miércoles, 9 de enero de 2008

Los medios digitales un paradigma de la información

Conforme pasan los años el ser humanos se apropia de los medios necesario para suavizar su ritmo de vida, y con ello genera un sin fin de utensilios y aditamentos que son ya parte de su acontecer diario; la vida en la actualidad se desarrolla entre chips, semiconductores y microprocesadores, convirtiendo así a la fibra óptica en el medio más eficaz de transporte, haciendo del ancho de banda una autopista donde navegan varios millares de usuarios, obteniendo información, diversión y placer, dejando atrás a los carteros del servicio postal, los telégrafos y la prensa escrita en papel periódico.

El Valle del Silicio en California, cuna de los más importantes avances en materia de tecnología digital, ha extendido sus dominios alrededor del planeta, ese lucrativo negocio concentra la tercera parte del tráfico diario de usuarios de la red internacional de información, beneficio que le otorga sustanciales dividendos a sus propietarios; si se hablara de lucha de clases, el poder digital sería hoy en día la clase dominante.

Entre esas creaciones se cuentan las herramientas tecnológicas o mejor conocidas como tecnologías de información, es decir, el uso de los medios digitales como lo son la internet, el correo electrónico, las plataformas de chat y el mundialmente utilizado "Messenger", propiedad de la multimillonaria firma Microsoft; por un lado estos utensilios fueron diseñados, como en su tiempo lo fue el teléfono, para acortar distancias, facilitar la comunicación y difundir información, que con el paso del tiempo el individuo los comenzó a emplear como espacios para la recreación, el entretenimiento y sobre todo el enriquecimiento de algunos consorcios; a partir de su utilización como motor de comercio las compras por teléfono son cosa del pasado, pues existen ya innumerables tiendas virtuales, en donde se puede encontrar desde un póster hasta un automóvil de lujo y un posible fraude con la tarjeta bancaria del cliente.

Los usuarios del correo electrónico tienen la facilidad de multiplicarse como el milagro de los panes y los peces, nada más que esta vez dan de comer a unos cuantos empresarios o magnates de la digitalización como Bill Gates o el hindú Sabeer Bhatia; tal nivel de afición genera un grado de adicción mayor, que supera al de uso de los vídeo juegos. Resulta inexplicable como un individuo al estar frente a un equipo de computo, no resiste la tentación de preguntar, si éste esta conectado a la red, si la respuesta es afirmativa, en su rostro se podrá apreciar la angustia por revisar su buzón electrónico, con el afán de leer los nuevos mensajes de sus amistades y diversas parejas sentimentales que en otras partes del mundo lo esperan, tal vez con las mismas ansias, o simplemente consultar su signo zodiacal en el sitio oficial de horóscopos de la red; en algunas oficinas, los jefes exigen a sus empleados que se den de alta en este medio para "agilizar" la comunicación, teniendo como consigna revisarlo antes de iniciar la jornada laboral para estar al día de las nuevas disposiciones laborales.

Los responsables de afinar y proveer de materia gris al planeta, no escapan del uso de la tecnología, pues en su desesperado esfuerzo por preservar la inteligencia, se ven en la necesidad de cambiar los cursos escolares que se impartían en aulas de concreto, por los llamados cursos en línea, en donde, desde un centro interactivo de enseñanza multimedia, salas de chat se vuelven espacios propicios para el intercambio académico; el correo electrónico es utilizado con fines escolares, rescatando así la esencia original de esta gama de instrumentos.

De igual forma los padres de familia invierten cierto porcentaje de su raquítico salario en un moderno equipo de computo con todos los servicios en red, para mejorar la educación de sus hijos, en su inocente acto tal vez les proporcionen la llave que abrirá de nuevo la Caja de Pandora; percatándose de esto meses después cuando revisen el elevado recibo de cobro de la compañía telefónica; pues surfear en la web, requiere de una buena dosis de paciencia, primero, por la exasperante lentitud de conectarse a ella, y después por la larga espera a que se cargue una página; además de las varias horas que el usuario invierte en bajar un programa de la red a su computadora.

Eso sin contar los achaques a la salud de los ojos, que trae consigo las horas de lectura frente al monitor, como lo es una visión borrosa, enrojecimiento y ardor ocular, fatiga y dificultades en la concentración visual y una posible fotosensibilidad cornea; y es que el ojo humano esta diseñado para observar los objetos a largas distancias, el problema radica en los objetos vistos de cerca, en donde el ojo necesita agudizar su enfoque visual de forma paralela, situación que implica un verdadero esfuerzo muscular ciliar.

Se ha preguntado alguna vez, ¿cuánto tiempo invierte un adolescente en tratar de conquistar a una desconocida, que tal vez podría ser un desconocido, en una sala caliente de algún chat? o buscando sitios pornográficos en la internet, enviando cadenitas por E- mail de todo tipo, desde milagrosas, de amor, hasta satánicas; acción que bien podría llamársele "terrorismo psicológico", pues al asegurarte que si no envías a un número específico de contactos la misiva, se esta propenso a jamás encontrar el amor o sufrir un grave accidente; y que decir de las múltiples personalidades que un sujeto adopta en el chat o el messenger con tal de parecer más atractivo o importante, lo cual sin lugar a dudas genera una dualidad de comportamiento que de forma patológica lo va aplicando en la vida común, en fin todo sea por encontrar a la media naranja en algún lugar de la tierra, motivado por el anhelo de entablar una relación amorosa a millas de distancias, y tal vez si la suerte le sonríe, se vera consumada en un matrimonio a ciegas.

Entre un correo electrónico y otro los empresario hacen su agosto en el mercado mundial, enviando promocionales de distintos productos denominados mercadotecnia viral; además del material que se comercia, también existe otro tipo de artículos que resultan impresentables como para anunciarlos en medios respetables donde se debe de pagar por ello, acción que es ejecutada por los llamados Spammers, quienes se encargan de enviar a la infinidad de direcciones electrónicas toneladas de correo basura, que congestionan el servicio de Internet, en donde los usuarios se vuelven pepenadores de ellos, apropiándose de curas milagrosas, dietas que en cinco días hacen perder tres kilos, viajes gratis a paradisiacas islas caribeñas, sitios de éxtasis sicalíptico y rameras virtuales; lo grave de estos correos, estriba cuando entre ellos un cracker se introduce a la máquina del usuario con fines de beneficio personal o mera diversión maliciosa.

Otra de las consecuencia del inadecuado uso de los medios digitales ha sido el generar una total deshumanización en la comunicación y por ende una descomposición del lenguaje; pues por una parte al utilizar una serie de simbolismos y demás deformaciones lingüísticas para tratar de agilizar el intercambio de mensajes entre los usuarios del correo electrónico, chat o messenger; y que con el pasar de los días se adhieren al lenguaje coloquial que lo vuelve algo común. Esto en lugar de facilitar la comunicación la va empobreciendo y va fincando las bases de una nueva generación, a la cual ya no le interesan los viajes espaciales, pues resulta más atractivo ser un cibernauta, obtener experiencias sexuales a través de ciberorgasmos digitales en su ya corrompida imaginación, con seres asexuales y legalizar la piratería entre su núcleo social, gracias al apoyo de un software que viola infinidad de veces el endeble sistema de protección anticopias que alguna compañía disquera instalo en sus productos.

A raíz de esto, surge una pregunta, ¿Quién legaliza al Internet? las compañías que la utilizan de pretexto para lucrar con sus servicios, el gobierno federal o la Secretaría de Educación Pública; hasta la fecha, se vislumbra que los primeros tienen las riendas de este medio, mientras que los dos restantes están exentos de ejercer cualquier influencia, simplemente la utilizan como víctimas del vértigo de la popular demanda; y es que como señalan algunos expertos la Internet nace sin controles, bajo la consigna de la libertad total e igualdad de oportunidades para publicar y navegar en red; el problema radica en que, a través de vertiginoso "boom" comercial a veces inconscientemente pierde algunos valores fundamentales como los ya señalados.

Lo anterior no significa estar en desacuerdo con el uso de las herramientas tecnológicas, por el contrario es necesario establecer limites que permitan identificar hasta donde son en realidad necesarias para alguna actividad y en donde comienza el hedonismo de su uso.

Lecciones de urbanidad

El transitar por la ciudad de Colima, inspira un aire de provincia que los capitalinos envidian cada vez aquí, y eso que ellos frecuentan los lugares donde el confort artificial recrea sus pupilas y el paladar; más nunca sabrán del romance que existe entre la vendedora de semillas de calabaza y el lustrador de zapatos del jardín "Nuñez"; sus pies jamás han entrado a los microhogares que guarda orgullosamente la vecindad donde una enorme cantidad de personas se las ingenian para sobrevivir, su olfato nunca ha percibido el olor a tierra mojada de las empedradas calles del "Moralete" y sus hermosas mujeres descalzas. Atrás del estrés cotidiano de las vertiginosas avenidas y de su tránsito kamikaze se esconden un sin fin de historias, entre los habitantes de la ciudad de los dulces de alfajor y la cocada.

