jueves, 22 de octubre de 2015

¿Bac tu de Fiuuturr?

Estoy frente al monitor de la computadora, el audio del ordenador reproduce “Mucha muchacha” interpretada por el genial Juan García Esquivel, le echo un ojo al calendario digital y recuerdo que ayer fue 21 de octubre de 2015, fecha en que probablemente muchos se habrán decepcionado de no ver a través de los medios masivos de información la noticia del arribo de un joven desaliñado Marty McFly acompañado del Dr. M. Brown en el DeLorean, viajeros que nos visitan del año 1985 – ¡ah, la década de los ochentas! – a solucionar ciertas problemáticas particulares.

Sí, gracias a la magia del celuloide quienes hemos disfrutado de la trilogía de Back to the future, sabemos que en este año iban existir una serie de artefactos que para nada se comparan con la realidad virtual, las tabletas y los smartphones con los que contamos. Para empezar, los coches aún no vuelan, bueno alguno que otro conductor sí lo ha logrado, pero han sido pocos los que sobrevivieron al aterrizaje. ¿Imaginan la existencia de estos automóviles? Adiós a los congestionamientos viales y las justificaciones por llegar tarde, más si existieran las líneas aéreas pasarían a ser algo así como una especie de camiones urbanos que circularían las rutas de vuelo, por lo tanto, el piloto comercial tendría que abandonar su impecable uniforme y rostro afeitado, para cambiárselos por una playera de fútbol manchada de salsa y barbita de cuatro días.

La ropa autoajustable no se ha inventado para despreocupación de nosotros los gorditos que sudamos con tan sólo saber que vamos a ir a comprar garritas, de haberlas nos evitaríamos argumentos como: “la talla está reducida”, “me quedó sólo ajustado en las piernas y no me subió”, “como que el cierre se atora”, entre otros. Igual, aún no ha visto la luz esa suculenta pizza deshidratada del tamaño de una mano que al introducirse en el microondas se transforma en familiar, ¡se están viendo lentos Domino's y Mabe!

Tampoco se han instalado en las cafeterías ni en los restaurantes, pantallas donde atiendan a la clientela empleados virtuales en imágenes ciberpunk de celebridades al estilo Max Headroom o ya de perdis como el chafísimo Boris que la televisión nacional transmitía en los años ochenta, sería chidísimo llegar al negocio de comida rápida y que te atiendan Michael Jackson o Freddie Mercury, pero la triste realidad es que en pleno siglo XXI, la comida rápida sigue siendo lenta.

Tampoco he visto en ningún hogar máquinas de fax instaladas en todos los cuartos donde el jefe haga llegar las disposiciones laborales – creo que no fue necesario, si para ello cuenta con el WhatsApp–, y de la precisión del servicio meteorológico mejor ni hablar, pues aún en el 2015 continúan tanteándole, algo así como a ojo de buen cubero.

Por lo que respecta a las Hoverboards, los patinetos mínimo esperarán otros 20 años más para realizar un Pop Shove It sobre una patineta voladora. Además, aún tenemos abogados que nos cobran un buen de dinero por dejarnos libres. A pesar de los avances tecnológicos, el futuro de la película se aleja cada vez más, pero para hacer efectiva la visión del cineasta Robert Zemeckis, hay que empezar sacándonos las bolsas del frente de los pantalones y crear nosotros mismos los jeans futuristas. Mientras, sigo frente al monitor de una computadora del 2010, escuchando una canción de 1960, observando un calendario del 2014, en una construcción de 1989 y tengo ganas de volver…el estómago.

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