martes, 29 de abril de 2008

Entrevista con Marcial Aviña Iglesias

Por Ángel J. Hernández Hernández


Marcial nace en Colima el 26 de noviembre de 1968, sus padres: Eva Iglesias Martínez y Alejandro Aviña Armenta. Es el menor de cuatro hermanos, Alejandro, Ramón, Martín y Marcial. Antes de encausarse al campo académico la hizo de mozo de albañil, pintor, tanguista y mandadero.

Pedagogo de profesión, autodidacta por convicción, Marcial narra que durante su infancia como a todos los seres humanos no le gustaba ir a la escuela, -No iba a la secundaria, ni siquiera a la primaria, no me gustaba-. Su padre le leía comics -Me gustaban por las imágenes-, pero su padre solía bromear y a él le entraba la duda de si su padre mentía. Intentó leer por su cuenta con la ayuda del silabario, un cuadernillo como de 3 páginas comprado por su madre para que él aprendiera a leer, -A partir de ahí empecé a entender las palabras, lo que decían-, cuenta. Poco a poco, a través de los comics le nació el hábito de la lectura. Entre los 9 y los 10 años –Mi hermano el más grande tenía un cajón lleno de libros; el primer libro que leí que me llamo mucho la atención, fue el de Casanova, me atrajo por los dibujos que eran eróticos y se me hizo tan interesante lo que decían las historietas de Casanova en Italia. Todo su cajón me lo chuté me leí a Rius, El Libro Rojo de Mao Tse-Tung, el trabajo de Marx Volumen I, (que nunca editó otro), la biografía del Che, se sentía revolucionario tenía ese tipo de libros-.
La necesidad de estudiar surge cuando se ve atraído por las chicas de su edad, sentía vergüenza porque la primera pregunta en lanzarle era -¿En qué grado vas?, y pensaba: “Ni modo de decirles que no voy a la escuela”-. Aquí me imagino a un Marcial tímido y con las manos en las bolsas, hasta greñudo, ¿por qué no? Pero con cierto toque mafaldiano- Le dije a mi madre (que es el símbolo que representa más en mi familia, porque mi padre sólo fue por un ratito) ¿Sabes qué?, quiero ir a la escuela, y me llevo a la escuela nocturna, me evaluaron y me metieron a un tal grado. Ese mismo año fui cambiando de grados, mis hermanos que si estudiaron, me instruían en las noches-. Por su carácter curioso y nada conformista Marcial preguntaba a los de grados más avanzados qué estaban viendo, anotaba, y al día siguiente ya estaba pidiendo la reevaluación, llegaba con el director y decía- Yo se hacer esto-, hasta llegar al quinto grado donde lo pararon en seco. A la fecha aún se pregunta, ¿Qué pasaba con el sistema de educación que avanzó dos grados en un año? Dijeron: “éste va muy rápido” y le pusieron un estate quieto hasta salir sexto grado.