Una de tantas es la historia de la señora Trinidad Urzúa de Gómez, viuda de 47 años, hace dos años y medio que murió Jacinto su marido, el cual era chofer de un camión repartidor de agua purificada, y a pesar de lo mucho que lo amaba nunca le guardo luto, pues según su criterio, lloramos a nuestros muertos como si nosotros fueramos inmortales, desde entonces esta mujer se convirtió en el carpintero del futuro de sus tres hijos, dedicándose para sostenerlos al oficio de empleada doméstica; a duras penas ha sacado la educación básica de sus dos primeros retoños, los cuales valorando el enorme esfuerzo de su madre se afanan con ahínco al estudio, y en época de vacaciones para contribuir a la economía familiar se emplean como repartidores en un restaurante.

A pesar de que Doña Trini trabaja casi diez horas al día siempre tiene tiempo para atender las demandas de sus hijos, que conforme van creciendo los muchachos, éstas se van pareciendo a las demandas de los países subdesarrollados, es decir, además de ropa, calzado y sustento sus hijos le solicitan ayuda en las tareas escolares que conforme avanzan en cada grado escolar se ponen más difíciles; ella en cambio no les exige que saquen las mejores calificaciones, más si que estudien para que no sean como el vago perdulario trota calles al que apodan "el Capi".

El grado de estudios de la señora Trinidad es de sexto de primaria inconcluso, pero esto no ha sido factor de acomplejamiento, pues desde que ingresó su primogénito a la primaria, en ella se fue fomentando la idea de saber más y así poder ayudarle, es por eso que desde un principio se compró en abonos una enorme enciclopedia que todas las noches lee como si se tratara de la "Novela Semanal" o el "Lágrimas y Risas"; en las casas donde trabaja durante sus escapaditas por el patio de servicio, diariamente se le adelanta al patrón leyéndose todos los periódicos para estar al tanto de lo que acontece en el mundo, y así cuando sus hijos le hagan un comentario sobre asuntos contemporáneos, ella podrá participar sin ninguna dificultad .

Todas las noches después de la cena se reúne con sus tres hijos para intercambiar experiencias del día, y casi siempre la mujer en su papel de egeria les infunde hábitos que según su criterio serán de beneficio una vez que ella ya no se encuentre a su lado; como especie de inventario analizan profundamente el modo de vida que sus vecinos llevan, con el fin de encontrar alguna que otra moraleja que les sirva de ejemplo en su formación; y como ella siempre les dice "las personas somos como el árbol frondoso que tiende con facilidad a deshojarse, por cualquier disturbio emocional"; haciendo alusión a esto les explica la situación de Ignacio Reyes el mecánico que vive en unión libre con Lucia Rodríguez que se desempeña como abogada en un bufete jurídico y casi siempre por su empleo tiene diversos litigios que le obligan a concluir su jornada laboral hasta altas horas del día, situación que Nacho no comprende debido a su poca formación académica, y al llegar la pobre cansada de trabajar éste la recibe con fuertes ataques de celos y que conforme avanza la discusión se van transformando en golpes, a pesar de esto nunca ha intentado dejarle, lo que da a pensar dos cosas o bien le guarda un pánico terrible o simplemente lo quiere en demasía; y es que a la gente no le agrada humillarse, pero cuando se ama, se hipoteca el orgullo y se hace lo que la pareja dictamina con tal de seguir a su juntos.

Otro triste caso es el de Policarpo Juárez, contador público de profesión, que al sufrir un recorte presupuestal la empresa donde trabajaba, se vieron en la necesidad de liquidarlo, durando casi dos años sin encontrar empleo, y para solventar esta crisis se dedico al oficio de tianguista, lo que repercutió en su vida conyugal, pues al no tener un salario fijo las deudas se empezaron a acumular, gracias a los caprichos consumistas a los que tenía acostumbrada a Sofía su esposa; la cual al verse desfavorecida económicamente, huyo con otro que le ofreció un coche del año y una cuenta en el banco; el desdichado de Poli no encontró otro camino que la vía alcohólica, y en una merluza cual Nerón prendió fuego a su casa sentándose sobre su reposet favorito a contemplar extasiado como el fuego arrasaba lo que tan celosamente alguna vez defendiera. Fue un verdadero milagro que el equipo de bomberos lo haya rescatado con vida del incendio; actualmente comparte un pequeño cuarto de vecindad con una meretriz, la cual desde su óptica no tiene mérito alguno que le haga desconfiar de su persona, así cuando ésta se va por las noches a desempañar su labor, él se queda a cuidar de la habitación. De forma égida doña Trini les dice a sus chamacos “A veces pensamos que al encontrar pareja vamos a dejar de estar solos, pero algunas ocasiones solo compartimos la soledad de dos”.

