuo y distinguirlo de otros, lo cual no significa que con el simple hecho de llamarse de cierta manera el sujeto esté poseyendo las características y cualidades de quien ya se llamó igual que él, es decir, un nombre no indica el valor y la personalidad de los sujetos.

Entre las diversas referencias que existen para nombrar al vástago se encuentran los nombres heredados, es decir, si alguno de los padres o abuelos se llamó Eustaquio o Josefina, pues la pobre criatura tendrá que llamarse igual, para corregir el error alguno de la pareja intentará mejorar la anomalía sugiriendo otro cómo Ricardo o Beatriz, luego cuando el afectado tenga uso de razón, escribirá sólo de forma completa el que le agrada y únicamente la literal inicial del que le incomoda, ¡así o más terrible!

Otro método para seleccionar el nombre apropiado del neonato es recurrir a la Biblia, razón por la cual existen como milagro de los panes y los peces nombres múltiples de José, María, Jesús y en el peor de los casos Ananías, Casimiro y hasta Tarsicio; otros recurren a la revista cultural de antaño pionera de las telenovelas llamada “Lágrimas y risas”, donde la Reina de las Historietas, la señora Yolanda Vargas Dulché de la Parra, es culpable de que muchas mujeres cuarentonas hoy sean identificadas como Rubí, María Isabel, Casandra, Yesenia, Alondra incluso hasta Oyuki.

Caso extraordinario es el fanático del deporte que opta por bautizar o registrar a sus retoños como los países sedes de los mundiales o los juegos olímpicos, motivo por el cual existen personas que responden al llamado de Francia, Grecia, Italia, Argentina, etcétera; también se da el caso del aguerrido aficionado al balompié que llamó a sus hijos América, Morelia o Santos. Igual de patético son los que deciden por ponerles nombres de luminarias de cine o el deporte, aquí la verdad uno experimenta pena ajena cuando por la calle se topa con un Gael, Marilyn, Diego Armando o Brad, y el inocente impúber es morenito de cabellos con champú de viagra.

Y qué decir de aquellos padres de familia que en su ingenuidad heredan el bullying a sus hijos cuando le ponen Zoila a la pequeña y, para colmo ésta se apellida Vaca Del Toro o los que se quieren ver importantes combinado el apellido con los nombres de famosos, razón por la cual hay Tom Cruz, Jennifer López y Arnoldo Sánchez Reyes, ¡hágame usted el favor! ¿Cómo se les ocurre semejante barbaridad? Digo, por qué no se detienen un momento y analizan con calma el ambiente que con un nombre heredarán a sus crías, las cuales sin culpa alguna tendrán que cargar con eso como una especie de maldición o lastre.

De lo anterior, recomiendo estimado lector, si usted y su respetable están en espera de un hijo, tómese todo el embarazo para elegir de forma consciente el nombre del bebé, si carece de imaginación, cómprese un libro donde se lo sugieran, pues incluso en ellos hasta el significado se incluye, pero por favor borre esa tonta idea de que al ponerle el nombre de algún célebre personaje estará dándole personalidad y carácter al futuro ciudadano.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Crustáceos Mejicanos

Han pasado varios días del aniversario de la Independencia, las plazas y comercios ya descolgaron las banderas tricolor, los periódicos murales en las escuelas están descoloridos, los héroes patrios han dejado de reunirse en los restaurantes donde se alimentan esas personas muy importantes de la ciudad; de mexicano sólo nos queda la gastronomía, pues ahora la línea comercial apunta hacia la anglo tradición del halloween.

Todo el bombardeo mediático se ha detenido, lo único nacionalista serán las ceremonias cívicas de honores a nuestro lábaro patrio de los lunes o viernes en las escuelas públicas de nivel básico o la de los ayuntamientos una vez al mes, algunos encuentros deportivos donde los atletas nacionales compitan, entre otros eventos que así lo evoquen hasta llegar a las celebraciones de la Revolución Nacional.

Años atrás ciertos países conceptualizaban al mexicano con aquella imagen del indígena cubierto con un sarape a rayas de enorme sombrero y recostado a la sombra del nopal con su botella de tequila al lado, o sea, para ellos éramos unos perfectos holgazanes; los gringos en cambio, por tratar de limar asperezas con sus vecinos por prohibirles el ingreso a sus hoteles y restaurantes al igual que a los perros, intentaron ofrecer al mundo un concepto visual distinto del mexicano, pues en la película de los estudios Disney de “Los Tres Caballeros”, evocaron al ciudadano de nuestro país como un audaz y alocado gallo ataviado de charro llamado Pancho Pistolas, la Compañía Warner intentó hacer lo mismo, sólo que para ellos un mexicano equivalía a un ratón de piel color cafecita –no negra como Mickey– con ropas de manta cuyo apellido fue González y que se mofaba con improperios de un gato estadounidense, roedor que años adelante vetarían por tales ofensas, mientras el Rey del Rock and Roll

afirmaba que de besar a una mexicana preferiría mejor hacerlo con una negra o una hembra canina.

Igual de peyorativo, hace pocos años un intérprete italiano despreciaría a nuestras femeninas, al decir que para su gusto, las mexicanas eran feas y bigotonas, después comprendimos los motivos de esa expresión, cuando este cantante salió del closet. ¿Y los mexicanos, qué opinión tenemos de nosotros mismos?

