miércoles, 25 de agosto de 2010

¡Cua, cua, cua!.. ¿Cuáles patos?

En la década de los noventas, nuestro país hizo su incorporación al Tratado de Libre Comercio, lo cual trajo consigo una zona de apertura comercial que fomentó la competitividad entre los diversos productos que se ponían a la venta en el mercado, los cuales podrían ser de marca nacional o extranjera.

En los medios publicitarios empezó a ser común la confrontación entre compañías, cada una asegurando que su producto era el mejor, con esa idea se creaban anuncios en radio, televisión y prensa donde se pretendía captar el mayor número de clientes; así nos enterábamos bajo cierta estrategia mercantil, cuál era excelente y cuál era chafa.

Del enfrentamiento entre dos productos de limpieza doméstica como lo es el “rendidorCloralex y Pato Purific, “el terror de los gérmenes”, fue como la palabra patito se quedó arraigada a nuestro lenguaje vulgar como un adjetivo calificativo para hacer alusión de algo cuando es falto de calidad, de poco valor, falso, corriente o carente de autenticidad; a partir de esa estrategia de marketing, nuestro léxico se enriqueció para designar bajo la categoría “patito” a los discos de audio y software piratas, así como alguna que otra escuela privada que en su currículo imita a las oficiales.

A raíz de ello tenemos infinidad de objetos clasificado con ese mote, es más, en la actualidad hasta a las llamadas telefónicas de los extorsionadores que pretenden engañarnos con amenazas de secuestro o de muerte se les conoce como “llamadas patito”; según cifras del sitio en internet mexicodenuncia.org/extorsion, durante el año 2008, cada veinticuatro horas se efectuaban 4,400 extorsiones, para el año siguiente la cifra se incrementó a 6,179, y en lo transcurrido de este 2010, cada día se registran 6,211 llamadas de perjuicio.

¿Cuáles son las amenazas más comunes? Las de los supuestos grupos de narcotraficantes que te solicitan millonadas para que logres evadir un ataque a tu hogar; secuestros de algún pariente y para su rescate debes depositar cantidades estratosféricas; premios en los que el supuesto ganador obtuvo un automóvil último modelo, quinientos mil pesos y un iPhone; el pariente que radica en los Estados Unidos que ocupa ayuda económica para poder regresar a su tierra, entre otras más.

La víctima es sorprendida, pues las llamadas las hacen en periodos vacacionales, días feriados o fines de semana, es decir, cuando la mayoría de las personas recibieron su prima vacacional, aguinaldo, fondo de ahorro o salario, y se encuentran de asueto. Como ustedes saben durante esos días algunos familiares andan divirtiéndose de forma separada o dejaron a algún ser querido en casa, porque el en engaño del secuestro tiene mejores efectos.

Uno se pregunta, ¿cómo esta clase de estafadores obtienen información nuestra? Sencillo, una opción es a través del directorio telefónico, donde pueden encontrar nuestro número y domicilio, así como los lazos familiares con tan sólo revisarlo de acuerdo al orden alfabético; otra es que algún inocente pariente nuestro, tal vez un anciano o infante les proporcione datos personales en llamadas hechas con antelación por falsos encuestadores, asesores financieros de banco, casas aseguradoras y hasta compañías de Afore, bajo el argumento de que los datos solicitados son necesarios y urgentes. También se sospecha de que algunos exempleados de empresas de crédito para comprar coches o bienes raíces vendan su base de datos a los delincuentes, lo cual les facilita el poder seleccionar a su víctima.

Existe una hipótesis donde se asegura que con el registro nacional de usuarios de telefonía (celular), realizado a principios de abril, cuyo objetivo era combatir las extorsiones y el uso del celular para negociar secuestros, fue sólo un acertado vínculo para que el crimen organizado pueda apropiarse de información completa de nuestros ciudadanos, falsificar personalidades de los usuarios y fomentar el espionaje.

De acuerdo al Consejo para la Ley y los Derechos Humanos, A.C. organización no gubernamental que trabaja en la defensa y promoción de los derechos humanos, afirma que a partir del RENAUT se ha generado un nuevo negocio ilegal, la renta de identidades para comprar teléfonos celulares, utilizando documentación falsificada con sujetos que “prestan” sus nombres por casi 500,000 pesos.

Resulta curioso como un aparato que años atrás era un lujo y hoy se ha vuelto una necesidad obligada, como lo es el teléfono, se haya transformado en un vehículo de extorsión, con el cual se logra generar pánico y cierta presión de corte gansteril; pero no nada más la delincuencia organizada realiza llamadas terroristas, también las hay aquellas en las que nuestras parejas nos exigen explicaciones de dónde y con quién estamos, a sabiendas de que si omitimos alguna información corremos el riesgo de encontrar la puerta cerrada, dormir a la intemperie de la fría sala o que se vuelva historiadora, recordándonos todos los hechos del pasado en los cuales uno cometió errores similares.

En conclusión estimado lector, no se preocupe si recibe “llamadas patito” al fin de cuentas no son las originales, mejor esté atento de las que pudiese recibir de algún ser querido dolido, pues no hay peor cosa que vivir en carne propia el rencor de los que nos aman.

No hay comentarios: