jueves, 11 de mayo de 2017

Solidaridad

Ahí iba la mujer, moviéndose a toda prisa entre los pasillos del supermercado, la clientela del lugar mueve los carritos a su paso mientras la observan como quien ve una mala conducta, ella se acerca al guardia del acceso y entre gritos de desesperación conjugados de ansiedad le comenta que estando en el departamento de frutas y verduras, al seleccionar unas naranjas la hembra que estaba a su lado movió las de abajo causando que se desplomaran, lo que hizo que ella se agachara para ayudarle a juntarlas, mientras así lo hacía su bolso desapareció al igual que la fémina.

Entre sollozos de desesperación, angustiada le dice que en el bolso llevaba tarjetas de crédito, celular, las llaves del carro y las de su casa, al mismo tiempo que realiza la descripción de los objetos, hace pausas para dirigirse a los curiosos y pedirles sus teléfonos para llamar a su esposo, inmediatamente quienes se habían detenido, se alejan sin decir nada como quien ignora a las personas que no gozan de sus facultades mentales.

El vigilante, se rasca la frente en señal de: ¿pos que quiere que yo haga si ni siquiera soy policía? Baja los brazos al mismo tiempo que suspira, balbuceando: ¡estese tranquila señito! Obvio que era imposible desempañar el cristal de la calma ante lo acontecido. Por su parte los empleados de la tienda de autoservicio continúan su labor como si nada hubiera pasado, es más, hasta esquivan la mirada de la pobre señora con tal de no engancharse.

Cuando por fin logró contactar a su esposo, cancelo sus tarjetas de crédito, cambio la clave de la alarma del coche y las cerraduras de su hogar además de llamar a la compañía de teléfonos para dar de baja el número; ya en la tranquilidad del domicilio se sentó frente a la computadora con el propósito de compartir lo sucedido en su muro de Facebook, inmediatamente se inundó de comentarios solidarios, tan “sinceros” como los de tus amigos y seguidores de las redes sociales que te alientan a que te mejores cuando dices estar enfermo pero que nunca fueron a visitarte al hospital, ni acudieron a la funeraria cuando murió ese ser amado y publicaste la tristeza que sentías, ellos que requieren de un mensaje cibernético para recordar tu cumpleaños.

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