Sencillo de explicar, somos a veces peores de racistas que los extranjeros, gracias a esa serie de complejos de inferioridad que nos fomentaron en casa, los cuales hacen que nos comportamos como cangrejos en cubeta, es decir, cuando observamos que alguien empieza a escalar peldaños, con nuestras tenazas envenenadas por la envidia lo jalamos con calumnias de nuevo hasta el fondo, ¿por qué no somos capaces de soportar la superación del prójimo?

Si el vecino cambia de coche o remodela su casa, una de dos, está robando donde trabaja o tiene algún contubernio con el narco; si la compañera de clase de esbelta figura viste ropas sexy, lo más seguro es que anda en malos pasos; si el dueño de la tienda de la esquina saluda muy amable a las chicas de la colonia, es un viejo rabo verde y libidinoso o puede que sea un maníaco sexual en potencia que pretende violarlas.

Cuando el docente brinda facilidades para que sus discípulos reprobados mejoren su calificación o es un profesor barquito o pide ciertos favores económicos y sexuales a cambio; el estudiante de alto rendimiento académico lo consideran un matado, barbero o gusano de biblioteca que no tiene vida propia; si alguien asciende de puesto dentro de la escala laboral, si es mujer lo más probable es que se haya acostado con sus superiores, si se trata de un hombre, puede que sea un mezquino lamebotas o que llego ahí por nepotismo.

Híjole, la verdad es que resulta vergonzoso que entre nosotros mismos por el pánico de no aceptar nuestras capacidades, nos cubramos con una venda los ojos y no veamos con aceptación lo que otros a duras penas logran alcanzar y nos empeñemos en justificar negativamente que ellos son mejores que uno, esto no significa que aceptemos resignadamente nuestras incapacidades, ni que seamos agachones mediocres sin ganas de superarse, al contrario hay que poner en práctica todas nuestras potencialidades para superarlos o alcanzarlos hasta salir de nuestra impotente cubeta.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

¿Pandemia o Pandemónium?


Existen en la especie humana ciertas enfermedades degenerativas que muchos individuos poseemos, algunos estamos inconscientes de padecerlas, otros que desde mi humilde punto de vista son los peores, saben que las padecen y disfrutan su proliferación, ¿a qué enfermedades hago alusión? Pues a esas que salen de nuestros sentimientos, como lo dijo aquel hombre sabio cierta vez, “lo malo no es lo que entra por la boca del hombre, es lo que de ella sale.”

Entre esas pestes que desde antaño han existido se cuentan el autoritarismo, la envidia, el rencor, el odio, la maledicencia, entre otras que se me escapan; lo único malo es que saben camuflarse, pues las personas que las padecen con tal de no ser tan evidentes utilizan el disfraz de la hipocresía y se ocultan en la trinchera de la doble moral.

Recuerdo cuando estaba en pleno apogeo el asunto armado de la invasión gringa a Irak, los norteamericanos, que por excelencia son doble moralistas, observaban a través de sus televisores con orgullo patriótico como su ejército asesinaba iraquíes, más se escandalizaron al grado de censurar a la hermana menor de Michael Jackson por haber enseñado un anillo en forma de sol colocado en su pezón durante el intermedio del Súper Bowl.

Nuestro país no se queda atrás, para empezar se cree que la homosexualidad es una enfermedad que se puede curar mediante ayuda psicológica, con la fuerza de voluntad asistiendo a albergues o afiliándose a cierta religión donde las oraciones y rezos le llegan al creador más rápido que un correo electrónico; las minifaldas y escotes pronunciados son una falta de respeto a la moral, utilizar improperios como los del Negrito Sandía, entre otras situaciones que mejor las omito por sentir pena ajena de los apenados.

¿Cómo saber quiénes están enfermitos de tal lacra mortal? Fácil, cuando escuches a ciertos tipos hablar con inspiración de Dios, religión, virtudes y valores, pues es común que se escuden en la moral para poder manipular a los cerebros débiles, también para ellos la injusticia, pobreza y el hambre de los más necesitados les parecen normal, es más, creen que a esa gente así le gusta vivir, son como dijera el catalán Serrat, lobos con piel de cordero; más tienen un ligero desliz, son los clásicos “farol de la calle, oscuridad de su casa”, pues muchas veces todo eso que señalan como erróneo de nuestra sociedad, lo más probable es que a ellos les encanta hacerlo o entre sus familiares existen algunos que de esa práctica viven.

Además es gente acomplejada que se siente superior, se creen muy decentes, madres y padres perfectos, pero la verdad, hasta el mismo Hitler o Mussolini se apenarían de conocerlos, los únicos que si les aplaudirían sus hazañas serían la Santa Inquisición y el Ku Klux Klan; apreciado lector si usted al observar a la Diana Cazadora de Villa de Álvarez, experimenta rubor y a la vez recorre con la mirada toda su espalda hasta llegar donde ésta termina, vacúnese, no corriendo a una iglesia o con algún psiquiatra, mejor haga un ejercicio de conciencia y vea qué clase de individuo es usted con los que le rodean.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

TLC


Es una maravilla esto del libre comercio, uno se queda sorprendido con eso de las competencias en los negocios de todo tipo, de un changarro a otro los precios de cualquier producto pueden variar de manera favorable para los consumidores, igual cada tendejón se esmera por ofrecer a sus clientes una alta calidad en lo que venden, es un deleite cuando recorro las speedicas calles de la Ciudad de los Taxis amarillos, verdes e incluyentes, el observar como proliferan tales gangas.

