miércoles, 3 de septiembre de 2008

La nueva Santa Inquisición

Diariamente nos enteramos de situaciones que no nos agradan e incluso llegamos a considerarlas injustas, somos mudos testigos de maltratos a personas, robos, inseguridad pública, extorsión, violación a los derechos humanos entre otros muchos males; como ustedes saben los medios de comunicación se encargan de ventilar todo, hasta que logran generar confusiones que dan como resultado juicios púdicos que bien podrían calificarse como una invocación al inconsciente moral de la colectividad. Al respecto la gente comienza a hacer una serie de reflexiones morales a priori sobre los diversos temas que se dejan a su sensatez, es precisamente al ejecutar tal actividad cuando la opinión pública se enturbia o ensucia debido al montón de prejuicios que le imprimen.

¿A qué va todo esto? Desde hace un considerable tiempo es común entre los usuarios del E-mail enviar una serie de mensajes conexos de manera que cada uno de sus contactos recibe la misma información y una vez leída se exige transmitirla a otro cúmulo de contactos; a través de estas cadenas además de incluir spam (información no deseada), se conjugan ideas moralistas de la peor calaña disfrazadas de denuncias, advertencias y oraciones celestiales.

Si además le agregamos el abuso malicioso que de tales mensajes electrónicos conciben ciertos individuos al hacer público algunas actividades que desde su perspectiva ética es impune, con la garantía que si lo hacen aprovechando las virtudes de la tecnología existe la plena seguridad de que están haciendo lo correcto, y para no entrar en controversia consigo mismos se valen de este medio que no les supone quedar mal ante la comunidad, al contrario los hace lucir pulcros y honestos a los ojos de sus contactos.

En últimas fechas he recibido correos electrónicos bastantes desafortunados de personas que creía conscientes en su proceder y de ecuánime pensar, pero resulta que no, a diario llenan mi bandeja con mensajes de este tipo, y lo más sorprendente es que ahora la tendencia es hacerlos sobre asuntos de índole regional, o sea, exponen a la luz de la sociedad los sucesos de mayor trascendencia en el Estado o País, haciéndonos cómplices de un cruel juego en donde causar daño al prójimo es lo menos importante siempre y cuando se logre cosechar una reputación en apariencia responsable y comprometida con su entorno.

Los casos presentados ya sean en texto o mediante una presentación en powerpoint versan sobre asuntos como el del tipo que con su videocámara grababa la estancia en el baño de sus compañeras de escuela en la quietud del local comercial de su padre, y que posteriormente subía a la red, por cierto a pesar de dar varios tags en YouTube no he podido visualizar ninguna de las producciones de este osado sujeto; es común también advertir sobre los riesgos de sufrir un accidente automovilístico incluyendo en el correo fotografías al más puro estilo cine Gore, en donde se despierta el morbo del usuario gracias al arte de observar cuerpos mutilados, brazos, piernas y cabezas cercenados, carros convertidos en chatarra bañados en sangre y vísceras, después de ver esto considero menos inofensivo la lectura de la revista Alarma! que el contenido de tales correos.

!Qué me dicen del mail en donde se acusa a un individuo de estafar a seis personas de diversas dependencias universitarias¡ Aquí lo ridículo no es el fraude y menos aún el charlatán, sino el modus operandi del supuesto delincuente, pues al solicitar dinero para su simulado apoyo económico, las víctimas le hicieron firmar cheques gracias a los cuales pudo ser identificado, ¿Cómo es posible que las autoridades facultadas para emitir cheques lo hagan así de sencillo como quien regala dulces? Honestamente sólo un ignorante del funcionamiento de procesos administrativos sería tan ingenuo de reenviar el mensaje, además tal información resulta más inofensiva que la contenida en las revistas TV y Novelas o TvNotas.

La tecnología nos puede ahorrar tiempo al igual que nos puede meter en problemas, pues el usuario no se detiene ni siquiera para pensar a quienes va a perjudicar con mandar ese tipo de mensajes. Por eso lo recomendable es el más absoluto respeto por el derecho a comunicar, y por el legítimo ejercicio que de él pueden y deben hacer las personas, sin embargo la parte que incómoda de todo esto es la autoridad que nos otorga el poder reenviar ese tipo de correos en donde en lugar de prevenir pone en evidencia el sin fin de prejuicios que poseemos, fomentando el morbo. ¿Qué sucedería si en esa situación que se exhibe a través del citado medio atañera a un familiar o a nosotros mismos? Ahora sí nos indignaríamos, pues se estarían hiriendo nuestros sentimientos, incluso pensaríamos en demandar a todas esa bola de energúmenos que le ha dado por circular el mensaje.

El correo electrónico lo reconozco como un medio de comunicación que agiliza el traslado de información entre personas, también reconozco que en cierto momentos sus usuarios abusan del poder al contar con un espacio en donde difundir datos de todo tipo; pero entretenerse con el dolor ajeno a cuestas de parecer un sujeto íntegro desde la perspectiva ética, de manera decente tal comportamiento es una desfachatez, es como ocultarse en la moral para manipular; me atrevo a asegurar que esta gente son de esas que se asustan o impresionan con tan sólo observar a lesbianas y travestis en Internet, son de las que hablan mucho de Dios y de religiosidad, más en sus actos prevalece un odio impío que por supuesto es el reflejo de sus acciones.

Así que por favor ya no me sigan enviando cadenitas, pues al fin de cuentas ni las leo ni me interesa, además las falsedades son más peligrosas cuando se empiezan a aproximar a la autenticidad de la masa y resulta más imbécil quien las interpreta como verdades absolutas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante su documento de La nueva Santa Inquisición, me parece muy bueno; aunque le de igual mi opinión jejeje.

Saludos, cuidate mucho.

Iván