miércoles, 28 de septiembre de 2011

Momentos

En los primeros años del siglo veintiuno, por el canal de videos musicales cuyo logo es una eme grandota, cuando precisamente dejaba atrás la esencia por la cual había sido creado dedicándose a transmitir programas tipo reality, caricaturas para adulto, entre otras aberraciones; existía un programa donde los protagonistas hacían y hablaban miles de pendejadas con tal de aparentar irreverencia, lo cierto es que era lo más estúpido que se exhibía por ese canal, su nombre era “Jackass”, que se podría traducir como el culo de Jack, y en verdad daba la impresión de que sus guiones estaban escritos sobre rollos de papel higiénico o a sus productores les llegaban las ideas en el inodoro cuando defecaban.

Pero como los televidentes estamos acostumbrados a esta clase de basura, fue un éxito, además la mayoría de esos telespectadores eran adolescentes llenos de barros que en más de una ocasión intentaron poner en práctica las hazañas o proezas que los actores ahí hacían.

A raíz de observar sus episodios, cada vez que alguien comete un error o hace el ridículo, lo bautizo como un “Momento Jackass”; a lo largo de la historia nacional han existido muchos de esos momentos, por ejemplo el de aquel primer mandatario que en su sexto informe presidencial, entre sollozos prometió defender al peso como un perro, ¡si cómo no! Ya se iba, entonces que más le quedaba decir, después de que le había dado en la madre a la moneda nacional.

Otros momentos se suscitaron durante la primera mitad del nuevo milenio, cuando comenzó la efervescencia política, evidenciando famosos videoescándalos donde se balconeaban; primero vimos a través de la pantalla chica al llamado Niño Verde llenarse los bolsillos de billetes productos de la supuesta negociación de un permiso municipal en Cancún; después en otro video, el entonces Presidente de la Asamblea Legislativa hacía lo mismo, ofreciendo un espectáculo que todo el país disfrutó.

Un memorable instante más fue cuando el recién estrenado presidente de la oposición, en plena charla con reporteros, de forma peyorativa hizo alusión a la labor que muchas amas de casa realizan en sus hogares, diciendo que todos en cada domicilio tenemos una lavadora de dos patas, al percibir su equivocación intentó corregir patas por pies, y claro que la siguió cagando aún más.

Qué tal ese candidato que al ver su derrota electoral por escasos votos optó por auto nombrarse Presidente Legítimo, ¡hágame el favor! Pero lo más pendejo de todo es que algunas personas le creyeron la comedia.

Hace unos días, hubo otro de esos momentos chuscos, cuando el actual Presidente al estar abanderando a la delegación deportiva que representará al país en los próximos Juegos Panamericanos, los exhortó a sacar el “FUA”. ¡Uta! Cómo la máxima autoridad, utiliza tal expresión en un acto tan solemne, si quiso ser simpático, pues la verdad pecó de ridículo.

Todos sabemos que tal frase se popularizó gracias a ese programa de televisión nayarita, donde se transmitió el video del tipo ebrio que al ser interceptado por la policía en plena vía pública, para disimular su estado etílico explicó su extraña filosofía de la supuesta fuerza universal aplicada, y que gracias a la alta difusión de las redes sociales pasó a formar parte del dominio popular, mas no es una palabra digna de un discurso ¿o tal vez si?

Un servidor ha tenido muchos Momentos Jackass, creo que más que ustedes, es más, esto de ser aficionado a la escritura es uno de ellos, pues escribo más de lo que leo.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Por debajo de la alfombra

En su tercera visita a Tierras Aztecas, Tenzin Gyatso quien es mundialmente conocido como el Dalai Lama, se reunió en la Ciudad de México con grandes personalidades educativas de nuestro país, bajo el pretexto de impartir una conferencia magistral; en su disertación aseguró que lejos de la percepción mediática en el exterior de que en México existe violencia, hoy se encontró con un país en paz, con gente noble y hospitalaria.