Como en la viña del Señor, abundan de todo tipo, es más, hasta las casas funerarias le han entrado a esta sana competencia, pues es posible encontrar paquetes como el de pague ahora y muérase después, hasta ese de convertir en maceta al difunto, haciendo efectivo el dicho tan popular “el que nace pa´maceta no pasa del corredor”, y efectivamente ahora con tal promoción uno no sabe si después de haber dedicado su vida al estudio para ser un prominente profesional, concluya su vida formando parte del ornato en casa, donde cierto familiar exclame ¡María, no le has puesto agua al abuelo, mira que marchito se está poniendo!

Imagino que otra compañía funeral con tal de competir y ganar nuevos clientes va a contratar a un hechicero macumba para que convierta por unos pesitos extra al muertito en zombi, haciendo realidad el sueño de las abnegadas esposas mexicanas, tener un cónyuge que las obedezca al pie de la letra y cumpla sus caprichos.

Un fenómeno que trajo consigo la libertad de mercados es la proliferación de los mini súper; en nuestro estado existen dos compañías que se disputan las ventas, los cuales en su ridícula competencia por ser los predilectos de la clientela se han multiplicado como conejos en celo a tal grado de que en una misma colonia puedes encontrar hasta dos de cada empresa; por mi calle, antes de que existieran disfrutaba el salir por la mañana y contemplar desde el quicio de la puerta los majestuosos volcanes, ahora un enorme y colorado anuncio del negocio que utiliza dos equis para escribir su nombre castra ese paisaje.

En el interior de esas tiendas de autoservicio, es común encontrar a dos empleados, uno de ellos desempeña la labor de forma fácil, pues su actividad consiste en saludarte al llegar y una vez que reúnes tus artículos te indica que su compañero te va a cobrar, mientras el supuesto cajero registra lo adquirido por ti, después de darte a conocer el monto total, si existen centavos que se necesitan para cerrar la unidad, lo más probable es que te exhorte a sumarte a la causa altruista de la empresa, redondeando la cantidad y donando esos centavos que te iban a dar de cambio para auxiliar programas y servicios de instituciones de beneficencia.

Si accedes, serás despedido con una enorme sonrisa, caso contrario si decides que no, pues ni bolsa te ofrecerán para que deposites tu compra, ¿acaso es justo que al cliente se le obligue a contribuir con los dueños de estos establecimientos para que se paren el cuello a cuestas de los “donativos” de uno? A poco no es cierto que tal dinámica les permita evadir impuestos ante el fisco.

Antes en los estanquillos, el abarrotero para quedarse con el cambio de perdida te hacia un trueque con sus respectivos tintes de transa, al darte como cambio gomas de mascar, caramelos o colaciones, que también eran formas engañosas de quedarse con ciertas ganancias, pero de perdida te salías del negocio con un dulce sabor de boca.

Si esos mini súper quieren en realidad recaudar para fines particulares algunos dividendos a favor, no nos quieran ver la cara con el embuste de ser una organización filantrópica, pues no todos estamos tan tontitos, de continuar con tales argucias uno puede llegar a pensar que las siglas de aquel Acuerdo Comercial que se firmó con nuestro país un 17 de diciembre de 1992 y entró en vigencia a partir del 1º de enero de 1994, ahora con tanto engatusamiento significan Transas Libres Comerciales.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Debilidades de la carne


México lindo y querido, es una dicha vivir en tus tierras, además me siento orgulloso de formar parte de esa estadística que a nivel mundial le ha colocado en el nada deleznable segundo lugar en obesidad, pues un treinta por ciento de la población adulta contamos con sobrepeso.

La Ciudad de las Palmeras no se queda atrás, y se suma a esos porcentajes, pues como es sabido por los aborígenes, nuestra dieta está constituida por enormes proporciones de carbohidratos, grasas y azúcares; somos un Estado donde el pan nuestro de cada día no debe faltar en las mesas del desayuno y la cena. Crecimos con la añeja y absurda idea de que los refrescos poseen propiedades curativas, de ahí el mito de que un “Tehuacán” con ácido acetilsalicílico efervescente reduce los efectos de la cruda o que cierta marca de gaseosa de cola vigoriza el cuerpo, y que la bebida del número siete hacia arriba con almidón quita la diarrea.

En las cenas cuando debiéramos de ser más mesurados con la alimentación, la convertimos en verdaderos banquetes, donde el menú lo integran desde tacos de todo tipo, pozole, enchiladas, sopitos, sopes gordos, tostadas de cuerito, pata, oreja y trompa; lo peor es que en muchas ocasiones acostumbramos a degustar de esos platillos horas antes de acostarnos a sucumbir ante los encantos de Morfeo, lo que sin lugar a dudas fomentará el grosor de nuestro tejido adiposo.

La inflación causante del encarecimiento de la vida es otro factor que influye en el sobrepeso de algunas familias, pues ello ha obligado a que ambos integrantes de la pareja se incorporen al mercado laboral, entonces muchas veces no es posible preparar los alimentos en casa, por lo que tienen que recurrir al consumo de la deliciosa pero grasosa comida rápida, donde cierto Coronel con su pollo frito lleva las de ganar.

A pesar de que desde a mediados de los noventas en las escuelas de nivel básico se intenta ofrecer para su consumo productos que nutran a los infantes, ha resultado imposible erradicar esos hábitos alimenticios en la niñez automatizada gracias a la barra de comerciales sobre comida chatarra que se transmite entre los cortes de la programación infantil de la televisión, donde éstos pasan dos tercios de las horas del día.

A lo anterior agreguémosle todos esos cumpleaños nice que las orgullosas madres les organizan en los restaurantes del payasito feliz o el rey de las hamburguesas, donde se pone de ejemplo que no hay mejor comida para un festejado como los manjares que ahí se preparan; igual no olvidemos el típico lunch que las preocupadas amas de casa les preparan a sus retoños para irse a la escuela, donde les incluyen una barrita de cereal, su respectivo paquete de pastelitos de las aves acuáticas que habitan el Hemisferio Sur y la bebida de néctar del árbol mexicano que da jugos enlatados, ¡vaya eso si es nutritivo!

Un factor extra para estar bien rebosantes de gordura, es que ahora en los empleos se consumen alimentos a diferentes horas de la jornada laboral, anteriormente algunos trabajadores llevaban su desayuno en recipientes de plástico, ahora eso es algo pasado de moda, pues primero al llegar hay que desayunar un pequeño refrigerio antes de empezar, después viene el tan exigido break para el almuerzo donde llamas a alguna cafetería o lonchería para solicitarle la suculenta torta de lo mismo, posteriormente entre cada hora no puede faltar la colación o el antojo, el cual puede ser desde una bolsa de papas fritas, panquecitos y galletas de avena para no engordar, ¡hágame usted el favor!

Ante estos ejemplos de alimentación hasta el más fuerte se rinde, entrándole a lo que le pongan enfrente, como ustedes saben la carne es débil, y a menos de que alguien invente un menudo light, carnitas o chicharrón sin calorías, nuestro país moderno seguirá teniendo más muertes por sobrepeso que por falta de alimentos, por otro lado, mejor haga ejercicio, la liposucción, el engrapado abdominal o el tru-trú de tripas es altamente de riesgo, ni siquiera lo dude.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

El Facebroke


Nos causa admiración, incluso hasta hemos satanizado a los adictos a cualquier estupefaciente, llámese marihuana, cocaína u otra droga de diseño; por la fuerte dependencia que estos poseen nos atrevemos a juzgar que tal adicción es debido a la baja autoestima de quien la consume, que requieren ayuda o en el infame de los casos que son algo perdido. Existe otra adicción que de manera silenciosa merma igual o un poco peor que las dependencias a los tóxicos antes señalados, me refiero al Facebook, pues tal red social ha pasado de un divertimento a algo primordial en la vida de algunas personas, pues en ciertos casos se ha vuelto algo excesivo, llegando a enajenar tanto que el usuario se desconecta del entorno real.

Se encuentran documentados en revistas especializadas e incluso en el mismo internet casos de matrimonios que se han disuelto por el absurdo hecho de que alguno de los dos intercambió halagos, piropos o situaciones cibersexuales con los supuestos “amigos”, llegando a considerar tal hecho como una causante de divorcio; varios estudiantes han causado baja de sus recintos escolares debido a que reprueban todas sus materias, el motivo permanecer más tiempo consultando las actualizaciones en la citada red social que haciendo labores académicas, mientras los inocentes de sus progenitores creen que se encuentran elaborando trabajos escolares y tristemente se enteran de la verdad cuando la escuela les entona “Las golondrinas”.

¿Cómo saber si uno es adicto al Facebook o no? Para responder a esta pregunta es necesario hacer un ejercicio de como utilizamos este medio; por ejemplo, el tiempo que teníamos pensado permanecer conectados se nos olvida al grado de parecer un comatoso, es decir, de forma frecuente deja de hacer actividades laborales con tal de echarle un rápida miradita a lo que están “pensando” sus amigos en el feis; considera más excitante charlar con su pareja o prospecto por esta red social que en un lugar íntimo, un restaurante o café. La mayoría de tus amistades son virtuales, es más, a algunos nunca los has visto en persona, pero el saber que tienes más de mil te hace sentir apreciado por ellos.

Como en toda adicción, te comes las uñas o frotas las manos debido a la ansiedad por ver qué te han etiquetado, cuántas solicitudes de “amistad”, notificaciones y mensajes has recibido; para algunos es el fin del mundo cuando la conexión a Internet falla, pues creen que se perderán de muchos eventos debido a esa carencia. Como consecuencia sus pensamientos se concentran únicamente en lo que estarían haciendo si tuvieran red en ese momento.

Si no te consideras adicto, ¿por qué te molesta que alguien requiera de tu presencia cuando estás en plena sesión de chat? Igual si consideras mejor permanecer conectado que dormir, pues muchas veces cuando el Astro Rey va asomándose en el horizonte tú apenas vas guardando la laptop, por eso en la escuela o empleo tienes esa cara de amodorrado.

Si al leer lo anterior, llegas a la conclusión de que algunas actitudes se asemejan a las tuyas, puedo asegurarte que eres un adicto al Facebook, lo cual no es bueno, pues estás a punto de perder contacto con la realidad aislándote de tus seres más cercanos hasta el grado de perderlos; si eres tú o conoces a alguien que presente las características ya señaladas, no lo dudes ni un momento y acude con algún terapeuta, pues eso de experimentar depresión, frustración y control por encima de lo que se desea, definitivamente pueden acabar contigo y con quienes más te aman.

Esta red social, es un medio para intercambiar información, reducir distancias, contactar a familiares y amigos que se encuentran en otros países, pero no lo es todo en tu vida, vamos desconéctate, sal a la calle, disfruta del mundo real mientras vivas y no seas un cadáver más del Internet como muchos que conozco.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Pubertad, maligno tesoro


Antes de empezar a escribir me hice la promesa de no llorar, más… no pude… permítanme unos minutos… snif, snif, snif… ¡ah, ya! Listo, parece que lo he superado. Existe una etapa en el desarrollo humano tan efímera que dura lo que tardamos en bostezar de la infancia a la adolescencia, es una etapa corta, pero la que más pesa en los años siguientes, es más, tal vez para algunos sea como una especie de estigma o cicatriz que ni aun en la edad adulta podamos borrarla de nuestro pisqué, me refiero a la pubertad.

Durante su manifestación físicamente experimentamos lo más extraño, las damas conocen por vez primera las punzadas de los cólicos menstruales y en los caballeros se nota el cambio de voz, la salida de pelos donde jamás imaginaste, para colmo en algunos que les alucinaba tener esa barbita de cuatro días que luce el ídolo del rock, lo más cruel es que el mentón será el último en poblarse, pero para sentirte grande te dejas el mostacho a lo Cantinflas, que más bien se asemeja a un puñado de esquilines.

A los hombres nos pesa abandonar nuestros juguetes, las mujeres en cambio prefieren enamorarse de un tarado mayor de edad con coche, que con su estridente música incomode a sus padres y que le esconda las pantis en la guantera a la hora de los arrumacos. Patéticamente los machitos de mamá, tratan de encontrarle el atractivo o lo interesante a las chicas de su edad, para lo cual adoptan la actitud de me vale Wilson la sociedad, más a esa edad encuentran sabrosamente sexuales a las mamás de sus compañeros de escuela.

Los chavos por una hermosa casualidad del destino descubren, lo que Diógenes denominó el “regalo de los dioses”, la masturbación, donde hacen cómplice a la revista del conejito o con la simple ayuda de su imaginación intimidan con la encamable muchacha del aseo, la teacher de inglés o la vecina madurona de buen ver, razón por la cual parte del tiempo se la pasan en el baño y no para darse una ducha precisamente, es cuando ocurre el fenómeno de que los cuatro azulejos que se localizan frente al retrete no tienen sarro y son los más pulidos. Años más adelante descubrirás que con la copulación todo es mera socialización y poco a poco dejarás para casos extremos el individualismo del onanismo.

Otra característica de esta etapa es la vanidad, pues hace acto de presencia con todas las de moler, es cuando te da por sentirte adonis, más resulta que a Dios se le ocurre con su buen sentido del humor jugarte una broma, premiándote con barritos y espinillas que te dejaran la nariz como fresa o parecida a la de la Bruja de Blancanieves; entonces para verte guapo, pues te los pellizcas, para en un futuro no muy lejano tener cara de raspaquesos.

En casa, mamá o papá que antes los idolatrabas por su sabiduría, se ponen estrictos, prohibiendo todo, para empezar como a la Cenicienta te quieren en casa antes de las once de la noche, en algunos momentos te aplican toque de queda, es más, tanta desconfianza hacia tu persona despierta ciertos sentimientos que dan la impresión de que nadie en el hogar, aburrido hogar te comprende; las payasadas que antes te aplaudían se vuelven nangueras, si te equivocas en realizar equis actividad ya nadie te explica pacientemente cómo intentarlo de nuevo, ahora literalmente eres todo un estúpido.

A consecuencia de ello haces de tu alcoba una especie de trinchera o refugio, recuerdo que este inseguro servidor eso hacía mientras sus congéneres se volvían hombres consumiendo cigarros y bebiendo cerveza hasta embrutecerse o experimentaban con estupefacientes otros estados de ánimo, yo en cambio me la pasaba escuchando cassettes grabados de la extinta Radio Juventud, martirizándome como vil masoquista al escuchar “Take my breath away”, pues evocaba a la esquelética vecina pecosa, que los ojetes del barrio la apodaban “la jícama con chile”, y que por falta de blanquillos nunca me atreví a exponerle mis sentimientos.

Entre tardeadas, que ya ni se usan en la actualidad, aburridos libros de texto de la secundaria, llega la adolescencia deshaciendo esa perversión sexual conocida como virginidad, pues uno hace del coito una especie de terapia que intente borrar la anterior traumática fase del desarrollo, es cuando agradecemos a nuestros padres por la religión que nos heredaron, la cual nos enseñó que el sexo es algo sucio, y como ustedes saben cuando algo es dañino más nos agrada; en conclusión les aseguro que por estas razones jamás desearía volver a ser ese cavernícola que a cierta edad fui… snif, snif, snif…

miércoles, 22 de agosto de 2012

Los indeseables


Los seres humanos, entre todas las especies que habitamos este lugar que los homo sapiens han puesto por nombre Tierra, somos los más complejos, por un lado no nos agrada la soledad, por otro cuando estamos en compañía de alguien más, como que nos enfadamos de estar tanto tiempo con esa o esas mismas personas e intentamos socializar con otras que de seguro igual nos van a aburrir, ¡así o nos quieren envueltos para regalo!