Sus clases, las recuerdo por estar llenas de sarcasmos, con anécdotas didácticas sin aburrimientos, y como se lo dije -Entre la pachanga, acá, dando ganchos de enseñanza camuflados-, no es un académico cuadrático. A este punto, él añade que ya se ha acartonado, ya que en las evaluaciones a los docentes recibía críticas negativas por parte de los alumnos, y dice- A los estudiantes ya no les parece que sea sarcástico, que se tan yo, trato de ser acartonado, los veo que se están aburriendo, ¿recuerdas que hacía monólogos?, ya no los hago (noto algo de pesar en la voz), como que me ven como Señor y dicen: “¿cómo este señor va a venir a payasear?”. Eso ha repercutido positivamente, ya no me ponen tantos puntos negativos, sino positivos. La verdad, no sé qué le pasa a las nuevas generaciones, no sé qué querrán.
De sus gustos literarios, Marcial busca en un autor que sea interesante, que no aburra, que no sea tan técnico ni recurra a la formula, mucho menos repetitivo. En su adolescencia recuerda el gusto por Borges, aunque después lo haya cansado -Su lenguaje entre lo coloquial del argentino y del mexicano-. Después de leer otros autores mexicanos, llamaron su atención especialmente Juan José Arreola- Es uno de mis favoritos, mis respetos por lo que hizo, como el señor sin necesidad de tener estudios, tuvo una formación y una capacidad intelectual la verdad que sorprendente-.
Melómano y cinéfilo de corazón, en la música busca en el contenido de las letras, creció escuchando a los Beatles, The Doors, Pink Floyd, Led Zeppelin, etc.… -Este tipo de música me llamaba la atención por el ritmo, cuando empecé a leer busqué las letras, había una revista llamada Notitas musicales con las letras en inglés y español, después, saqué mis propias traducciones con un diccionario de mi hermano de la Universidad de Chicago. La primera canción que traduje, porque me dijeron que era satánica, fue Hotel California de The Eagles, y dije: “no tiene nada de satánico, es un alucín del tipo”, y la gente que pensaba que era una canción romántica, me daba risa. En un tianguis lo vi, me llamo la atención en un cassete de canciones románticas, jajajaja, no tiene nada de romántico, como que el tianguista estaba abusando de la ignorancia de las personas-. En el cine se queda con Tim Burton y Oliver Stone, aunque éste último ya chafea.
Iglesias gusta de los personajes oscuros, desesperanzados, locos, siendo él lo contrario, a ello arguye-Es una parte de mi alter-ego, las cosas que yo quisiera haber sido- , y yo lo comparo a Mutis cuando dice: “Maqroll, es todo lo que he querido ser y no he podido, lo que he sido y no he confesado.” Las comisuras de sus labios se mueven de nuevo y de la caverna de las palabras prosigue- Antes de ser profesor mi ex-jefe me decía: “que yo era como las moscas me gustaba estar donde estaba la podredumbre”. Me gustaba ir a todos los antros de mala muerte, me gustaba ver cómo vivían, a veces me inspiraba y escribía artículos sobre la vida de las personas, que publicaba en el extinto Cartapacios. Ahora un personaje muy fijo es la señora de la vaquita de las cabalgatas de la Villa, ¿qué onda? ¿qué pasara en su mente?, me pregunto, ¿estará esperando los 365 días del año para que lleguen las fiestas charro taurinas de Villa de Álvarez, para sacar su carrito, su vaquita? Ella va triunfando en ese momento, quiero saber que es lo que piensa. No me interesan los gays de la gasolina ni nada de eso-.
También lo impactan los multi-asesinos, la literatura que habla de tales-¿Qué pensaban estos tipos?, si a mí me horroriza la sangre. Estos tipos, lo que hacían con los cadáveres, en su cerebro ¿qué se estará fraguando?-.
Lo que llevó a Marcial por el camino de la docencia, es haber encontrado que había gente que compartía sus ideas, y respecto a eso habla de las nuevas generaciones -A horita no sé que piensen las nuevas generaciones, como que están más aburridos crónicamente que concentrados en lo que es su vida; están más conectados con los medios digitales, como que esa cosa les quito el cerebro, creen que a través del Internet, de la computadora, de los mensajes de texto están pensando. Yo pienso que no tienen ni idea de lo que están utilizando, si lo supieran utilizar, que la tecnología es para agilizar el proceso de vida y como dice Sabina: “pensar despacio para andar de prisa”, creo que ese sería el ideal de la tecnología. Todavía no lo entienden. Es como ir en un carro moderno viendo por el espejo retrovisor. Yo lo he hecho, me meto a la Internet y busco discos bien viejos, imágenes de la década donde yo estaba más joven. Utilizan la Internet para viajar al pasado-.

Filósofo: Diógenes, ¿por qué? -Por su tipo de vida, cuando él está grande y se da cuenta de que no es el momento de sentarse a tirara la güeva, es el momento de echarle más ganas, porque es cuando tienes la mayor energía-. Coincide también con mi gusto por Borges, que decía: “A partir de los 60 años es cuando empieza la juventud del ser humano, es cuando se empieza a vivir.”
Sabina, ¿qué te deja? –Me deja el sabor de la derrota de los perdidos-.
¿Poesía? – No he leído mucha poesía, no me interesa. Pero me quedo con Byron, su lado oscuro, cuando estaba en secundaria y leo su biografía, llama mi atención cuando junta a los poetas y les pide que hagan un poema de terror, es cuando se le ocurre a Shelley su Frankestein-.
Narrativa: -definitivamente don Juan José Arreola-.
*Entrevista publicada en el suplemente Destellos No. 88 (el 8 de Abril de 2008), del periódico El Comentario No. 10, 460.

No hay comentarios: