miércoles, 7 de enero de 2015

Que el futuro nos alcance

Cada inicio de año todos tenemos una serie de expectativas positivas, mismas que conforme pasan los días nos daremos cuenta de cuáles son realidad y cuáles fueron sólo sueños guajiros o simples fantasías, pues nos empeñamos en engancharnos a estériles profecías que la mente ingenia. Esas ideas vagas de la imaginación muchas veces alteran nuestra realidad, haciéndonos creer que lo idealizado es lo mejor. Algunas de esas realidades alternas son fomentadas por los visionarios profetas del séptimo arte, o sea, los directores de cine.

Bajo tal suposición he esperado desde 1989 a que se cumpla la profecía del cineasta Robert Zemeckis, quien predijo a través de la segunda parte de la trilogía “Volver al Futuro (Back to the Future)” que durante el 2015 los automóviles volarían impulsados por la energía extraída de los desperdicios o basura, los skatos dejarían por los suelos sus patinetas rudimentarias para realizar piruetas en el aire con la Hover Board o patineta voladora; en los cines se estará exhibiendo “Jaws 19” en tercera dimensión magistralmente dirigida por Max Spielberg -¿cuándo me perdería las otras quince ediciones de este film?-. Según ese moderno Nostradamus, el calzado y la ropa ya no ocasionarían problemas de tallas, pues serían autoajustables, entre otras cosas que hoy son una realidad. Razón por la cual espero ver si aún cuento con vida para ver, tal vez en algún noticiero televisivo, la llegada del DeLorean DMC-12 con el excéntrico científico Dpctor Emmett L. Brown acompañado de Marty McFly y su novia Jennifer Parker, el miércoles 21 de octubre a Hill Valley, California.

Otro profeta del celuloide asegura que para el 2019, un tal Rick Deckard -que por cierto tendrá un enorme parecido con el actor Harrison Ford en sus años mozo, debido tal vez a la magia del bisturí-, dedicará su tiempo a cazar en la selva de concreto y tecnología de Los Ángeles a todas las réplicas rebeldes para destruirlas. De nuestro país, un hombre augura que para el 2027 la humanidad estará al borde de la extinción, pues se habrá perdido la capacidad de procrear, ya que las hembras de la tierra se volverán estériles y para colmo, en ese mismo año morirá el ser humano más joven del mundo a los 18 de vida, quedando la Tierra habitada por gente longeva. ¡Híjole! Esto me recuerda a los empleados de cierta institución.

Según el visionario James Cameron, en el 2029 las máquinas controlarán a la humanidad. Bueno, creo que sin ser tan clarividente uno puede constatarlo que desde ahora ya nos controlan. Si usted tiene celular, me dará la razón. Esperemos que John Connor, quien ya nació en la década de los ochentas, nos venga a salvar de esas infernales creaciones del mismo hombre.

Es una pena que algunos de los que leemos esto, para el año 2084 ya no estemos vivos, pues nos perderemos de los viajes a Marte, de contar con los laboratorios Recall para gozar de nuestras muy merecidas vacaciones virtuales donde podemos materializar esos sueños que tanto nos inquietan. Ni hablar de lo que sucederá varios siglos más adelante, cuando por descuido propio contaminaremos nuestro planeta al grado de irnos a vivir a una nave espacial y dejarle la responsabilidad de limpiarlo a un pequeño robot y su inseparable cucaracha.

Es cuestión de tiempo y por lo tanto voy a preparar mi silla para esperar al futuro sentado, pues necesito estar cómodo, tal vez pueda llegar a cansarme durante la espera. Pero para no estar de ocioso mientras esos momentos llegan, haré algo hoy ya que los únicos días que no se puede realizar nada son el ayer y el mañana.

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