jueves, 6 de junio de 2019

El fruto prohibido.

Es el fruto prohibido del pecado original, algunos le adjudican propiedades que mejoran el organismo, pues contiene potasio, fósforo, fibra, calcio, sodio, magnesio, hidratos de carbono, hierro y vitaminas A, B, C y E, su nombre también se utiliza para denominar al espacio urbano destinado a la edificación, generalmente cuadrangular, que está delimitado por calles. El suizo Guillermo Tell la sacrificó por salvar la vida de su hijo, de no ser por ella que golpeó el cráneo de sir Isaac Newton, la fuerza de gravedad no tuviera explicación sencilla a los imberbes bachilleres en las tediosas clases de física.

Hércules las birló del jardín de las Hespérides con tal de completar sus doce trabajos, fue el nombre de la empresa discográfica que se convirtió en la pesadilla de The Beatles, y que ahora los mileniall la identifican como el sello corporativo de una marca tecnológica, se ha utilizado su nombre para llamar así a la protuberancia o abultamiento ubicada en la parte delantera del cuello y formada por la articulación de las dos láminas del cartílago tiroides que rodea la laringe.

La malvada madrastra la dio a morder a Blancanieves para causar la sintomatología de la muerte dormida, haciéndonos aficionados a despertar a nuestras parejas de su letargo mediático de WhatsApp con un ósculo de amor -¡Muac!-, mientras que el humano promedio hasta los seis meses de nacido la puede consumir en papilla. El origen de su palabra en latín, tal vez sea la causante de su difusión negativa y que se le adjudique al árbol de la sabiduría que la inocente Eva de su fruto ofreció a Adán, es decir, el malum, que se traduce como “malo” y que alguien en un descuido confundió en la traducción del Génesis con Mãlum, palabra latina tomada del griego que significa manzana.

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