viernes, 28 de septiembre de 2018

Sodoma y Gomaespuma

La semana pasada nos enteramos a través de uno de sus guionistas de aquello que muchos ya sospechaban, pero la verdad en estos tiempos ya no debiera de causar admiración y sorpresa, pero el barullo mediático con que se recibió la noticia y que luego la misma compañía productora nos saliera con que era mentira eso de que Beto y Enrique de Plaza Sésamo eran pareja, puso el asunto color de hormiga, pero lo más ridículo es que muchos hicieron de este asunto algo así como Sodoma y Gomaespuma.

La noticia se hizo escándalo a tal grado que ahora bien pudieran clasificarse a todos esos escrupulosos de marionetafóbicos, y no es precisamente esa sensación de pánico que provocan Chucky y Annabell, sino, los prejuicios que esto genera, imagínense las habladurías que se van a desatar sobre don Carlos y sus marionetas Neto y Titino que los castigaba metiéndolos a la maleta, que el mago Frank y su conejo Blas se separaron y este último se dedica a la vida fácil o que la pájara Peggy tiene a alguien adentro, ¡no manches! Pura morbosidad.

Ese morbo que discrimina de forma deliberada o inconsciente, que segrega, pues a pesar de que existen leyes que tratan de evitarlo, noticias como la supuesta salida del armario de Beto y Enrique, nos pone de manifiesto nuestra realidad, que continuamos siendo una sociedad donde el machismo y la misoginia son no únicamente comunes sino vistas como conductas deseables, y que si eres discreto evitando no aparentar lo que eres, serás aceptado por los demás.

Lo bueno es que ya dejaron en paz la relación sentimental entre Miss Piggy y la rana René, espero que ni se les ocurra acusar a Gonzo de zoofilia por sostener una relación con su gallina Camila. ¡Qué bueno que al universo de los cómics me los han dejado en paz! Batman y Robin, pueden estarse tranquilos de que este mundo y sus prejuicios no los atacaran.

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