jueves, 9 de septiembre de 2021

Bandeja de entrada.

Es común que cuando colocó en el muro de mi Facebook esos artículos que me hace el paro de publicar El Comentario, algunos les dan “me gusta”, otros por inbox comentan algo al respecto. Algunos tienen razón, la verdad si soy pesado y mamón, lo que se ve no se pregunta, como dijera nuestro mito viviente Juanga; los que me conocen, pero ni idea de quién soy, saben que no me hago “el buena onda”, ni me gusta sonreír cuando me está llevando la tiznada, no sé disimular mis enojos, qué le voy a hacer, así no me educó mi jefecita, admiro a las personas que ponen más acción que choro en sus actitudes, además, el mundo siempre ha estado de la patada, con la diferencia de que en la actualidad las redes sociales nos lo argüendean al instante y lo más lamentable es que algunos usuarios le pintan más colorado el rojo de los eventos, de esos que disfrutan del mal ajeno, pero… qué sucede cuando a ellos les pasa, pos no, quieren que todos callemos su “mal de ojo”.


A veces me da la impresión de que nos han acostumbrado a que los que se atreven a escribir, sean hipócritas y aparentes, que siempre subrayen sobre lo bien que vivimos sin reflexionar en lo mal que estamos, de esos que les llaman ahora los millennials “súper mega cool”, pero que en realidad no lo son. Es más, yo ni escritor soy, lo máximo que he escrito es un texto de 16 páginas que lo tengo en casa, y una que otra colaboración en libros, mi profesión es la docencia, que hasta a veces me da la impresión de que la ejerzo mal, pues nunca he ganado como “El Mejor Docente” en mi bachillerato, ahí sí, soy como el Cruz Azul, “El ya merito”, y nunca pues. Como ya lo expliqué en el párrafo anterior, no sonrió cuando no tengo ganas, pero si lloro cuando vale la pena y hago berrinches cuando me hacen enojar, híjole, lo más probable es que por el simple hecho de haber escrito esto, ya hay dos que tres resentidos que le darán reenviar a mi texto con el argumento de: “¡no marches, ese pinche presumido del Marcial, se cree muy nalga!”

¿Qué se le va a hacer? Si la sociedad está acostumbrada de que cuando le hablas con la neta, debemos de hacerla de tos en contra de alguien o algo, para ellos eso equivale a honestidad, a no ser hipócritas… y lo más lamentable es que a la inmensa minoría les gusta, te dicen por el inbox, ¡qué bueno que la estás armando de pedo! Ahí es cuando ni se las creo, la vida me ha enseñado que debo de cuidarme de “La mano amiga ojete”, esa que te palmea o te soba como si fueras cachorro, pero si alguien le pide su opinión de ti, es el primero en echarte tierra, ¡qué se le va a hacer, si hay gente de ocho meses, esos que ni sus madres los aguantó en el vientre! Como ustedes saben, la gente que odia es la más fácil de manipular, pues a veces ni saben lo que están detestando, y siéndoles sincero sin dejar de mentir no me gusta calentar cabezas. Espero sus comentarios en mi bandeja de entrada.

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