Una vez transcurrido lo anterior, les narra la anécdota que le aconteció a Florencio Aguirre, el que una vez fuera jefe del departamento de capacitación de la clínica “La cumbre”, donde ella labora como afanadora de medio turno los fines de semana; este sujeto vivía un tórrido romance con Rigoberto Pérez, un joven de diecisiete años, sin oficio ni beneficio con el cual compartía comida, casa y sustento, y que una noche cuando Florencio regresaba a su casa la encontró sin ningún mueble y una nota donde se mofaba de él; ahora solo tiene una mesa desplegable y una colchoneta, olvidándose de su recatado aspecto varonil y de la cuidada vida que alguna vez llevo, llegando al grado de perder su empleo y a refugiarse en bares de mala muerte donde según él se prostituye; a pesar de todo lo ocurrido, aún mantiene su humor característico, pues en las pasadas fiestas Charrotuarinas de Villa de Álvarez logro coronarse como "reina de los choferes", portando con orgullo la corona por todo la ruta de la cabalgata.

De vez en cuando Samuel el hijo mayor se retira del comedor y se pone a ver el televisor, en su interior la mujer siente una fuerte envidia por aquel aparato electrónico que le roba la atención de su chamaco, tratando de justificar la actitud de éste ante su dos hijos menores, les dice “Hay gente que cree que al llegar a cierta edad, aprender ya no te enseña nada”; y empieza a comentar la vida de Esther Morales, mujer que a los 18 años impulsada por la necesidad de salir de la precaria situación que en su hogar imperaba, decidió ser la concubina de Don Calixto Davila, el dueño de los almacenes textiles donde ella trabajaba. Durando así, casi diez años, pues al enviudar don Cali, decidieron unir sus vidas por la vía conyugal; poco a poco la diferencia de edades fue haciendo un abismo a causa de los terribles celos del hombre, que ya no le dejaba salir a solas ni a la esquina, manteniéndola encerrada todo el día en casa; pero lo que no sabía Calixto, era que, al irse a laborar al almacén, Esther daba rienda suelta a su apetencia sexual con Fidencio el mozo que él mismo le enviaba a su esposa para realizar los mandados; atinadamente la señora Trinidad les comenta a sus chamacos "a veces las personas maduras para satisfacer su vanidad buscan una pareja que sea más joven, terminando por engañarse a causa de ello, pues la edad no se les va a reducir, ni los va hacer mas viriles, al contrario envejecerán con mayor rapidez gracias a la tensión emocional y a la incertidumbre que trae consigo tal situación".

Esto le recuerda la relación de amantes por más de seis años que sostuvieron Laura Guijarro y Santiago Pérez, siempre se les veía tan felices por el barrio abrazados o tomados de la mano; lo malo vino cuando Santi se divorcio de Domitila la que era entonces su mujer y se caso con Laura; pues a raíz de esto, todo se volvió monótono y aburrido hasta mermar su situación. Al año y medio de casados se separaron para nunca más volverse a ver, ni siquiera como amigos; era como si el caramelo del pecado había perdido su sabor; resulta inexplicable por qué los seres humanos nos sentimos atraídos por lo prohibido y cuando esa clandestinidad deja de serlo, ya no vale la pena, dejando un profundo vacío de insatisfacción y menosprecio hacia lo que antes resultaba atractivo.

En su empeño por proporcionar a sus hijos las diversas reglas de la moral y la decencia doña Trinidad, no escatimaba esfuerzos en comparar las virtudes y los vicios de sus vecinos con tal de inculcarles buenos valores y que estos no cayeran al abismo de la infamia; sin tomar en consideración que a fuera del hogar, la sociedad en su modo vertiginoso por alcanzar la modernidad va hacer que sus vástagos lleguen a la cúspide de la “Torre de Babel”, y olviden todos esos principios con tal formar parte de algún circulo de amistades. Lo cual se pudo constatar quince años más tarde, cuando su hijo Samuel por incompatibilidad de caracteres firmaba el acta de divorcio y tenía sobre su espalda una pensión alimenticia de $ 2, 800.00 mensuales por cubrir para el sostenimiento de sus cinco hijos; Felipe el de en medio había contraído nupcias, gracias a un embarazo no deseado, lo que trunco su carrera de médico y a duras penas se las ve para sostener a su pequeña familia como empleado de una botica; mientras que Julián el último de ellos, se encuentra ante el dilema de continuar estudiando una carrera profesional o irse a los Estados Unidos a recoger a paladas los dólares que sus amigos le exageran que hay por aquellos rumbos; por su parte la pobre de Trini ya con sus piernas cansadas y reumáticas, se dedica a planchar ajeno y ganando apenas lo suficiente para vivir honradamente, más siempre al santo de su devoción le enciende tres veladoras para que no deje de cuidarle a sus muchachos.

HIPOLITAS NOCTURNAS

Dedicado a “ella”, cuyo nombre prometí olvidar y
quizá en estos momentos se encuentre bailando
en el Tropicana o en el Conga Tijuana.


Un sin fin de historias envuelven a una ciudad que despierta cuando el sol se va a dormir; la noche con sus penumbras incita a la diversión, al asueto de un día de trabajo. Las calles duermen quietas, únicamente los autos pasan raudos y se perfilan rumbo a la sucia esquina de algún bar, en donde un luminoso letrero indica el sitio que es resguardado por una enorme puerta custodiada por un tipo de cara charrasqueda, centinela de la fortificación. Sitio catalogado por los moralistas como la fuente de vicios del hombre, pues según ellos ahí habitan la escoria de los placeres mundanos; mientras que para otros conserva el anhelado confort y alegría de la ciudad ebria de luces.

En su interior, el ambiente a media luz permite distinguir una serie de siluetas sin nombre, mascaras difíciles de reconocer a través de la atmósfera de misterio y curiosidad de los allí presentes que deambulan entre olores que combinan fragancias de licor efervescente, tabaco y perfume barato pero sofisticado.

Bajo las luces de neón se pasean como luciérnagas las musas semidesnudas que inspiran los deseos sexuales reprimidos de los espectadores que dan vida a la urbe sin sueño. Erguida como torre al centro del cabaret se encuentra la pista donde los sinuosos y voluptuosos cuerpos de las amazonas nocturnas bailan eróticamente al compás de las líricas que tanto odian; extraviadas en las coreografías del fango realizan hermosos movimientos de cadera que sin llevar el ritmo de la música dejan entrever poco a poco, cual capullo de seda, el escultural cuerpo.

El público expectante lanza gritos de júbilo por las prendas que caen y dejan ver cada uno de los ladrillos que construyen sus naturales y bien formados cuerpos; no como el de las Venus del bisturí que produce la meca del cine norteamericano.

Haciendo círculos alrededor de la pista se sitúan las mesas donde los clientes aburridos de la monotonía de sus vidas hogareñas consumen la miel del escorpión finamente embotellada, gozando en compañía de la mujer que da satisfacción a sus sueños de embriaguez. Compañía que se transforma en “amigos” de unos cuantos minutos, y después viene la soledad en la que se circunscribe la existencia de estas mujeres que por unos cuantos billetes permiten a éstos que posen sus torpes caricias, las cuales dejan un rastro de saliva en su delicada piel.

En sus cabezas además del tinte que cubre su cabello, también habitan sueños, uno de ellos es el de vivir siempre amarradas a la esclavitud de ser felices algún día y dejar la vida nómada que llevan; volver a dormir por las noches, cuidar de sus hijos, vástagos de aquella amistad que se convirtió en un amor del cual surgió el estigma del embarazo. Escozor que durante nueve meses fue haciendo de la fuente principal de remuneración económica un ablandabrevas, trayendo consigo días terribles de hambre.

Esquivan el futuro o la posibilidad de cuando el cuerpo pierda la macices y las arrugas adornen sus rostros, producto de las noches de desvelo; las obligue a buscar clientes bajo la penumbra de un farol de madrugada dentro de un olvidado jardín o en las afueras de un hotel de malamuerte, devaluando aquel cuerpo que en su plenitud se ofrecía al mejor postor.

Pero esas inquietudes son olvidadas noche tras noche, lo que importa es conseguir el alimento de mañana, razón de su noctívago trajinar, esperando terminar la ardua jornada de falso glamour, para regresar a sus casas como vampiras a dormir de día, unas veces solas otras acompañadas por alguien que les conmovió su duro corazón; quedándose el lugar tan silencioso como cementerio de pueblo, dando con ello a la lujuria un reviste de moralejas para los que ahí asistieron y un receso hasta la penumbra del día siguiente.