jueves, 25 de junio de 2020

Diario de la cuarentena 10

¡Tengo miedo!

Dicen que el tiempo que llevamos de confinamiento ya no es cuarentena, lo políticamente correcto es llamarle noventena, pero la realidad es que sin semáforo epidemiológico o con el color en que se encuentre, en algún momento nos corresponderá reanudar actividades en la tan mentada Nueva Normalidad -¡pinche nombrecito, me surra! – que desconocemos, lo cual para algunos nos representa pánico, ñáñaras en el occipucio, miedo a salir a la calle, encontrarse con los compañeros de trabajo y saludarlos de lejecitos, mover los objetos de la oficina con telequinesis, ¡wee, no me quiero imaginar ir al baño de la escuela! ¿Tendré que recurrir a la estrategia de mi infancia? Es decir, de “aguilita”, ¡guácalas!

Sentir miedo es un claro uso del mecanismo de defensa de todo ser humano, pero la neta, uno pensaba que con el virus AH1N1 del 2009, habíamos adquirido los hábitos de higiene, tal parece que no, y lo que es peor, con el Covid-19 que es más fácil de contagiarse, hay personas que se creen inmunes o que los miembros de su familia tienen un titipuchal de anticuerpos y les vale madres acatar las reglas propuestas por las autoridades de salud, es más, hasta se encabronan de que en los supermercados no los dejen pasar sin cubrebocas ni chilpayates, súmenle que esa clase de individuos cuando lo miran a uno con careta, guantes y gel antibacterial de bolsillo, los muy ojetes se burlan al grado de humillarte -¡no manches, eso es racismos o no! -, haciéndome sentir como el Emoji que parece chocolate Hershey’s Kisses y que según mi sobrina no lo es.

Ahora sí que está de la tiznada, pues al salir a la calle además del temor a quedar infectado, hay que estar al pendiente de la gente que no respeta las condiciones de higiene y soportar la guasa que hacen de uno, esto sí que no es miedo irracional, es real, creo que este “quitahipos” 2020, bien que se merece una sanción por pasado de lanza.

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