martes, 5 de mayo de 2020

La palabra violencia

Violencia, nueve letras que al conjugarse las interpretamos como algo que nos inspira una mixtura entre ira, miedo y desesperación, la escuchamos por la radio, le vemos por televisión e internet, pero lo más triste de ello es que no se acaba apagando el aparato radiofónico ni el televisor o desconectándonos de la red, pues ya ha sido incrustada como un implante en nuestras vísceras, en el carácter de cada individuo.

Existe y su reputación predomina entre las personas que la utilizan para llamar la atención, para hacerse notar o escuchar. Está en cada uno de nosotros, la vivimos donde quiera que sea, en la calle con el coche que se estaciona en el lugar de las personas con discapacidad o el conductor que cree tener más derechos de vialidad que el peatón, la ñora que al barrer en lugar de recoger su basura la echa a la casa del vecino, en el trabajo cuando a algún compañero le faltan al respeto o dejan de tratarlo como ser humano, en la casa cuando estoy enojado y hago un pancho o en el hogar de aquel niño que sus papás se separaron y lo hacen sentir culpable que, de tanto sentimiento, busca desquitarse despedazando sus juguetes.

Una pared rayada también es violencia, pues quien lo hizo no se detuvo a pensar que esa barda no es suya y que su dueño debe invertir dinero para reparar el daño, imagino que esa persona tiene una difusa idea sobre respetar lo ajeno. Da pena que debido a acciones como estas, tengamos que vigilar violentados nuestras pertenencias, cuidar de los seres que amamos ante cualquier gente… sintiendo ira y miedo a que nos hagan daño.

No podemos comprar todos los diccionarios y arrancar la hoja donde se define la palabra violencia, pues con ello no se arreglarían las cosas ni tampoco pedirles a los doctores que inventen la vacuna contra la violencia, pero si podemos regalar una sonrisa, ser amables sin caer en la condescendencia, y lo más importante, intentar ser pacíficos en un mundo agresivo, demostrar que estamos civilizados, y la mejor forma de evitar ser violentos es empezar con nosotros, dejar de maltratarnos.

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