miércoles, 3 de marzo de 2010

Con todo el alma

"Si yo encontrará un alma como la mía,
cuantas cosas secretas le contaría." María Grever

Mucho se ha hablado del alma, se han escrito poemas, canciones, tratados, discursos e incluso ha sido punto de discusiones científicas. En Internet existen 28,800,000 sitios en español que abordan el tema sobre el alma; es más hasta la psicología debe su existencia a ella, gracias al término “Psique” o “psycho”, que significa soplido, alusivo a ese último aliento que el humano exhala minutos antes de morir, y que con el paso del tiempo los griegos imaginaron algo antropomorfo con alas, semejante a una mariposa, que en la literatura griega Homero denomina psyché, y que se trata de una diminuta mariposilla que sale de la boca del que muere.

En la antigua Italia, el alma adquiere otra connotación, al ser llamada ánima, el significado es semejante al de los griegos, con la única diferencia de que por tratarse de algo que se encuentra en movimiento también atañe a los animales, es decir, también ellos poseen alma.

Por el año de 1927, el médico y científico Douglas MacDougall, descubrió que el individuo después de morir perdía veintiún gramos, este hecho lo atribuyó a la existencia del alma, pues en los animales no ocurría lo mismo, coincidiendo con las teorías de diversos filósofos griegos, en la cual afirmaban que sólo los humanos poseemos alma, gracias a esa capacidad de soñar.

Años más adelante un grupo de hombres de ciencia, determinaron que esos 21 gramos que se pierden al morir, son debido al aire que exhala el cuerpo humano cuando ninguno de sus órganos funciona o simplemente porque los esfínteres se relajan; tal hipótesis quedó descartada cuando se descubrió que los gases no son tan pesados.

Hace unos años se determinó que ese peso que se llegó a considerar alma o espíritu es producto de la fuerza muscular que realiza el corazón para que la sangre fluya por nuestro organismo, esto significa que por cada palpitación se genera un esfuerzo equivalente a 21 gramos y cuando este músculo deja de cumplir con sus funciones, de forma automática se pierde ese peso.

Tal idea sirvió de inspiración para que Guillermo Arriaga escribiera un texto que valiera de pretexto a Alejandro González Iñárritu para realizar una película en el 2003 con el nombre de “21 Gramos”, cinta que a mi gusto no fue del toda satisfactoria, pues volvió a la fórmula del film “Amores perros”, donde el espectador se siente inteligente, al ser capaz de armar la trama y comprender la intención de cada personaje según los fragmentos que se van proyectando a lo largo de la película.

Hoy no se descarta la existencia del alma, pues según los medios de difusión masivos, hasta los países poseen una; de acuerdo a la religión, también las hay perdidas, otras que se encuentran en el purgatorio y algunas salvadas, bueno la única documentada en la Biblia que conozco, es la del ladrón que se arrepiente de sus pecados ante Jesús durante la crucifixión, de allí en más creo que no tengo noción de otra.

Existe un alma difícil de encontrar, es aquella persona que será nuestro complemento, la que se compenetra con uno y que en algún remoto lugar de este mundo se encuentra, o sea, el alma gemela, y esa sí que cuesta trabajo encontrarla, muchos invierten parte de su vida sentimental en tratar de hallarla, algunos engañados se casan con la primera persona que se topan, deslumbrados por el glamour y lo sofisticado de sus aparentes modos de vivir. Al final los dejan vacíos y secos gracias a las vicisitudes del divorcio, y en el triste de los casos hasta causando daños a terceros, es decir, a los hijos que ninguna culpa tienen.

Algunas personas en su eterna búsqueda, el avance de la edad les gana, y a pesar de ser otoñales, en su corazón se continúa abrigando la esperanza de encontrar esa otra parte de ellos que se convertirá en el compañero ideal “para toda la vida”. Pero como dice el roquero argentino Fito Paez, “la soledad es la ecuación de la vida moderna”, en parte tiene razón, nacimos solos y así vamos a morir, cuando llegue nuestro deceso si es que poseemos alma ni con ella nos vamos a quedar y el corazón que ejercía los 21 gramos de presión dejará de hacerlo dejándonos inerte como hasta ahora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Permítame comentarle, como su lectora que soy, que en mi opinión, su texto de hoy está extrañamente filosófico, con tintes bastante pesimistas. Para intentar contrarrestrar, le sugiero atender la invitación que uso como firma. Dicho lo cual, también me permito corregirle la cita de María Grever: no es "si yo tuviera un alma", sino "si yo encontrara". Ojalá tenga un buen dia. Ciao!

Perla Lara

Anónimo dijo...

la neta marcial hoy floje leer
pero pa la prox la repongo va
jajajaja
cuidate y solo te dejo mis saludillos
kuidate y q andes de lo mejor
IRIS