jueves, 11 de octubre de 2018

Tótem

Para los antiguos griegos esta parte de nuestra anatomía poseía vida propia, es más, hasta llegaron a creer que pensaba de forma independiente, pues cuando se le requería que ejerciera su función reproductora a veces no respondía ni un 10%, más cuando el total del cuerpo dormía, este órgano se encontraba alerta e incluso obligaba sin el consentimiento del individuo a despertarse para evacuar. Hubo quienes pensaron que consumiendo ciertos alimentos adjudicados de forma quimérica a la diosa del amor podían lograr su total dominio, pero lamentablemente ni la miel, las ostras, higos y aguacate pudieron controlar su poder.

¿A qué me refiero? ¡Vamos, si es de todos conocido! Incluso se le puede ver cual pintura rupestre que deja vestigios sobre el asiento de los camiones urbanos, pupitres de escuela, en puertas, paredes, cancelería de baños de la central camionera y supermercados, hasta en esas horribles canciones como: “El mango relajado”, donde se le rinde culto musical. Es tan conocido por todos que de acuerdo con Citlali Murillo, diseñadora e impulsora de Clitoralia, cuando en sus cursos solicita a los asistentes dibujen el órgano reproductor masculino, no se les dificulta su boceto, pero cuando corresponde al femenino, aquí la situación cambia, pues a las mujeres quienes pensamos no les costaría trabajo dibujarlo, trazan un útero con sus ovarios o bosquejan una vulva, ¿y el clítoris? ¡Ese sí que me lo tienen bien olvidado!

Si nos remitimos al nombre del conducto fibromuscular elástico, que forma parte de los órganos genitales internos de la mujer –así lo puede hallar en Wikipedia–, encontraríamos que su etimología proviene de vaina, que hace alusión a la funda donde se guarda la espada, ¡así o más machista! Entonces, de ahí que erróneamente asociemos siempre la sexualidad femenina con lo fálico, es decir, falta un buen en materia de educación sexual para que las damas se empoderen de sus partes íntimas como cultura y no como tabú, además, ¿quién les ha dicho que es feo? El del hombre no es un diseño de Dolce & Gabbana que digamos.

Es una tristeza que nuestra educación sexual apenas ande en pañales, y lo más lamentable que esté atiborrada de prejuicios que impulsa esa terrible violencia machista con tintes carnales que promueve la pornografía y las llamadas revistas del corazón, pero más aún, que inculquen tanto a mujeres como a hombres una imagen femenina de los pechos hacia arriba, y ello sea punto de referencia de su estética.

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