¿Por qué nos volvemos indeseables? Esa pregunta me la he hecho infinidad de ocasiones cuando por ahí alguien lo ha manifestado en mi contra, ¡ups! Será en mi contra o a mi favor, digo, muchas veces de lo bien que estamos no nos damos cuenta lo malo que somos, es más, cuesta trabajo aceptar nuestros errores, y nos incomoda que otros nos lo digan.

En lo que llevo de vida me he dado cuenta de algunas situaciones que me incomodan de los demás y que yo también inconscientemente he incurrido en hacerlas, por ejemplo, hablar fuerte cuando se recibe una llamada por teléfono, es irritante que uno se encuentra concentrado en su actividad, de repente escuchamos el berrido o voz de pito loco del compañero de la oficina regañar a su hijo, saludar a su pareja con palabritas dulces o narrar sus aventuras para que todos nos demos cuenta, a veces cuando su ego está más quieto dizque se encierran en el baño para no incomodar, pero se pone peor, pues parece que le agrega efectos especiales, pues logra una terrible reverberación que los hace oír como alta voz, no quiero imaginar si dentro de ese baño hay otro individuo intentando hacer sus necesidades, el pobrecito perderá su falta de concentración, ustedes ya saben a qué me refiero.

Me disculparán todos esos mártires, pero lo peor que uno puede hacer para ser catalogado como non grato en las oficinas o escuelas, es ir enfermo, eso es no tener vergüenza o por no refrescarles la memoria de su santa madrecita, vas a ventilar los virus para generar una epidemia entre tus compañeros, ¿acaso no tienes conciencia? Nadie te va erigir un monumento, al contrario lo único que vas a lograr es que los demás sientan asco de ti; por favor trata de ser solidario guardando tu personita en casa mientras convaleces, estoy seguro que te lo agradecerán.

Si te causa repulsión bajar la perilla del inodoro, pues coge un pedazo de papel higiénico y cúbrela, gira la palanca y tira el papel, así de sencillo, si sigues mis instrucciones ten la seguridad que todos estaremos complacidos de ya no oler tu fantástica esencia. Igual de cochino es el que no se lava las manos después de comer o ir al baño, que dices en tu interior, “al fin de cuentas ni saben si lo hice o no”, no seas inconsciente, quien te salude más adelante percibirá que su mano derecha huele a barbacoa, chilaquiles u otros aromas desagradables, mejor lávatelas, no seas antihigiénico.

Esto me recuerda a los besucones que al saludarte con tanta efusividad olvidan que momentos antes le entraron a los tacos de canasta, eso no es un hábito sexy, es más bien algo asqueroso, que muchas veces llega a decepcionar el concepto que se tenía de esa persona. Evita hablar de religión, política o deporte, pues lo más seguro es que hieras ciertas susceptibilidades, existen más temáticas por abordar en una charla, igual no hables del prójimo en su ausencia, si vas a hablar hazlo como si estuviera presente, verás que con eso los demás se formaron un concepto positivo de ti.

El come éxitos, es otra actitud que se pone de manifiesto cuando orgulloso el jefe te felicita por un trabajo bien hecho y en lugar de ser responsable dándole crédito a los demás que participaron contigo para hacerlo correctamente, te quedas callado saboreando las mieles de la victoria, por favor aprendamos a laborar en equipo, haciendo público el esfuerzo de los grupos de trabajo.

Mención honorífica merecen los tonos del celular, fondos de pantalla y los salvapantallas de los compañeros de escuela o trabajo, que en lugar de evidenciar de forma positiva la personalidad de ellos, los llegan a desacreditar, pues pese a que a la gente les causan gracias, existe la probabilidad de generar un concepto erróneo de quien eres en realidad. Espero que con estas ideas el ambiente donde convivimos los seres humanos mejore, pero lo más probable es que digas, “¡ah mira! Lee esto, están describiendo a…”, si así piensas, pues ya cometí otra de mis burradas.

miércoles, 15 de agosto de 2012

¿Eres mexicano o te hacen?


Hace unos años, cuando Timbiriche se encontraba en su etapa infantil cantaban una canción llamada “México”, con un arreglo tan britpop, que lo único mexicano eran las trompetas mariacheras que en algunos puentes musicales se escuchaban; lo rescatable era que gracias al deletreo “M, E, acento, X, I, C y O”, los chamacos de perdida sabían que el nombre de nuestro país lleva acento y se escribe con equis, si se pretendía fomentar cierta identificación con el país a través de esta composición, pues nomás no, si ni el Himno Nacional nos lo sabemos, ¿cómo una absurda interpretación lo iba a lograr?

Así de ridículo como el anterior intento por mexicanizarnos, el sábado pasado cuando la Selección Nacional olímpica le ganó a su similar de Brasil, obteniendo medalla de oro, lo cual hizo que me sintiera satisfecho, pues por fin se conseguía un triunfo en final de soccer, y como todos sabemos ni siquiera en los mundiales lo han hecho, motivo por el cual uno puede decir que era lo justo; lo injusto fue esa forma de querer manipular a las masas que los canales de televisión, radio y otros medios hacen de este triunfo.

