jueves, 15 de noviembre de 2007

Adictos al Messenger

El otro día fui a buscar a una persona en cierto departamento de los que existen en nuestro entorno, y al llegar obviamente que me dirigí a la atenta secretaria para saber sobre el paradero de tan ínclito personaje; cual no sería mi sorpresa que antes de darme respuesta la amable mujer miró a su monitor de computadora y me respondió: “Parece que está desocupado”. Es decir, ni siquiera tomó el teléfono o se puso de pie para cerciorarse, sólo se limitó a observar en la pantalla el pequeño programa de Messenger que en esos momentos activó y en cuestión de segundos supo si el sujeto de mi interés se encontraba disponible.

Como es sabido por todos, el Messenger o “MSN” es un programa de mensajería instantánea que permite fluir la “información” entre las gentes que lo utilizan; en la actualidad son tantos los usuarios de este programa que, gracias a su rentabilidad, diversas compañías se diputan la supremacía en servicios; por la sencillez de su uso cualquiera puede utilizarlo, esto ha multiplicado día con día a los clientes, pues como su slogan comercial señala: “Escribe, habla o demuestra cómo eres a los demás”, y al parecer ha tenido efectos comerciales positivos en el inconsciente colectivo. En las oficinas es común ver a la mayoría de las personas combinando su trabajo cotidiano con la charla en línea que ofrece el uso del MSN, ¡la verdad yo no sé cómo le hacen para lograr concentrarse en ambas actividades! No quiero imaginar la clase de productos que elaboran a raíz de tal mixtura.

Entre los contertulios al programa se intenta denotar el rasgo de la personalidad del usuario, existen quienes a través de su “nick” o pseudónimo pretenden hacer alusión a la actividad que en ese momento desempeñan, entonces si están ocupados, ¿Por qué se mantienen en línea? Otros pretenden demostrar el estado de ánimo en el que se encuentran ese día, su nivel de intelectualidad, el grado cultural y gustos por la vida; así encontramos a individuos que con alegórica presunción escriben el título del libro que acaban de leer, la música que los inspira, incluso hasta el enojo o rompimiento sentimental con su pareja, en fin todo sea pro de la “comunicación”.

Recuerdo que alguna vez un conocido funcionario de forma apocalíptica anunció que no era necesario que todas las computadoras tuvieran conexión a la Internet y fue tachado tal comentario como una actitud deleznable por la voz popular de los diversos empleados; y es que es tan necesario contar con un equipo informático conectado a la red y más aún que tenga instalada la versión más moderna del Messenger.

Por lo pronto no hay que preocuparse por que nos quitaran tan útil programa, lo más urgente es completar la lista de contactos que deberán recibir el correo electrónico que con ello evitará nos cobre Microsoft por el uso del MSN.

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