jueves, 7 de noviembre de 2019

Nihil novum sub sole

Desde que en el film Spectre (2015) pusieron el ejemplo de cómo realizar un desfile al estilo de la alegría brasilera pero con marionetas y alebrijes gigantes de calaveras, el “Día de Muertos” en la Ciudad de México es celebrado tal cual como uno lo vio a través del celuloide mientras James Bond se la rifaba para detener a los criminales, de continuar así, las generaciones futuras olvidarán que la vigesimocuarta película del 007 fue quien fomento la tradición de esta procesión, creyendo que ha sido un rito ancestral.

Como lo dijo el rey Salomón: “¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y no hay nada nuevo bajo el sol”, es decir, todo tiene un precedente, por ejemplo, las frases con que he enamorado son de Neruda o Baudelaire, las argucias de atraer a la persona amada se las aprendí a Giacomo Girolamo Casanova -si no me creen para muestra ahí tienen al agente secreto de Ian Fleming, citado en el párrafo anterior–, mis celos son una absurda imitación del Otelo de Shakespeare o del Barba Azul de Charles Perrault, en fin, un amasijo de ideas ajenas que en lugar de vivir mi vida, vivo las de otros.

Entonces, no nos sorprenda que nuestros estudiantes se cuelguen el cartelito de innovadores -creo que somos nosotros quienes así los consideramos, debido a nuestra ignorancia-, si en realidad fue gracias a ese tutorial de YouTube con que realizaron lo que les solicitamos hacer a través del emprendedor instrumento de evaluación que de “RubiStar!” copiamos, es decir, no hay nada nuevo bajo el sol, al igual que este texto que tal vez lo pueda reclamar un tal Víctor Manuel como ideas tomadas de una de sus canciones.

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