Las exageradas crónicas de los comentaristas deportivos del canal donde vi el encuentro, además de pretensiosas evidenciaban esa intención de abusar hegemónicamente sobre la cultura del espectador, intentando infundir el sentido nacionalista con palabras como “este triunfo, nos hace sentir mexicanos”, “hoy es un sábado de gloria” o la peor de todas “los nuevos niños héroes”.

De estar en lo correcto lo que dicen en su verborrea a partir de este triunfo, las escuelas de nivel básico tendrían que incluir en las efemérides correspondientes al mes de agosto la hazaña olímpica de la selección azteca; cada once de agosto en plazas cívicas de escuelas, oficinas de gobierno y canchas de fútbol se rendirían homenaje a los Nuevos Niños Héroes, durante ese día por ser declarado glorioso, las campanas de todas las iglesias repicarían para conmemorar tan sagrada fecha; en los billetes de quinientos se sustituiría la imagen del pintor Diego Rivera por la de Luis Fernando Tena; al igual que con las películas de Pedro Infante en sus homenajes, el encuentro se retransmitiría cada año con tres repeticiones como ese día se hizo, todo gracias a esa manera de fomentar el fervor patrio.

La consigna para ser considerados como mexicanos según los cronistas deportivos es que al ganar la selección, debemos demostrar nuestra nacionalidad festejando, poniéndonos hasta las chanclas de borrachos con la cerveza patrocinadora, pues no hay Ley Seca que lo prohíba, olvidándonos de los problemas, ya mañana volveremos a ingeniárnosla para proporcionarle alimento a la familia; los desempleados, por el momento disfruten del triunfo como un logro más, tal vez dentro de tres meses por fin consigan el empleo que les remunerará medio salario al día; deudores estén tranquilos pues con la euforia sus acreedores los dejarán en paz, por lo tanto puede acudir al estanquillo de la esquina a comprar fiado los refrescos de cola, las papas fritas y el pan que los seleccionados consumen, además no olvide acudir cada quincena con su tarjeta de crédito a surtir la despensa en el supermercado oficial de la selección.

Es una pena que los atletas que ganaron medallas en otras disciplinas no motiven el fervor patriótico, será porque para los ojos comerciales no son deportes del dominio popular como lo es el balompié. Usted por lo pronto preocúpese de no engatusarse por los trucos publicitarios que en lugar de mexicanos quieren mejinacos, ¡no se deje, defienda su idiosincrasia!¿Eres mexicano o te hacen?

miércoles, 8 de agosto de 2012

¡Que no te apantallen!


Durante la infancia no era muy asiduo al cine, fue en la adolescencia que el séptimo arte se volvió una fábrica de ilusiones, cada película que veía se transformaba en sueños que hacían olvidarme de la realidad en la que vivía, pues al identificarme con alguno de los personajes de la trama los problemas típicos de la edad se esfumaban por las horas de duración de cada film.

Las dos semanas que tuve de asueto me di a la tarea de visitar las salas de cine que hay en la ciudad, tuve la suerte de que fuera verano, época del año en que las grandes compañías cinematográficas lanzan los llamados blockbuster o largometrajes que serán todo un éxito en taquilla. El primero que vi fue la tercera parte de Madagascar, que para mi gusto supera a la anterior, pues los diálogos de cada personaje están ingeniosamente bien estructurados, pese a que la fórmula del guion es la misma que las dos primeras partes, el regreso de los cuatro animales al zoológico de Nueva York, más el humor fino que en ella se pone de manifiesto hace que uno se la pase entretenido.

Desde niño he sido un aguerrido coleccionista de comic de superhéroes, razón por la cual no podía perderme The Amazing Spiderman, más tal refrito fue decepcionante, lo sorprendente esta vez no es el Hombre Araña, son los gabachos que en su tierra natal hicieron de esta tarugada un éxito de taquilla, ¡mira que recaudar 62 millones de dólares en su primera semana! Lo cual evidencia que tanto Internet y comida rápida provocan daños cerebrales irreversibles, pues sólo así uno se explica porqué la cinta que hizo el director Sam Raimi en el 2002 parezca toda una obra de arte ante esta chafa réplica.

Otra gringadera fue el churro de Ice Age: Continental Drift o Era del Hielo 4, cualquier individuo con un coeficiente intelectual normal, sabe que la trama está llena de incongruencias, las bromas se parecen a las mismas de sus antecesoras, es más, Scrat la ardilla prehistórica como en las otras versiones repite la idiotez del fallido intento por coger la bellota sobre una superficie que terminará agrietándose; ese día fue tanta la decepción que estuve a punto de ir a reclamarle a la gerencia del cine por cobrar la exhibición de tal porquería.

La cereza del pastel fue Batman: The Dark Knight Rises, cinta que con entusiasmo estuve esperando ver, y que gracias a esa franquicia pude darme cuenta que Christian Bale con su actuación tiene un papel asegurado en cualquier telenovela de manufactura nacional, pues el drama sentimental ahí exhibido bien podría equipararse a cualquiera de las que produce el Canal de las Estrellas; la trama carece de esa alegoría psicológica que en su primera parte nos asombró y claro, las actuaciones cargadas de suspenso con su respectiva adrenalina nunca igualará a la segunda, ¡ah Heath Ledger, cómo te echamos de menos!

