miércoles, 19 de agosto de 2015

Arrejuntándonos

A lo largo de la historia, la humanidad ha buscado los canales que faciliten entablar comunicación fluida y rápida. Los medios han sido varios, pero la información que muchas de las veces se intenta transmitir, se ha corrompido por la misma mano del humano, quien en su afán de demostrar elocuencia, inteligencia, talento o ser divertido, convierte la vía de transmisión en un puente que facilite la autopromoción.

Con la existencia de las redes sociales, en lugar de favorecer los canales de comunicación se han entorpecido y desacreditado gracias a la testarudez de sus usuarios, pues no obstante de que un perfil ya tiene miles de “amigos” entre los cuales varios son sus seguidores, crean grupos de distinta índole con el propósito de privatizar la información a cierto núcleo de personas selectas. Esos grupos a veces se integran con familiares, con compañeros de trabajo de una godinezca oficina y hasta con miembros de un salón de clases a través de una asignatura -¡Ah, el profe se modernizó, qué chingón!

Mientras la información fluya, se acorten distancias, ahorre tiempo, no existe problema, lo malo es cuando cierto integrante del grupo utilice ese medio para enviar imágenes de San Andrés, que si le rezas al revés durante una semana, evitas el estrés ocasionado porque el sistema de tu computadora ya no responde por ingresar a ese sitio de internet indebido. Cuando le nazca del corazón publicará imágenes de cariñositos con mensajitos de ternuritas o pondrá a la venta cual mercado de pulgas, los cacharros de su casa al mejor postor, entre otras cosas.

El peor de los casos es que ese chat de grupo del WhatsApp se convierta en una sala del programa de televisión “Ventaneando” y de pronto aparezcan infinidad de copias de Paty Chapoy, Daniel Bisogno, Atala Sarmiento, Ricardo Casares, Jimena Pérez y Pedro Sola despotricando en contra de algún compañero, profesor o el jefe de la oficina -lo más cruel es que ni cuenta se den de que a quien critican, uno de los miembros le muestra todo lo que se escribe de él. ¡Pinche ojete!

También es común que entre los caballeros demuestren su machismo enviando fotografías de damas en paños menores o con traje de Eva, saquen a relucir peladeces elegantes de esas que se hablan en los grandes salones… pero de billar, sin importarles que existan mujeres a las que les merecen respeto y obvio que ellas no son unas expertas en el léxico alburero. Tampoco puede faltar el administrador que bajo influjos tipo Führer realice un holocausto eliminando a esos usuarios que ya no le simpatizan del grupo que hizo. Ilógico es que si creaste el grupo entre supuestos amigos o familiares, hubieras colocado el letrerito de N.R.D.A.

Así es mi amigo, como una especie de Rey Midas a la inversa echamos a perder lo que nos facilita la vida, desvirtuando los canales de comunicación, pero eso sí, alegando a favor que con esas actitudes se logra la cohesión de los grupos. Entonces sigamos creando grupos en Facebook y el Whats, digo, para arrejuntarnos nos pintamos solitos.

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