viernes, 25 de abril de 2008

LA TELEVISION: OJO, MUCHO OJO

HOY EN LA CULTURA

A través de los años el hombre ha evolucionado, hasta conformarse en lo que ahora se conoce; en su paso por la historia ha entrado en contacto con sus semejantes lo que ha dado origen al intercambio cultural. Mediante esa forma de integración racial, el hombre ha vivido guerras, ha visto la consolidación de naciones, ha conocido innumerables inventos en favor y en contra de la humanidad; para algunos ese intercambio cultural ha sido una degradación, pues el ser humano al "apoderarse de televisores, aire acondicionado, automóviles, aviones, control de natalidad y divorcio, comida congelada, antibióticos y música grabada se volvió un ser aislado de las dificultades de la vida, holgazán y aburrido"( SCHILLINGER, Liesl, 1996,); mientras otros consideran que a través de ese intercambio la cultura se modifico de un modo más fino y placentero, en pocas palabras se civilizo.

Para lograr el proceso de civilización, el pensamiento del hombre es permeado por una serie de factores ideológicos, como la familia, la religión, el circulo de amigos, etcétera; es lo que Durkheim denomina como educación, o sea "la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las aún no maduras para la vida social, cuyo objetivo principal es el originar y desarrollar en los individuos cierto número de estados físicos intelectuales y morales que de ellos exigen tanto la sociedad política en su conjunto cuanto el medio especial al que en particular son destinados" (LÓPEZ ROSADO, Felipe ,1978 ) ; es decir, la consigna de cada etnia o bloque social es instruir, fabricar sujetos con el mismo molde.
El modo de vivir de cada conglomerado humano varía según la situación geográfica; pero permanecen comunicados gracias al apoyo de los diferentes medios que existen en el planeta, uno de ellos y tal vez el principal es el televisor.

La estupidez administrada con inteligencia, es el patrón global que lucra las formas de pensar, vestir, comer, peinar y calzar de una sociedad consumista como la nuestra. Es el medio de información más ágil y rápido del que se dispone hoy en día, hace que la juventud no se interese por los escritos de Borges, mucho menos que escuchen a Stravinski; debido a esa engañosa basura de fácil acceso, la cual ya no es parte de la cultura, sino por el contrario, es la cultura.

OCURRIÓ ASÍ....

"La televisión no es un medio que haya transformado la política mundial o las vidas de los jóvenes sino un transmisor de programas crudos y estúpidos que inducen a la violencia" (KATZ, Jon, 1994) , a una tentación de la cual el hombre no puede escapar, y que por desgracia en la actualidad es el instrumento de enajenación utilizado por las múltiples cadenas de televisión que dizque comunican al planeta. Si esa constante captura de neuronas para el banco de masas encefálicas idiotizantes que día a día se suman a los índices de adeptos al culto por la cajita de imágenes con movimiento.

La influencia de este "medio de comunicación electrónico," es de tal magnitud que ha dado génesis a una generación sin imaginación, desmembrada de su entorno familiar, político y educativo; a los cuales ya no les importa el alto porcentaje de mortandad en Somalia debido a la fuerte hambruna, el reinicio de la guerra del Golfo Pérsico, las innumerables niñas menores de 12 años violadas por adultos insaciables, la muerte de gente inocente por accidente con una bala en la frente, pues esas injusticias mediante un canal de televisión son puras noticias de un día ordinario en cualquier jodido barrio.

Estos "Cibernoides" están acostumbrados a ser seducidos por el morbo y la violencia que lo mismo les da vivirlo "a sangre fría" que "a través del video" ellos saben que dentro de una "ciudad desnuda" todo puede ser de "primer impacto"; gracias a la magia de la televisión, se disfrutan los mejores crímenes y se instruye en como matar en menos de tres patadas. La sangre es tan común ahí que el mismísimo conde drácula, luciría insignificante ante los sedientos televidentes.

Por otro lado los delincuentes y violadores ya no le temen al "fuerte" brazo de la ley, sino a la gente, que sin conciencia alguna siguen los ejemplos de justicia por cuenta propia promovidos por el televisor.

El circo, maroma y teatro que años atrás fomentara el televisor; ahora fueron cambiados por sangre, carne y huesos putrefactos; todos los días millones de teleadictos se apiñan frente al monitor como buitres para observar la espectacular carroña que allí se exhibe. Tal parece que Charles Mason, es una tierna obejita ante los productores de estos tipos de programas amarillistas y sádicos, cuyo objetivo es, sin imaginar, el lograr en el individuo una deshumanización total ante el prójimo.

De seguir así en un futuro no muy lejano los centros de esparcimiento como los circos, cambiaran sus actos de acrobacia por ejecuciones de asesinos, los animales por minusválidos y las edecanes por travestís.

SABER VER

Con lo antes expuesto no quiere decir que este en contra de la libertad de expresión, más bien existe la duda sobre si semejante transmisión promueve una catarsis o sencillamente retroalimenta patologías.

A raíz de lo anterior nos encontramos ante dos disyuntivas:
1. Apagar el aparato, para no seguir embruteciéndose.
2. Aprender a verlo libre de toda influencia y prejuicios.

* Primer artículo publicado en el suplemento cultural Cartapacios del periódico Ecos de la Costa, Abril 1997.

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