El guion es una mixtura de varias sagas de comic, La caída del murciélago, Cataclismo, Hijo Pródigo, rematando con algo semejante a la serie animada Batman Beyond (Batman del futuro); supongo que tanto la nalga y la paciencia del espectador se merecen respeto, ¡durar 150 minutos es cansado! Pero tengo la certeza que aquellos que desconocen la novela gráfica del personaje creado por Bob Kane, habrán abandonado la sala diciendo, ¡órale, fue un peliculón!

Considero correcto que si se va al cine, lo más saludable es tener el derecho de opinar por lo que pagaste para evitar que otros caigan en el engaño. Acaso ustedes se dejaron engatusar por la estafa del Titanic en tercera dimensión, ¡hágame el favor, desembolsar centavos por una película que fue filmada en dos dimensiones! Que no le vean la cara, cuide su dinero y no se apantalle.

miércoles, 25 de julio de 2012

Traidores del MSN


Esa mañana calurosa de fuerte transpiración, de esas cuando el desodorante axilar tiende a fallar, y hace que te llegue a chillar la rata o deja entrever los delicados lamparones en la camisa, llegué a la oficina invadido por la nostalgia y con el pesar de lo ingrato que he sido todo este tiempo que he estado idiotizado por el pinche Facebook, sentimientos desatados producto de observar en la parte inferior derecha del monitor al clásico icono de los muñequitos verde y azul entrelazados con la cinta color oro.

De pronto suspiré, ahí estaba impaciente esperando que lo utilizara como antaño, cuando lo primero que hacía después de encender la computadora era conectarme, no sin antes colocar una frasecita pseudo intelectualoide como lema y empezar a saludar a todos mis contactos; al parecer no me guardaba rencor por el olvido, era como la esposa fiel que espera el regreso de su marido, es más, me sentí como Ulises (Odiseo) al regresar a la Isla de Ítaca y ser recibido por Penélope y Telémaco, pues ahí habitaban los 382 contactos aguardando mi llegada.

Ellos al verme, como si se alegraran de que por fin al dar “enter” me integrara de nuevo a sus roles de vida en el Messenger, comenzaron a decir frases como “¡y ese milagro!”, “¿dónde te habías metido?”, “¿por qué ya no te conectabas?”, entre otras que hincharon el ego, haciéndome sentir una persona importante, casi, casi como vital. Después llegaron los “emoticones” de todo tipo, :), :(, etc., los cuales trajeron ingratos recuerdos de cuando intentaba escribir una palabra y luego era interrumpida por esas aberrantes imágenes, haciendo del lenguaje escrito un verdadero desgarriate, además sólo un afásico de lento aprendizaje estaría satisfecho de que su forma de expresarse lo representaran tan degradantes símbolos.

Posteriormente la pantalla fue invadida por diversas ventanas en tonos rojizos de los contactos bombardeando de comentarios, y yo hecho un pendejo al tratar de ser cortes con todos queriéndoles responder a cada uno, pero como nunca he sido mecanógrafo, pues tengo la habilidad de un pollo para teclear, allí me tienen apuradísimo, además de atarantado al soportar la tiznada musiquita que avisa sobre cada intervención de los contactos.

De pronto llega el insight, que trae a la memoria las múltiples razones por las cuales había tomado la sabia decisión de clausurar las ansias de ocio por estar conectado en este supuesto medio de comunicación, como lo son las actitudes de aquellos usuarios ojetes que ignoran lo que les escribes, te menosprecian con el jodido argumento de que están ocupados –claro, charlando con otros–, también aquellos que como si fueran una especie de Führer, hacen todo un holocausto de los contactos que les incomodan al eliminarlos de forma definitiva o simplemente bloquearlos para continuar con ellos espiando sus acciones como la Mata Hari.

Otro punto desagradable de este sitio es la mezquina actitud del sujeto que opta por iniciar su sesión como “ausente” para sólo charlar con quienes si le agradan –digo, si te consideran insoportable, porqué chingado te conservan como contacto–, de la misma manera está el imbécil que se autodenomina como “ocupado”, óigame, si va a entrar a un sitio de esparcimiento, entonces resulta lo más pendejo decirle a todos que se encuentra atareado; pero el peor de todos es aquel que aparece como si no estuviera conectado, pero en realidad si lo está, sólo que se oculta o mantiene al margen para estar acechando lo que hacen los demás.

Después de hacer tales reflexiones, ¡qué carajos hago invirtiendo el tiempo en esta antediluviana red social! Si cuento con otras modernas, además el pobre MSN por mantenerse vigente tuvo que sucumbir ante la fuerte influencia del Facebook, sumándose como una herramienta más de la citada red; al que si me lo tienen bien olvidado es al metroFLOG, con todo y sus tan firmadas “Pikas”, que ya por el abandono son patrimonio del ciberespacio; además recuerde apreciado lector, que la gente ni es tan fea como se ve en la credencial del IFE, ni muy guapa como aparenta lucir en la foto de identificación de su perfil en cualquiera de las redes sociales.