miércoles, 10 de abril de 2013

Depresión postvacacional

Si ya han pasado más de cuatro días que entró en vigor el Horario de Verano y aún no logras recuperar tus horas de sueño, entonces como péndulo cabeceas y no anotas ningún gol; si durante los tres primeros días que llevas laborando y hasta la fecha continúas experimentando sudoraciones, tu sistema nervioso se crispa, cada noche antes de acostarte sientes angustia del pensar que tendrás que madrugar, igual te incomoda el interactuar cada día con tus colegas de trabajo o ya de plano tienes un pinche humor de dragón amodorrado, además has llegado a pensar que tu rendimiento laboral está del carajo, lo más seguro es que no has superado el síndrome de la depresión postvacacional.

Efectivamente estimado lector, si presenta cualquiera de los síntomas antes mencionados, lo más probable es que padezca este trastorno que se produce a raíz de la presión de tener que regresar a su respectivo empleo, pues es común que después de un merecido receso, uno tiene que incorporarse a la vida productiva, digo no somos esos adinerados que se la viven en sus yates privados o en las suites de hoteles lujosos arranados rascándose la barriga y degustando los mejores manjares.

Olvídate de esa ilusión, ya pasó nuestra pequeña dosis de asueto, por eso no hay que regresar al trabajo con cara de que desayunaste jugo de limón o de enfermo terminal, nuestros compañeros no tienen culpa alguna de que seas el único imbécil que con este cambio climático se le ocurrió broncearse con tal de presumir que estuvo en la playa un día antes de concluir el periodo vacacional y lo más patético, te veas en medio de todos como un camarón lejos de su coctel.

Los usuarios a los que debemos de atender no tienen porqué pagar los platos rotos del mal humor que te ocasionó el cansancio de viajar por casi una semana en ese tour donde visitaron cuatro estados de la república y las noches las semidormiste sentado en los incómodos asientos del ruidoso autobús, que para colmo el chofer no cesaba de exhibir los más recientes estrenos cinematográficos en región pirata durante las jornadas nocturnas.

La fórmula más fácil para aliviar los síntomas de este síndrome, es mandar todo a la tiznada, pero tal válvula de escape no es recomendable para nosotros los clasemedieros, que como el buen Adán debemos ganarnos el pan con el sudor de la frente –imagino que ha de ser birote, digo por eso de lo salado.

Lo más recomendable es guardar el cansancio y el ocio para periodos donde podamos ponerlos en práctica y considerar cada jornada laboral como única e irrepetible, intentando obtener de ella nuevos aprendizajes que nos harán sentir ese gusto por lo que hacemos; pues lo rutinario como es sabido, uno mismo lo genera debido a la repetición que se vuelve monotonía en nuestras actividades, por eso debemos de vivir como si este día fuera el último, haciendo lo que mejor sabemos hacer de una manera excelente.

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