jueves, 4 de noviembre de 2021

Espectro del humorismo blando.

En estos días a uno le llegan sensibilidades del más allá que lo ponen bien acá, y es que entre tanto recuerdo de aquellos momentos que compartimos con los que ya se fueron de este mundo, pero que viven en cada cachito de la lacrimosa nostalgia, ahora que he cambiado los chiclosos Coronado por caramelos de omeprazol, así como las riquísimas tabletas en colores de ibuprofeno y en lugar de estrenar un huachinango Casio o Swatch, mi vida se llena de orgullo con ese tensiómetro digital que me dirá cómo anda de marchito mi corazón, y es que como dijera el maestro Jaime López en la introducción de la rola del Testamento del genial Rigo Tovar: “ora loco que presiento que me muero poco a poco, ya de ruco y agüitado me salió lo preocupón, chance en una de esas se desconchinfla el corazón”.

Hijos de La Malinche y de Hernán Cortés, que les puede decir un tipo que durante la infancia su bagaje cultural fue enriquecido por las letras del KalimanLa Familia Burrón y Memín Pinguin, ese mismo que cada 1 y 2 de noviembre, despuesito de venir de El Campo Santo, a deshoras del anochecer con los cuates de la esquina, unas varitas de madera eran nuestros médiums para entablar comunicación con los espíritus chocarreros. Nunca nos atrevimos, entre las tinieblas de la noche, a ponernos frente a un espejo con veladora en la mano, pues nos daba ñáñaras ver nuestro reflejo de cómo íbamos a quedar de muertos, es más, ni con 52 años de edad me aviento a hacerlo. 

Mientras sean peras o sean manzanas, que por cierto en estas épocas extraño los perones, uno continuará ignorando lo que el frío eterno de la Calaca nos deparará. El inframundo estará pior que aquí, espero que allá no salgan con la mamarrachada de pedirte una identificación para saber quién eres, pos acá nos tienen atiborrados con la del INE, la CURP, un RFC, el acta de nacimiento, la Cartilla del Servicio Militar y la Fe de bautismo, ah, y además del comprobante de vacunación, ¡híjole y si te pusiste la Sputnik V! ¿No te la hará de tos San Pedro? A fin de cuentas, en el muy acá de nuestro México, lindo y qué Rigo, todos los días son Día de Muertos, pues uno a diario se encuentra ciertos espectros del humorismo blando.

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