¡Híjole! Pues como no iba a encontrar una panorámica así, si lo más seguro es que los organizadores hicieron un enorme esfuerzo por mostrar un clima artificial y escenarios simulados para hipócritamente quedar “bien”. Entonces el homenajeado, al sentirse halagado ante estas atenciones, se ve comprometido y tiene que responder de forma positiva a sus anfitriones.

Tal artificio siempre ha funcionado, es más, incluso lo ponemos en práctica en casa, cuando sabemos que tendremos visita, nos esmeramos en limpiar lo que muchas veces nunca hemos aseado, en pocas palabras dejamos rechinando de bonito lo que se encuentra a primera mano y bajo la alfombra o en el cuarto de tiliches metemos lo que nos avergüenza.

Esta práctica de encubrir lo feo se ha vuelto costumbre, pues ha sido utilizada desde tiempos remotos, así vivió Don Porfirio Díaz pensando que su estancia en el gobierno era tan necesaria, que incluso, gracias a sus asesores llegó a creer que la sociedad mexicana era equiparable a la sociedad francesa. El llamado Rey del Rock and Roll, Elvis Presley, fue víctima de tales engaños por su propio personal, que durante más de diez años con tal de continuar conservando la nómina que recibían, le mantuvieron la ilusión de que a pesar de su sobrepeso, adicciones y fracaso mediático su público lo seguía aclamando.

Por todo esto estimado lector cuando se encuentre en algún acto público, recuerde que a pesar de la efervescencia que trae consigo su realización, con todo y el estupendo sonido estereofónico con que se escuchan las voces, las bien elaboradas diapositivas en PowerPoint que ahí se exhiben, las cortinitas de color pastel, los mantelitos largos con sus respectivos fruteros y plantitas donde nunca habían existido, no hay que olvidar que las apariencias engañan, y aunque la mona se vista de seda, changa se queda.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Dos días

Uno de los últimos filósofos del siglo veinte, el español Fernando Savater, en entrevista hecha por el periodista Juan Arias, afirmó que la muerte existe por la simple razón de que existe el sexo, entonces esto significa que si tendemos a reproducirnos, igual existe la tendencia a ser exterminados. Pues como es sabido, cada ser humano es gestado en el éxtasis del sudor por darle gusto al cuerpo; en el prohibido intercambio de fluidos un audaz y hábil esperma se gana el derecho a la vida, ingresando al generoso vientre del óvulo, dejando a sus iguales convertidos en espermatozaurios, es decir, al borde de la extinción.

Tal hecho, creo debiéramos considerarlo como el primer día en la vida, porque la mayoría de las personas ni lo toman en cuenta, todos optan por festejarse el día que se manifestaron dando un gran berrido, a consecuencia de la nalgada del galeno, olvidándose por completo de los paradisíacos nueves meses que se estuvo viviendo en el vientre de cuna de mamá, recibiendo alimentos a través del ombligo, nadando en turbias y malolientes aguas, así como decodificando mensajes del exterior.

Además el día de nuestra gestación, fue la primera vez que nos ganamos la vida, tiempo después lo haremos miles de veces con tal de sobrevivir, ya sea motivados por algún satisfactor, cierta persona o como dice la canción, por orgullo simplemente. Al único que si le conmemoran su gestación es al hijo del Dios de los cristianos, si mal no recuerdo es el 25 de marzo, mientras los mortales, hemos preferido festejarnos el día que nacemos, es más, nos esmeramos por socializar la fecha de nuestro nacimiento, buscando intercambiar aprecio y aprobación de los demás por nuestra mejor celebración, invirtiendo en esa fiesta muchas veces lo que no se tiene.

