miércoles, 25 de enero de 2012

Sobredosis de T.V.

Siempre he dicho que resulta una tarugada quejarnos del servicio prestado por las compañías de televisión privada, pues si no estamos satisfechos con ellos, simplemente se cancela el contrato, pero como somos unos tercos o tal vez masoquistas, preferimos continuar soportando sus pinches abusos.

En nuestra región tres compañías brindan el servicio de televisión de paga, cada una promociona sus respectivos paquetes, no puedo afirmar que existe competencia entre ellas, pues una ofrece precios tan elevados y limita sólo el servicio a un televisor, lo cual de acuerdo al INEGI en nuestro Estado durante el 2010, existían 169,453 televisores en promedio por cada casa habitada, entonces imagine las ganancias que podrían obtener si todos los contratasen; otra de las empresas ofrece antenitas coloradas que reduce la programación a unos cuantos canales, evitando que el usuario elija los de su preferencia, en pocas palabras se tiene que aguantar con la programación contratada; la tercera agrupación, pone a disposición del cliente diversos paquetes, donde este elige el que mejor se ajuste a su presupuesto, lo cual te hace sentir como dueño de la situación, claro que limitado a noventa canales, pues si quieres más, tendrás que pagar más.

Esta última es la que utilizo, antes de la era digital todo iba bien, el problema se manifestó con la llegada de unas cajitas que supuestamente transforman la recepción análoga en digital, creo que con este cambio la señal se arruinó, pues una vez instalada la tiznada cajita, descubres que al encender el televisor la primer señal que recibes es un insoportable aviso en letras blancas con fondo negro que dice: “Aguarde un momento. Su servicio ha sido interrumpido temporalmente. Se debe restaurar a la brevedad”. Muchas veces la brevedad anunciada dura de cinco hasta diez minutos.

En dado caso de que la señal tardase más tiempo en llegar, lo recomendable es llamar a “servicio al cliente”, donde uno se topa con la grabacioncita que como si fueras un pendejo te repite los servicios que te ofrece cada extensión, una vez hecha la selección, otra grabación te indica que curiosamente todos los operadores se encuentran ocupados, imagino que algunos en la guaraguara o deleitando el paladar con una torta, el telefonista que harto de escuchar la llamada se compadece de ti, con acento positivo, te pide los datos de cliente, para posteriormente chingarte el tímpano repitiendo hasta el cansancio las palabritas “es correcto señor Aviña”, “efectivamente señor Aviña”, a cada una de las preguntas o afirmaciones que se hagan.

Como un experto en su ramo, la persona que te atendió centra la atención del cliente en el control remoto de la caja convertidora, para que en menos de unos minutos, este con sus propias manos intente reparar la falla presionando los botones del control remoto que amablemente te indica el operador, en caso de no haber resultado positivo, hace el reporte y advierte que el técnico pasará al domicilio en un plazo no mayor a 72 horas, pero si se lograr tener éxito, te pregunta si tienes alguna otra cosa más por ser atendida, dándote así a comprender que sus “atenciones” ya no son necesarias.

Aparte de hacer de nosotros lo usuarios unos especialistas en arreglar desperfectos en la señal, la caja digitalizadora, cada vez que cambiamos de canal, de forma ilustrativa nos recuerda que la luz viaja más rápido que el sonido, pues mientras el canal es sintonizado lo primero que se observa es una imagen congelada tipo fotografía, seguida de su onda sonora, para posteriormente sincronizar imagen y sonido.

Ahora con el auge de las pantallas de plasma, cada empresa ofrece otro sistema que le permite obtener mayores ganancias, la señal de alta definición, dando con ello otra jerarquía social a los usuarios, los que tienen capacidad de adquirirla y los jodidos que tenemos que conformarnos con la supuesta señal digital.

Lo más absurdo de contar con un sistema privado de televisión con más de noventa canales es no tener nada bueno que ver en ellos o en el peor de los casos, sólo sintonizar la señal de los canales abiertos; por lo tanto, creo que lo mejor de tener un excelente televisor en casa es el disfrute de este sin encenderlo.

No hay comentarios: