miércoles, 5 de noviembre de 2008

Yo acoso

Entre el cambio de turno de un bachillerato a otro, cierto colega docente me comentaba que resulta un verdadero insulto insoportable ver la forma en cómo algunos estudiantes visten e incluso su lenguaje corporal deja mucho que desear, esto le ha provocado expresar dentro del salón de clases algunos comentarios hacia ellos de forma sarcástica poniendo énfasis en la sexualidad de su apariencia; ante lo dicho no tuve más alternativa que advertirle que ese tipo de palabras bien pueden catalogarse como una forma de acoso sexual.

Molesto e intrigado a la vez por lo expresado, el profesor manifestó que en realidad estaba exagerando, no tuve más remedio que recordarle que ante la ley cualquier roce inoportuno entre dos personas puede catalogarse como un avance libidinoso, chistes que aborden temas sobre la sexualidad, utilizar apodos para referirse a las partes intimas del cuerpo, adoptar y hacer gestos de coquetería como guiñar un ojo, saludar de mano y no soltarla por buen lapso de tiempo, así como palabras en doble sentido son también catalogados como tal; y lo más evidente de cometer esta acción como lo es el sugerir citas a escondidas, encuentros sexuales clandestinos, llamadas telefónicas, cartas o correos electrónicos con contenido grosero o amenazante en donde se exija tener relaciones cóitales a cambio de algo, elogios y piropos que lleguen a incomodar a cualquier persona, o sentirte el atrevido galán rompecorazones que a través del valor que imprime el uso del Messenger externe palabras obscenas a sus conquistas y luego se moleste por que lo tachan de depravado.

El acosar sexualmente a alguien no es exclusividad de personas del sexo opuesto, también puede ocurrir con sujetos del mismo género, de igual forma la edad de la víctima como la del acosador puede ser la misma o distinta; pero como sabemos es socialmente mal visto que una persona mayor asedie a una menor. Es común el coqueteo entre adolescentes incluso apropiado, pero lamentablemente ahí se presenta esta situación, por ejemplo cuando un joven hace bromas sobre la ropa interior de sus compañeras y a éstas no les parece, cuando uno de los dos no se siente a gusto con la atención romántica del otro, cuando sólo existe el coqueteo de una parte y por más que se le dijo que no había atracción mutua insiste.

La víctima según el grado del acoso experimenta enojo, vergüenza, miedo, frustración ante la impotencia de poder frenar todo el cañoneo de insistencias. A veces ante el temor de que se dañe su reputación acepta las proposiciones, es precisamente aquí donde el derecho civil no puede tomar una decisión que determine quién fue el culpable, como se dice de forma vulgar, tanto va el cántaro al agua, hasta que se rompe.

Tampoco hay que circunscribir el asedio sexual como exclusivo de estudiantes y profesores igual puede presentarse entre los demás integrantes de una escuela, razón por la cual en algunas universidades del país este controversial tema ha sido incluido en sus legislaciones y reglamentos escolares, prohibiendo y sancionando a quienes lo fomenten. También este síntoma no es privilegio de los recintos escolares de forma semejante puede manifestarse en cualquier centro laboral, pues como es sabido por ustedes los lujuriosos existen por doquier, algunos con disfraz de oveja otros son unos lobos natos en tales menesteres, de los cuales hay que tener sus debidas precauciones, pues son tan común, que se vuelven ordinarios y no valoramos el daño que están haciendo al prójimo.
Como evitar caer en esta fatal práctica, bueno pues lo primero que se debe de hacer es no externar comentarios despectivos o sexistas, difamación y bromas sobre la forma de vestir o el cuerpo de alguien, y menos intente presentar imágenes sugestivas de sexo u objetos que avergüencen y humillen a alguien, así mismo absténgase de pellizcar, acariciar, masajear y besar a quien no se lo pida; y si sus intenciones son sostener un affaire con alguien que este de acuerdo con ello, le sugiero pensarlo bien en las repercusiones y consecuencias que esto podría acarrear a ambos; pero como siempre lo que más daño nos causa, lo prohibido y las inmoralidades es lo que más nos gusta y es que resulta tan deplorable el bombardeo mediático sobre como se deben de vestir la juventud moderna que a veces sus ropas nos dejan mucho a desear, y honestamente cómo impedir tales tentaciones de diseño, ¿Utilizando lentes oscuros detrás de los ojos?

No hay comentarios: