jueves, 8 de mayo de 2008

Mea Culpa

Fíjense ustedes que acabamos de recibir el primer martes crudo del año, que tal este mes con su largo fin semana etílico, ya imagino cómo estarán los que libaron uva y cataron las distintas bebidas ofrecidas al Dios Baco; después de haberse puesto mágicos, despertar con el virus de la duda, con la sensación de que lo hecho se hizo sin uso de razón, lo que se conoce como cruda moral. Ya que estamos en este sentir, pues un servidor en pleno uso de sus facultades letales considera que es el momento ideal para deshacerse de sus fantasmas, por lo tanto expongo ante ustedes mis errores y pecados:

Nunca me he preocupado por la naturaleza y su medio ambiente, gracias a la reflexión de que ella jamás se preocupa de nosotros, y cuando le da en gana, nos produce un sismo o un huracán que arrasan a miles de personas; prefiero pugnar contra el ambiente de corrupción y prostitución que en algunos lugares están tan latentes.

He coartado la intuición de mis discípulos al fomentarles más las destrezas mecánicas que humanas, en la difusa idea de inculcar lo que para mí es razonable contra sus emociones. Lo que indudablemente ha hecho que mi producción académica sea un refrito, un reciclaje de ideas de otros.

Considero que valores como la solidaridad, autenticidad, honestidad y el amor no se pueden imponer, ni enseñar, más bien se deben de poner en práctica a través del ejemplo.

Pretendo erradicar la idea de vivir en un mundo en donde ya todo está hecho, que no hay nada nuevo o que crear; pero me irrita más el saber que alguien sacó adelante una faena con el sudor del de delante.

Padezco el síndrome de Peter Pan, más caigo en la razón que soñar no significa dejar de crecer; pues tengo la vaga idea de que se sueña mejor despierto que dormido.

Formo parte de esos hombres que como fósforos, en cuanto se calientan, pierden la cabeza, y piensan más con las hormonas que con las neuronas.

He utilizado la Internet que tantas veces critico para obtener información que ha servido para estructurar algunas ideas, soy un asiduo al arte del WEBoneo, y a diario reviso la basura que tan amablemente mis conocidos me envían, truncando así sus aspiraciones al no reenviar las cadenas de correos electrónicos; al fin de cuentas mi vida no ha cambiado, además ya tengo a quien echarle la culpa de los males y problemas que me aquejan, pues a pesar de borrarlos, queda siempre la zozobra de que a lo mejor sí son ciertas las predicciones que en ellos se señalan.

Soy un usuario del Messenger, pero gracias a mi incapacidad de redactar claramente las ideas de forma rápida, hace que renuncie a él; de forma semejante he dejado de lado los mensajes de texto del celular; además considero que en unos cuantos renglones la persona no puede expresar realmente lo que piensa, y si lo hace, pues que reducido de ideas está.

Una vez concluido este confíteor en el cual he reconocido mi naturaleza dañina ante los lectores, por medio de esa buena voluntad de hacer una compensación a través de ella, esperando no haber negado mis emociones, y con el afán de no perjudicar sino por el contrario aliviar mi consciencia de todo prejuicio que empañe el cristal de la calma en mi alma, vuelvo a hacer lo mismo, pues al fin y al cabo existen estos momentos como filtros de la memoria y de la razón.

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