jueves, 17 de marzo de 2022

Full stomach, happy heart.



En nuestro México dicharachero sobresale ese adagio que dice: “Panza llena, corazón contento”, situación que a más de alguno nos queda como anillo al dedo, pues cuando la tripa hace su berrinche, lo mejor es aplacarla con un buen atracón y para eso, los puestos callejeros de la Avenida Universidad se pintan solos, la neta que han sido bien aguantadores, pese a la pandemia -sí, aún existe, que se le olvidará a causa de otros chismes, es cuento distinto-, ni han reducido su tamaño ni de sazón, la comida sigue satisfaciendo esos paladares tan exigentes de los universitarios, que en horas de receso escolar si eres oficinista tu implacable e impaciente hambre te facturará una ulcera al quedarte sin esos exquisitos tacos tuxpeños estilo Colima, debido al amontonamiento de alumnos que cual marabunta te lo impedirán. 

En los aspectos laboral y de hambre una cosa lleva a la otra, después de aventarte chambeando parte de la mañana, te empieza a rugir tipo Chewbacca la tripa, señal de que ya ocupamos algo pa’ comer, si a ello le agregas el clima frio tipo Alaska que tus compañeros le ponen al aire acondicionado de la oficina, pues como que el cuerpo te pide un caldo de pollo bien calientito o la birria de El Marro, pero bueno, te conformarás con las tortas de taco en sus diferentes tamaños que venden enfrente de los Bachilleratos 1, 2 y 3, esas que te hacen salivar al ver sobre la plancha ponerse chinita la carne adobada, de res y salchichas, ya que una de las ventajas de estos puestos es que tú puedes ser mudo testigo de cómo te preparan lo que te comerás. Ya sea de pie o compartiendo mesa, la clientela degusta los nachos con el queso fundido y la salsa de uña, los tacos dorados rellenos de papa o panela que dejan transparentes las servilletas de papel, acompañados con la música de fondo del tránsito vehicular, la guasa de la chamacada y las charlas que se ahogan con las mordidas, esas sí que son love bites como las de Def Leppard.

Quienes disfrutamos de esos exquisitos platillos nos hacemos la vista chiquita en relación a las normas de higiene, ya que tenemos la confianza en las personas que los preparan, además, como se hace al momento y al calor del fuego, todos los bichos se mueren ¿o no? Es más, gracias a esa confianza alcanzo la celebridad Doña Bacteria, a grados tan enormes de publicidad que ahora, todos los puestos tanto los de adentro como los de la periferia dicen ser el de Doña Bacteria, por favor, si alguien de ustedes tiene la certeza de quién es en realidad este ínclito personaje de la culinaria callejera, mándenme un mail, para resolver tan enorme misterio.

La neta de tan solo evocar estos puestos donde existe la variedad de alimentos frescos y sabrosos, los cuales han hecho historia, resistiendo el paso del tiempo, haciendo mella en el gusto del universitario tanto de sus bolsillos como del corazón, he empezado a salivar cual can pavloviano y para que no se diga tripa vacía, corazón sin alegría, voy a chutarme unos chilakillers verdes con pollo.

No hay comentarios: