miércoles, 10 de febrero de 2010

Pobre del Lector

Leíste los libros que hay que leer
todos de memoria y sin entender
dos o tres temas de conversación
ay que paquete es tu educación
”. Alejandro Lerner

En mi andar por las ardientes calles de la velocísima ciudad, cierto día coincidí con un reconocido escritor, el cuál exhausto por el sofocante clima me comentó que es una pena ir a las bibliotecas públicas, pues la verdad dejan mucho que desear, los responsables de atenderte o están muy ocupados “charlando” por el Messenger, se encuentran disfrutando de algunos deliciosos alimentos chatarras, enviando mensajes de texto a través de su celular o simplemente disfrutando de los brazos de Morfeo con sus ojos abiertos.

Les pides algún libro y después de un largo bostezo te dicen, “Qué no lo encontró en la computadora, si ahí no está, pues entonces no lo tenemos”; o sea, ¡qué impertinente tu pregunta! No ves lo ocupado que se encuentra, es como si la biblioteca se transformara en un negocio de autoservicio, y luego se quejan los de mantenimiento de robo, mutilaciones y hasta intercambio de algunos textos básicos por copias fotostáticas.

Con esta clase de servicios no debiéramos de quejarnos de que en nuestro Estado únicamente lee el seis por ciento de los estudiantes que asisten a la universidad; según la UNESCO, en el país al año se leen 1.2 libros por individuo, cuando este organismo recomienda la lectura de cuatro textos por habitante para lograr alcanzar un óptimo desarrollo social.

Pero, ¿cómo vamos a leer si el precio de los libros muchas veces es inalcanzable? Resulta más barato adquirir el TVNovelas, el “Libro Semanal” o el “Sensacional de Barrios”, eso sí que permitirá un excelente desarrollo en la sociedad, pero de pervertidos y lujuriosos; en lo que va de este 2010, según la librería que tiene el nombre del líder de la independencia de la India e ideólogo de la no-violencia, reporta que entre los libros más leídos en nuestro país se ubican en primer lugar “Arrebatos carnales”, de Francisco Martín Moreno, en segundo “La culpa de México, la invención de un país entre dos guerras” de Pedro Ángel Palou, en el tercer puesto “Caín”, de José Saramago, en el cuarto “El cártel de Sinaloa. Una historia del uso político del narco”, de Diego Enrique Osorno y en quinto “El símbolo perdido”, de Dan Brown.

Este último texto junto con la novela “Caín” de Saramago, de acuerdo al sitio de entretenimiento en Internet “noticias24.com”, ocupan el primer y segundo lugar respectivamente de los más leídos en América y Europa. De igual forma no hay que descartar la posibilidad de que exista una notable diferencia entre los que se compran para regalar, y que posiblemente sólo sirvan de ornato en las bibliotecas privadas de algún servidor público o los que efectivamente se adquieren para ser leídos.

Un dato curioso, que bien podría interpretarse como un indicador de éxito de todas esas campañas de fomento a la lectura que constantemente se realizan, es el caso del ladrón de libros de un conocido expendio de revistas en el centro histórico, el cual después de haber cometido varios atracos en ese sitio, fue sorprendido in fraganti por los dueños del negocio y puesto a disposición de la policía municipal; a pesar de haber sido encarcelado por este delito, en el local de voceadores donde ocurrió el atraco, fueron colocados estratégicamente recortes de la sección de policiacas de diversos periódicos que cubrían la nota del acontecimiento, como una forma de advertencia para todos aquellos que tuvieran la idea de hacer algo semejante.

Es increíble como a algunos el deseo por enriquecer su intelecto los obligue a delinquir, mientras que otros a pesar de tener todo a su alcance, les da flojera leer; es más, muchos necesitan de un empujoncito para hacerlo, como lo es que un conocido les recomiende textos o que personalidades del medio artístico y político les sugieran ciertas lecturas, esto me recuerda un suceso que aconteció hace unos meses, resulta que en una entrevista de radio, cierto ex funcionario público, citó el contenido de un libro que le ayudó a controlar los impulsos para lograr triunfar en la vida, a pocas horas de emitido el programa, diversos funcionarios en servicio abarrotaron las librerías con tal de adquirirlo, era como si con tan sólo tenerlo en las manos por ósmosis se empoderarían de tal capacidad.

Con eso de la carestía que en la actualidad impera, lo más recomendable si te agrada el disfrute de la lectura, es visitar sitios en Internet donde puedas descargar los famoso “e-books” o libros en línea de forma gratuita en nuestro idioma, con sólo dos riesgos, el primero de ellos es infectar tu equipo informático y el segundo desgastar los ojos al estar leyendo en una pantalla; existen 63,200 sitios que ofrecen estos servicios, y de ti depende si deseas obtenerlos; por cierto nunca me ha agradado recomendar libros, para evitar incurrir en subjetividades, pues una cosa es como comprendo lo que leo y muy distinto que otros lo perciban de igual forma.

No hay comentarios: