miércoles, 26 de agosto de 2015

¿Anticuado yo?

Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, consideraba que los dioses eran gentiles cuando al llegar a la senectud la vida se vuelve más desagradable, lo que nos hace anhelar la muerte con tal de dejar el suplicio de depender de la voluntad de otros. Cito lo anterior debido a que conforme envejezco, empieza a hacerse una brecha que me desarticula de los cambios tecnológicos. Recuerdo como especie de flashback que cuando por fin había aprendido a utilizar la videocasetera, llega el DVD y ahí voy de nuevo a aprender, dejando de ser aquel pipiris nice en artilugios. Para colmo, ahora los llamados gadgets son más desechables que los pañuelos higiénicos, pues hay que cambiarlos por otros continuamente: cuando ya estás familiarizado con el uso de uno, se descompone otro o se vuelve más lento que un caracol practicando tai chi de tantas actualizaciones.

Consciente estoy de que a todos nos maravillan los cambios tecnológicos, pero de igual forma no todos tan fácilmente nos adaptamos a ellos, pero más tardamos los que pertenecemos a la generación que ocupa disco de arranque -de aquellos que funcionaban con disquete de ocho pulgadas- para poder captar. Si a la edad le sumamos las apuraciones que el estrés laboral nos factura, de seguro a muchos jóvenes lectores -¿creen ustedes que la mocedad me lea?, pues algunos ni hábitos de lectura tienen-, les caiga el veinte del por qué cuando estoy whatsappeando tardo tanto en responder los mensajes o de plano sólo utilizo las expresiones “si” y “no”. Pero eso sí, ya aprendí que no todas las consolas de videojuegos se llaman Nintendo.

En mi lento pero copioso aprendizaje, tengo la habilidad de etiquetar fotografías en el Feis, puedo cargar una USB con varias canciones de mp3, tengo bien clarito que el correo electrónico y Messenger no son lo mismo. Otro de mis logros es que por fin pude cambiar el letrerito “Hey there! I am using WhatsApp” en mi estado del Whats y puse una obra literaria de mi intelecto. Lo que si no entiendo es porque a la USB de 512 MB no le caben las 150 fotos del cumpleaños de Rodaila mi gatita, ¡tan bonita que se ve!

Envejecer no es lo difícil, lo ingrato es la adaptación en todos los aspectos cotidianos que implican el uso de las nuevas tecnologías, pues muchos piensan que con sistematizar procesos se facilitan la vida. Pues no, ya que quienes estamos en el umbral de la longevidad pasamos por una serie de dificultades y modificaciones radicales con tal de sobrevivir en la era moderna, manteniéndonos vigentes por el simple hecho de no ser unos anticuados.

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