miércoles, 11 de febrero de 2009

¡El 14 de febrero no se olvida!

Este fin de semana es catorce de febrero, desde hace un par de semanas los medios masivos de comunicación se han hecho responsables de estar refrescando la memoria de que tenemos a alguien amado por ahí, en lo más recóndito del corazón; el propósito de todo esto es que atiborremos las tiendas y restaurantes que de seguro encontraremos llenos de los cursis adornitos relativos a ese día comercial; entre cupidos, corazoncitos y lo más patético el personaje híper gay abstracto de Disney Winnie Pooh´s en peluche con todo y su jodido letrerito en colores diciendo “Te Amo”.

En esas fechas todos perecen haber consumido toloache, pero industrializado por los comerciantes, a tal grado de que si nos ofrecen excremento envuelto en celofán rojo con su respectivo moño o dentro de una caja en forma de corazón, capaz que más de alguno lo compra. La cursilería resalta como acné en la nariz de adolescente, hacemos poemas, escribimos canciones o en el peor del estreñimiento cerebral hurtamos frases de otros autores para decirlas de forma tan sincera como si fueran propias, ¿Dónde quedó el plagiado?

Las estaciones de radio inundan el ambiente con sus baladitas románticas, de forma ridícula los saludos radiofónico dejan de ser para la abuelita o la madre, ahora son bellos intercambios de amor entre parejas, eso sí, tienen que ser heterosexuales, pues a lo mejor cierran alguna emisora si se atreven pasar al aire una felicitación amorosa entre una pareja de homosexuales, eso es racismo puro, ¿Acaso ellos están exentos de la desgraciada influencia lucrativa de este día?

La televisión ni se diga, toda su programación la dedican a temas relacionados con el amor desde el Canal de las Estrellas hasta el History Channel; te conectas a Internet, revisas tu correo electrónico en la bandeja de entrada lees que tienes nueve mensajes nuevos de los cuales siete son tarjetas de felicitación mientras que los dos restantes son spam; al activar el Messenger tus contactos tienen nicks alusivos al amor y lemas de felicitación a sus respectivas parejas, ¿Cómo es posible si ayer algunos de ellos se encontraban más solos que Dios? En fin, hoy todos quieren demostrar que tienen a alguien en su corazón.

Los vendedores ambulantes no desaprovechan la ocasión y desde hace poco menos de 48 horas circundan las escuelas, jardines y plazas públicas ofreciendo todo tipo de chucherías referidas a San Valentín; los niños que limpian cristales de coche en los semáforos cambian el agua de su cubeta y la esponja por rosas, chocolates y pequeños peluches, los actores circenses urbanos dejan sus intrépidos actos de acrobacias para sumarse a la cruzada de venta y los vemos ofreciendo a los chóferes globos de gas helio, ramos de flores y bisuterías a fabulosos precios.

La persona que más te incomoda al encontrártela el día de San Valentín, de seguro te fastidiará con su pinché frase “Feliz día cabrón”, ¡No, pues que bonita felicitación! Chance y te quiera dar el abrazo, ¡Que asco!

Sin duda alguna los hoteles de paso estarán todo ese día a tope gracias a la consumación o reafirmación de los votos románticos. Aprovechando las bondades de este acto las tiendas de ropa intima femenina sacaran a la venta su más atrevida lencería de nylon ampliando el repertorio que las agasajadoras damas lucirán de forma coqueta en la intimidad de un cuarto de hotel, dulce hotel.

Este año no va ser posible contemplar a las jovencitas de secundaria y bachillerato competir por su ratings al tratar de cosechar el mayor número de presentes, igual me perderé el tosco espectáculo de botargas que invaden las escuelas gracias a los bolsillos de los fervientes admiradores de las precoces chamaquitas.

La verdad no es que sea egoísta simplemente prefiero amar a mi pareja todo el tiempo y no nada más un día al año y que todo mundo me vea cargando por las calles el regalo, eso es exhibicionismo, además toda la parafernalia producto de este tipo de manifestaciones publicitarias las catalogo como clasistas, segregarías y sobre todo oportunistas.

Mientras tengamos la estúpida idea de que a quien quieres alguna vez te hará llorar y para evitar eso mejor demostramos el afecto el día indicado por el calendario de la comercialización, creo que no habremos superado nuestros prejuicios. Acaso será entonces que en este día es el único en que podemos deshacernos de nuestros complejos y desinhibirnos para demostrar el cariño o amor que les profesamos a los demás sin el miedo de parecer débil o lunático.

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