El segundo día, muchos lo consideran el más triste, pues es al día en que morimos, cuando dejamos de existir, bueno, es considerado triste solamente por lo que se quedaron vivos, pues el difunto imagino ni consciente está de que murió, y por lo tanto no va a poder disfrutar de las mieles de la vida, entonces no existe razón alguna de preocuparse por lo que dejó; en lo personal para no tener la idea de que la muerte representa dolor y tristeza, prefiero aceptar la ideología que el escritor escocés James Matthew Barrie imprimió a su personaje del Capitán Garfio, donde este considera la muerte como la última aventura que nos resta por vivir, pues hasta la fecha nadie sabe lo que le sucederá al morir.

Para otros existirán dos días distintos a los míos, como la fecha cuando conocieron el amor y lo perdieron, su primera vez en algo y el último, más si estamos consciente de la existencia de esos dos días tan importantes, pero que pasan desapercibidos, ya sea por ignorancia, conveniencia o temor, más nos vale tomarlos en consideración y cada mañana al levantarnos del catre lo hagamos como si empezáramos a vivir, satisfechos de continuar en este planeta; de igual forma al acostarnos deberíamos de estar agradecidos por los momentos que respiramos y de que nuestro corazón continúa latiendo, pero conscientes de que tal vez mañana sea el último.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Hijazo de mi vidaza

Existe una fábula que mi abuela cierta vez me contó, en donde la desesperada mamá cuervo buscaba a su polluelo, y a quien se encontraba lo abordaba interrogándolo así: “¿Oiga, de casualidad usted habrá visto a mi hijito?” Cuando el interlocutor cuestionaba sus características para poder identificarlo con mayor facilidad, ella aseguraba que su retoño era un pájaro hermoso, de plumaje brillante, pico bonito y de ojos bellísimos.

Con tal descripción resultaba difícil dar con su paradero, más cuando le preguntó al lobo, éste respondió, que un ave de tales atributos no la había visto, pero que hace unos minutos con cierto asco se había devorado un pajarraco pequeño, de color negro y además horrible.

Como esta ave existen infinidad de madres que orgullosas colocan atributos a sus hijos que muchas veces no los tienen, lo cual me remite a la época de los Polivoces, cuando Doña Naborita se esmeraba en que su modesto hijo Gordolfo Gelatino fuera un ser humano lleno de virtudes, a sabiendas de que tal engendro era un auténtico desgraciado haragán.

Experimento mucha vergüenza cuando ciertas señoras hablan de las proezas y virtudes académicas de sus vástagos, digo, los que debieran de hablar de ello son sus profesores, compañeros de aula y directivos donde este “superdotado” estudia; más patética es la mamá que no acepta las deficiencias de aprendizaje de su retoño, y que para hacerlo quedar bien ante la escuela, ella misma le hace las tareas, procura hasta lo imposible por que sea aceptado en instituciones educativas de alto prestigio académico, como si el hecho de estudiar ahí le quitará lo teflón.

Qué decir de esa abnegada madre, que continuamente se esmera por evitar que su pequeño enfrente problema alguno, algo parecido al carácter de la ma Linda de Memín Pingüín, la cual vive constantes cargas de estrés a causa de estar siempre alerta de los pesares que puedan aquejar a su chamaco, entonces, ¿cómo va a aprender? ¿Cómo se va a preparar ante los retos? Madre no va tener siempre, y si es que la conserva, lo más seguro es que será de esos patéticos adolescentes de cuarenta años con bermudas y camiseta interior que todavía practican el bici cross en las calles sin dejar de ser unos gaznápiros.

Razones como estas y muchas otras más, doy gracias al creador por no haberme favorecido con hijos, pues lo más seguro es que sería tal vez un poco peor que esas madres con amor de cuervo, por otro lado no hay que olvidar el adagio que dice "cría cuervos y te sacarán los ojos", entonces prefiero mantenerme así, sin niños Gerber o Einstein en potencia; además cada nuevo semestre recibo hijos putativos en las aulas que laboro como docente, digo, para qué quiero más, si con tratar de comunicarme con ellos basta y sobra.