jueves, 27 de agosto de 2020

Las canciones prohibidas.

En 1986, los mexicanos estábamos locos por el mundial que se celebraría en nuestro país, un chile verde, de esos que le dan sabor al caldo de pollo y de res era la mascota oficial con su enorme bigote y sombrero de charro, además de los cadenciosos movimientos de Mar Castro al son del chiquitibum en el comercial de cerveza, por las noches alimentaba mis pesadillas “It” o “Eso” -para la raza mejinaca-, de Stephen King que había comprado en la Librería Hidalgo, las chicas se deleitaban con un imberbe Tom Cruise ataviado de uniforme militar, lentes Ray-Ban y sobrevolando los cielos en la icónica película TopGun, mientras a los chamacos nos salían pelos en la mano de tanto ver a la sensual Kim Basinger en Nine ½ Weeks, en música una rubia platinada Madonna lanzaba True Blue, Mecano sacaba su exitoso álbum “Entre el cielo y el suelo”, Soda Stereo consolidaba el rock en español con “Signos” y Rocío Banquells se daba a conocer en el ámbito musical con su LP homónimo.
Precisamente de este último disco, se desprende una canción llamada “Con él”, con la cual en aquella época ponía a parir chayotes a los locutores de las diferentes estaciones de radio de la entidad, debido a que en los programas de complacencias se las pedía, y me salían con el cuento de que su letra no era propia o que los directivos de la estación se las habían prohibido, igual sucedía con la rola de Daniela Romo “La fuerza de un hombre”, irónicamente algunas de esas frecuencias de radio en su programación incluían Light My Fire de The Doors, Relax, esa oda al orgasmo de los británicos de Frankie Goes to Hollywood, además de la compilación de gemidos, pujidos y alaridos por parte de la Reina de la Música Disco Donna Summer con Love To Love You Baby. Imagino que aquí ni pelaron las letras de estas canciones porque nuestros censuristas no dominan el idioma de Shakespeare, pues de saberlo ni de chiste las ponen al aire o posiblemente llegaron a pensar que todos los mexicanos en esos años ni comprendíamos el inglés, entonces al final de cuentas ni sabían lo que en ellas se decía.
¡No manches! Si en los años cincuenta, con la entrañable “Cachito mío” de Consuelito Velázquez, cuya letra está inspirada en el hijo de la autora, a alguno de los responsables de conservar el orden y las buenas costumbres en nuestro país se le ocurrió que ese cachito hacía alusión a cierto trozo de la anatomía masculina, la neta, uno que culpa tiene que sus cerebros estén todos cochambrosos y cometan cada burrada en su pésimo afán de amolar la música. Por cierto, el Mundial se terminó en junio con la milagrosa mano de Maradona, dándole el triunfo a la Selección Argentina, mientras la nuestra también se aventó el suyo al pasar por primera vez a cuartos de final, haciendo que Hugo Sánchez saliera en un titipuchal de comerciales que nos vendía tantas cosas que no necesitábamos.

No hay comentarios: