jueves, 31 de enero de 2019

Aquellas pequeñas cosas

Estamos a punto de cerrar el maratón Guadalupe-Reyes con el disfrute de esas barritas energéticas elaboradas al vapor con envoltura biodegradable, que en nuestro país les dicen tamales, fecha que indudablemente el goyetero espera con ansias y a quien le corresponde el patrocinio pos tuvo que guardar su regiomontano interno; después de la “Tamaliza, Groove”, el año continuará su curso, mientras los humanos seguiremos estresados en busca de la tan anhelada felicidad, paz y gozadera que nos dé satisfacción.

Para los arquitectos significará tal vez tener un buen de proyectos que les permitan ganar rete hartos billetes; en los ingenieros pue´que sea desarrollar sistemas de gran utilidad y muy bien pagados; de igual manera los abogados intentarán rifársela resolviendo un titipuchal de casos que les reditúen excelentes dividendos y, porque no, hasta comprarse ese coche último modelo con el cual subir hermosas jainitas. Los médicos esperan recibir muchísimos pacientes y poder adquirir esa gran casa en la prestigiada zona residencial; por su parte los gerentes esperan lograr altas producciones a bajo costo pero que se vendan a elevados precios; los deportistas intentarán alcanzar la fama y el reconocimiento para estar bien cotizados.

Mientras los que están en prisión desean algún día volver a ser peatones de cualquier vía pública; una persona con discapacidad visual se conformaría con tan solo ver ese rayo de Sol que a uno incomoda las mañanas de domingo o poder conocer físicamente a su madre. El individuo con discapacidad auditiva espera con ansias esa fecha en que pueda oír el susurro de los árboles por la acción del viento o la voz de sus seres amados, quien se mueve en silla de ruedas aspira correr una mañana soleada, por su parte, el enfermo terminal agradecerá poder vivir un día más, así como el huérfano ansía tener una familia y ese rebelde adolescente lo único que espera es que sus padres lo escuchen en lugar del prestigiado terapeuta que ellos le han designado.

En fin, algunos continuaremos midiendo la felicidad a través de la acumulación de riquezas y reconocimientos sociales, otros nos enseñarán que la riqueza no es el llenarnos de objetos inanimados y de éxitos efímeros, sino de aquellas “pequeñas” cosas que no se cambian por dinero.

No hay comentarios: