miércoles, 25 de julio de 2012

Traidores del MSN


Esa mañana calurosa de fuerte transpiración, de esas cuando el desodorante axilar tiende a fallar, y hace que te llegue a chillar la rata o deja entrever los delicados lamparones en la camisa, llegué a la oficina invadido por la nostalgia y con el pesar de lo ingrato que he sido todo este tiempo que he estado idiotizado por el pinche Facebook, sentimientos desatados producto de observar en la parte inferior derecha del monitor al clásico icono de los muñequitos verde y azul entrelazados con la cinta color oro.

De pronto suspiré, ahí estaba impaciente esperando que lo utilizara como antaño, cuando lo primero que hacía después de encender la computadora era conectarme, no sin antes colocar una frasecita pseudo intelectualoide como lema y empezar a saludar a todos mis contactos; al parecer no me guardaba rencor por el olvido, era como la esposa fiel que espera el regreso de su marido, es más, me sentí como Ulises (Odiseo) al regresar a la Isla de Ítaca y ser recibido por Penélope y Telémaco, pues ahí habitaban los 382 contactos aguardando mi llegada.

Ellos al verme, como si se alegraran de que por fin al dar “enter” me integrara de nuevo a sus roles de vida en el Messenger, comenzaron a decir frases como “¡y ese milagro!”, “¿dónde te habías metido?”, “¿por qué ya no te conectabas?”, entre otras que hincharon el ego, haciéndome sentir una persona importante, casi, casi como vital. Después llegaron los “emoticones” de todo tipo, :), :(, etc., los cuales trajeron ingratos recuerdos de cuando intentaba escribir una palabra y luego era interrumpida por esas aberrantes imágenes, haciendo del lenguaje escrito un verdadero desgarriate, además sólo un afásico de lento aprendizaje estaría satisfecho de que su forma de expresarse lo representaran tan degradantes símbolos.

Posteriormente la pantalla fue invadida por diversas ventanas en tonos rojizos de los contactos bombardeando de comentarios, y yo hecho un pendejo al tratar de ser cortes con todos queriéndoles responder a cada uno, pero como nunca he sido mecanógrafo, pues tengo la habilidad de un pollo para teclear, allí me tienen apuradísimo, además de atarantado al soportar la tiznada musiquita que avisa sobre cada intervención de los contactos.

De pronto llega el insight, que trae a la memoria las múltiples razones por las cuales había tomado la sabia decisión de clausurar las ansias de ocio por estar conectado en este supuesto medio de comunicación, como lo son las actitudes de aquellos usuarios ojetes que ignoran lo que les escribes, te menosprecian con el jodido argumento de que están ocupados –claro, charlando con otros–, también aquellos que como si fueran una especie de Führer, hacen todo un holocausto de los contactos que les incomodan al eliminarlos de forma definitiva o simplemente bloquearlos para continuar con ellos espiando sus acciones como la Mata Hari.

Otro punto desagradable de este sitio es la mezquina actitud del sujeto que opta por iniciar su sesión como “ausente” para sólo charlar con quienes si le agradan –digo, si te consideran insoportable, porqué chingado te conservan como contacto–, de la misma manera está el imbécil que se autodenomina como “ocupado”, óigame, si va a entrar a un sitio de esparcimiento, entonces resulta lo más pendejo decirle a todos que se encuentra atareado; pero el peor de todos es aquel que aparece como si no estuviera conectado, pero en realidad si lo está, sólo que se oculta o mantiene al margen para estar acechando lo que hacen los demás.

Después de hacer tales reflexiones, ¡qué carajos hago invirtiendo el tiempo en esta antediluviana red social! Si cuento con otras modernas, además el pobre MSN por mantenerse vigente tuvo que sucumbir ante la fuerte influencia del Facebook, sumándose como una herramienta más de la citada red; al que si me lo tienen bien olvidado es al metroFLOG, con todo y sus tan firmadas “Pikas”, que ya por el abandono son patrimonio del ciberespacio; además recuerde apreciado lector, que la gente ni es tan fea como se ve en la credencial del IFE, ni muy guapa como aparenta lucir en la foto de identificación de su perfil en cualquiera de las redes sociales.

miércoles, 4 de julio de 2012

Ejercicio citadino


Han transcurrido tres días de haberse desarrollado los comicios electorales, como el dedo pulgar de mi mano derecha cubierto por la tinta indeleble, no se me olvida tal fecha, pues recuerdo aún que la casilla donde me correspondió ejercer el voto, fue abierta a las 9:20 de la mañana en lugar de las ocho como se hizo difusión, debido al pinche capricho del secretario que muy pendejamente se empeñó en firmar las casi tres mil boletas, mientras la fila se hacía más larga que la cuaresma.

