jueves, 21 de marzo de 2019

El Nepente

Existen algunas situaciones que se nos escabullen como agua entre los dedos y no sabemos qué hacer, nos invade la desesperación -ahora sí que valimos Wilson- hasta turbar la poca inteligencia que hasta el momento ejercíamos. Víctimas de la angustia, muchos optan por recurrir a quienes pretenden brindarles soluciones mágicas a los problemas con aplicaciones para el celular, hechizos, amuletos, pociones y hasta brebajes.

La verdad sería chidísimo conseguir alguna pócima que, por ejemplo, nos permita tener siempre la felicidad o que existiera el Nepente, que era un remedio que, según los antiguos griegos, curaba los males del espíritu, como la tristeza, la melancolía, la angustia y que además producía olvido, algo así como la borrachera, las drogas de diseño, el WhatsApp y el coito. ¡No se me emocionen! El Nepente con esas propiedades ni existe, –aquí pones el emoji triste. En cambio, el abatimiento, la infelicidad, la angustia, la melancolía, sí existen y de adeveras las muy ojetes, peor aún, en la actualidad lamentablemente parecen cobrar más fuerza.

A pesar de que las personas ponen un titipuchal de fe, hacen su luchita -gastándose una feria- para cumplir a rajatabla las indicaciones del gurú o chaman, es casi seguro, que no obtendrán ningún resultado favorable para ellos, pero eso sí, la cartera del hechicero repleta de billetes quedará.

Otro gallo cantaría si esa misma fe y enjundia pusieran en conseguir la solución a través de un método real, tangible, con los pies en el suelo, seguramente obtendrían los resultados esperados, pero de verdad. Si bien los brebajes, filtros y pociones mágicas no existen, hay otras cosas que no lo son, pero parecen: el amor, la familia y la amistad sincera. Sin ser gurú uno sabe que ellos son la receta de pastillas de la neta, ¡cuidémoslos!

No hay comentarios: