jueves, 13 de junio de 2019

¡Eureka, puras fotostáticas!*

El concepto de originalidad está muy pervertido por el mito novelesco del artista que crea de la nada, el genio que de repente se le ocurre algo, ¡Eureka! Y entonces se vuelve una originalidad, la neta eso no existe en la era moderna, funcionó en su tiempo, allá por los siglos 18 y 19 -¡sí, en arábigo, porque soy bien pinche original!–; pero, vamos a analizarlo, ha pasado el tiempo y las nuevas generaciones que reenvían y vuelven a reenviar memes, stickers, GIF, sin importarles la leyenda de “Reenviado”, les vale un comino si alguien los va a reconocer como ingeniosos, o sea, basta ya de tanta mamarrachada y de considerar al artista como la persona que se le ocurren las cosas como generación espontánea y de repente es el primero en hacer algo, o sea, de su cerebro surge algo bien chido.

En la década de los ochentas, cuando el acné retocaba mi nariz de chile relleno tipo bruja de Blanca Nieves -¡sí, escrito por separado, porque soy rete pinche original!-, me di cuenta de que todo era copia de copia, pues tantas canciones pop italianas que nos hicieron creer Yuri, Daniela Romo y Verónica Castro que eran de su cosecha y pos no wey, mientras un cubanito llamado Franco y nuestro Emmanuel versionaban “Toda la vida” (Tutta la vita) de Lucio Dalla, por su parte, Laureano Brizuela, Menudo y Miguel Mateos invadían las frecuencias de A.M., con la misma rolita: “Cuando seas grande”, ¡oye wey, qué padre canción! En los setenta era la onda que todos al hablar utilizaran el “chido”, en los ochenta escuchar que todo era “padre” hacia original un lenguaje y en los noventa las comas fueron sustituida por el “wey” y en el dos mil, un “o sea” daba ese retoque de autenticidad al habla.

En conclusión, la creatividad es hacer lo mismo siempre pero que parezca que se hizo por vez primera, es decir, fingir las veces que sea hasta que te salga de verdad, entonces, imitar y copiar es la única forma de empezar a hacer cosas auténticas, genuinas wey. ¡Si no me creen! Basta darse una vuelta a la cafetería de la escuela y encontrarse con infinidad de Daddy Yankee, Maluma, Miley Cyrus y Becky G, pues como ustedes saben se copia lo que gusta, así es como aprendemos de niños los hábitos, las costumbres, ya lo decía Picasso: “Los buenos artistas copian, los genios roban”.

*Basado en las chidísimas ideas de Juan Ignacio Delgado Alemany y algunos números de la revista Algarabía, o sea, wey, es una copia de copia, pero bien padriuris.

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