La angustia y la desesperación invadió a los ahí presentes cuando se dieron cuenta que la casilla contigua tenía quince minutos de haber entrado en función, algunos reaccionaron de forma violenta, refrescando la memoria de la santa madre de los responsables de la casilla básica a través del clásico silbidito; es una pena que las personas te hagan sentir como si te están haciendo un favor cuando en realidad vas a ejercer una práctica de civilidad como lo es el acudir a votar.

Además de ser una falta de respeto, pues de nada sirvió que hayas madrugado para cumplir con tu deber ciudadano, peor aun, que te hagan permanecer de pie por más de una hora sin haber desayunado, soportando el hedor a transpiración de algunos ahí presentes, así como la halitosis a menudo de res de aquellos que antes de presentarse a las urnas prefirieron echarse un exquisito plato de triglicéridos aderezado con colesterol; otros fueron temprano debido a que en unas cuantas horas más se transmitiría la final de la Eurocopa 2012, entonces con el furor del encuentro entre las selecciones de Italia y España se iban a beber las cervezas que alcanzaron a almacenar en sus respectivos refrigeradores antes de la fatídica Ley Seca, y como es sabido por todos es un pecado acudir a las urnas con aliento etílico.

Un grupo de señoras argumentaban que sólo habían ido a votar con tal de que les marcaran su dedito, y con éste pintadito podrían obtener sus descuentos extras en algunas tiendas que dieron publicidad a la promoción “Dedo manchado, descuento asegurado”, pues ahora con la llegada del verano, las vacaciones y los días de asueto la chaviza reclama estrenar garritas; imagino que tal campaña a los mecánicos les va a caer de maravilla, pues ellos no solamente tienen su dedo pulgar manchado.

Cuando por fin el presidente de casilla decidió ponerla en funcionamiento, todos los que íbamos formados aplaudimos, para posteriormente insultarlo cuando este indicó que se daría prioridad a minusválidos, embarazadas y personas de la tercera edad, los cuales raudos corrieron a ocupar los primeros lugares retirando a los que ocupaban esos privilegiados sitios, ahora sí que les valió una cuchufleta a los adultos hacer evidente su longevidad, es más, creo que hasta cachirules hubo con tal de evitar la fila, es cuando uno exclama, ¡mira la gente bonita, haciendo cosas feas!

Un joven temeroso preguntó al funcionario, si podía votar con su playera de las chivas, pues él sabía que estaba estrictamente prohibido hacer propaganda ese día a cualquier partido, todos sin respetar la inocencia del muchacho nos burlamos del cuestionamiento, como si nunca hubiéramos sido neófitos electorales, es más, hubo alguno que se atrevió a decir, “¡Ah qué chamaco tan buey!

Para colmo la endeble cabina fue a dar al suelo tres veces, infinidad de personas se equivocaron de fila, pues las letras que indicaban el orden, las pusieron para ser vistas con microscopio; algunos individuos de edad avanzada y algunos no tanto depositaron su voto en urnas equivocadas, ya que no había nadie que los orientara para ello.

Cuando por fin correspondió mi turno, una vez que amablemente me solicitaron la credencial que tanto me avergüenza, pues según yo salgo muy feo –mi mujer opina lo contrario, pues dice que he vivido engañado todo este tiempo, y ese es el único documento que indica la cruel realidad –, me introduzco en las cortinitas de plástico de la artesanal cabina, observo la boleta para Presidente de la República, cojo el grueso lápiz fucsia y cruzo el logotipo del… ¡momento mi gente, el voto es secreto!