jueves, 22 de febrero de 2018

Génesis

Sin dedicatoria a pesar de que tú te sentirás aludido.

En el principio de los tiempos, cuando la nada no existía, porque nadie la había inventado, los Godínez –empleados de oficina, pa´que sepan quién son–, después de viajar como flete en los camiones urbanos, disputar su horario de descanso con el maldito despertador… tic… tac… tic… tac… ¡histeria pura chingado! Al arribar a su escritorio era común encontrarse con el memorándum, especie de correspondencia donde se comunicaba de forma sucinta asuntos de la jornada laboral correspondientes a ese día o se impartían indicaciones simples.

Conforme fueron pasando los días, se reunieron varios demonios para hacer sus diabluras, cambiando la rectangular hoja del memorándum por los pegajosos posticks, que como sanguijuelas se adherían a todos los objetos del escritorio, ahora el chamuco mayor de la oficina por ahí podría hacer llegar sus indicaciones de sutil emperador. Así transcurrieron los años, hasta que en cierta fecha cuya memoria miope de quien firma lo que escribe no quiere recordar, por arte de fuerzas cósmicas y etéreas llegó del infinito el correo electrónico, ahora los Godínez tendrían la consigna de todas las mañanas devotamente revisar en sus computadoras las disposiciones para su labor.

Era obvio que en ese teje y maneje tendría que intervenir otro ser maligno, ese que como Rey Midas a la inversa, todo lo que toca lo convierte en una masa oscura y putrefacta, que con tal de sobresalir de los demás utilizó este medio para atemorizar con sus cadenitas, intercambiar fotografías de personas disfrazados de Adán y Eva o videos donde se documentaban actos de procreación humana de esas que no llegan a la reproducción, desvirtuando así la seriedad de la comunicación en la oficina. ¿Cómo detenerlo si no es un medio oficial? ¡Es prestado wee! Como en la actualidad lo son todas esas redes sociales que les ponen stickers de oficial mi buen, además, no hay que olvidar que la libertad de expresión es una garantía individual.

Entonces estimado godín, no le queda más que apechugar lo que le llegue de bisuterías en mensajes a través del grupo de WhatsApp que el mero chipocludo de la chamba hizo para comunicarse con usted.

jueves, 15 de febrero de 2018

El mes más orate del año.

Dedicado a ti que eres un forever alone.

Ahora sí que ese slogan de que este mes padece de sus facultades mentales se está convirtiendo en una realidad, ¿cuál sería la perturbación mental políticamente correcta para colgársela a febrero? La verdad es que son varias, de entrada fue el mes que inauguró los puentes etílicos del 2018 con ese añorado y en la actualidad extrañado lunes cinco, luego llegaron los días bipolares, pues hubo fechas de un calor de la tiznada, otras lluviosas, algunas que de tan frías los volcanes se cubrieron de nieve, es más, hasta nos tembló trayendo consigo nuevamente el pinche calorón.

El martes de esta semana llegó con la fecha aterradora del 13, que para algunos es considerado como funesto y que se volvió en rituales para alejar los posibles infortunios que podrían ligarse al destino de las personas, entonces no pudo faltar en tu bolsillo ese cítrico que los mexinacos le hemos dotado de poderes sobrenaturales, o sea, el limón, el cual bien pudo ir contigo completo pero con su crucecita trazada o también en collar, ¡ah, no se crean! Eso es para el garrotillo de los perros.

Pero la fecha anterior no fue nada comparada con el 14, día en que dos calendarios convergieron, por un lado estaba el gregoriano aunado a lo comercial del día del amor que te sugería intercambiar afecto de cualquier índole, material, sentimental y carnal – ¡uy, qué intenso! – y el de la beatitud o mariano que daba inicio a los rituales de Semana Santa con el Miércoles de Ceniza, el primero de los días de ayuno, así que con todo y pena algunos tuvieron que darle delete en su cerebro a esa visita al hotel de los jabones chiquitos con tal de evitar el sudor de darle gusto al cuerpo, mientras otros se volvieron ateos por conveniencia.

En cambio, si fuiste de los que ni sufrieron ni se acongojaron con las locuras de febrero y el día catorce con sus globos en color de rosa, las paletitas de caramelo con las cursilísimas frases y la melcocha no surtieron sus efectos pues bien sabes que eres y serás un forever alone, eterno inquilino de la friendzone desde la adolescencia, ahora espera a que como el slogan que cité al principio, marzo no sea otro poco.

jueves, 8 de febrero de 2018

Derramándose

Dedicado a ustedes que humildemente leen lo que escribo.

Un día cualquiera en la cafetería escolar, el humeante café impregna el olor del lugar camuflando ese aroma hormonal de los típicos adolescentes que en hora pico saturan el establecimiento a niveles de que te conviertes en un pordiosero ante los ojos de las camareras suplicando que te atiendan, quienes ya sabemos que a la hora del receso no cabe ni una hormiga optamos por ir a cierto horario menos concurrido.

Al realizar el pedido de lo que desayunaré esa mañana, con paso pausado y sarcástica sonrisa como cuando te tomas una selfie, se aproxima ese profesor investigador con su barbita de leñador, camisa a cuadros tipo franela y botas de minero, lo primero que viene a mi cerebro es pensar en Caperucita Roja. Lo saludo como si en realidad lo conociera, el sujeto me aprieta el hombro al mismo tiempo que dice “¡es un lujo compartir espacio con el escritor de cotidianidades más leído por secretarias, personal de servicio y guardias en la institución!”.

Mientras me sirvo agua fresca le sonrío como si su chascarrillo hubiera causado gracia, de pronto el vaso comienza a derramarse, el profesor ensanchando sus pupilas, dice: ¡está lleno! Lo estás tirando, ¿qué no te das cuenta de que ya no le cabe más? Entonces doy una respiradita antes de responder “áhaa…áhaaa…áhaaa…”: Compañero como el vaso, tu estas llenó de información, de cultura, erudición y teorías complejas, creo entonces que mis textos no son aptos para seres humanos de tu nivel, sino para esas personas sencillas y abiertas receptoras a las ideas que expreso, pues así como este recipiente, de tan lleno que te encuentras te derramas creyendo que lo que escribo cae en lo superfluo de lo que tú sabes.

Ya en la mesa mientras saboreaba esa rica torta de chilaquiles, como que experimenté algo de pena, al llegar a la conclusión de que el ego es en sí un berrinche existencial, pero también hay gente tan intolerante que hasta la lactosa los rechaza. Yo soy Marcial y ustedes… por fortuna no.

jueves, 1 de febrero de 2018

Tobías.

Dedicado a la memoria de la kity, la duquesa y el gordo Q.E.P.D.

Desde que tengo uso de razón –y de eso hace muy poco como dijeran mis detractores–, he tenido el sueño liviano, siendo sincero, creo que es lo único que pesa menos en mí, con decirles que si pasan esquilines por la pared me despiertan sus pasos. Antes eran los aullidos de una vecina que a deshora de la noche con y sin luna llena emitía sonidos guturales a elevados decibeles, ahora es por el pobre de Tobías.

Esta inocente criatura cuando llegó al mundo de mis vecinos del traspatio todo era dulzura, a cada rato escuchaba esas vocecitas ridículas producto de la pésima costumbre adulta de hablarle a los pequeños como si padecieran problemas de lenguaje, en cambio, él ni se escuchaba, imagino que debido a su edad permanecía más dormido que despierto. Sus travesuras eran consideraban graciosas e incluso hasta las heces que dejaba a su paso mientras lo acostumbraban a hacerlo en el lugar adecuado se lo festejaban, varias veces al pasar por el frente del domicilio lo vi echado sobre el sofá de la sala mientras la familia disfrutaban el televisor o en las jardineras jugando con los zapatos de los mayores hasta romperlos.

Entre todos los nombres habidos y por haber digno de llamarse alguien como él, seleccionaron el que también le puso a su vástago la compañera de trabajo bajo el argumento de que ellos fueron primeros en escogerlo, bueno, si su antecesor se llamó Gardenia. El trascurrir del tiempo como siempre cobro factura, de pronto esa diversión del calzado perdió su gracia, hasta llegar a recibir golpes con tal estimular a que no continuara haciéndolo, lamentablemente cada vez que las necesidades fisiológicas no le permitían llegar al lugar correcto, de nuevo era reprendido de forma física hasta que optaron por sacarlo al patio

A la intemperie fue cuando supo que su relación familiar había sido castrada, ahí le llevaban la comida, o sea, adiós a comer con ellos; esporádicamente era sacado del lugar con el pretexto de asearle “su espacio”, ridículamente la persona que lo hacía, incomoda por el fétido olor, le daba un trato agresivo. Lo peor, ahora era demasiado grande para el espacio que ocupa, su cobertor a veces lo moja al tirar el recipiente, situación que es más lamentable por el frio de la madrugada, precisamente cuando me despierta con sus aullidos, ladridos y gemidos de tristeza –no como mi vecina–, mientras sus ingratos dueños duermen con la estúpida idea de que los perros no tienen frío. Obviamente le llueven insultos de los demás colindantes a su casa, sí, su casa, pues cuando lo adoptaron lo hicieron parte de ella, pero hoy, una puerta lo separa del ambiente hogareño que le hicieron creer que tenía.

¡Por favor! Cuando recibas una mascota piensa que algunas razas crecen y las caquitas se pondrán big size, la comida se multiplicará, y lo que antes era divertido al verlo juguetear, se volverá toda una calamidad debido a los destrozos del alboroto, lo cual te pondrá de mal humor al grado de que tengas que recluirlo a la soledad de una azotea o patio, para que te deje dormir y tenga que emanarle mala vibra a un animalito que solo se lamenta por las comodidades que le quitaron unos insensibles humanos.