jueves, 1 de diciembre de 2022

Poniendo ladrillos al muro de la educación.



Desde que egresé de cierta facultad -cuyo nombre omitiré para no hacerles responsables de lo que escribo-, en un plan de estudios que se cursaba en 9 semestres, a pesar de cargar con el prejuicio de otras escuelas que forman para insertar en la educación, las cuales decían que mi profesión no era para ejercer la docencia, menos aún para brindar apoyo ante los trastornos de aprendizaje, la educación siempre ha sido un tema que me interesa, y he visto pasar las mal llamadas “reformas educativas”, en donde, quienes tienen las ideas se van, pero el impacto que heredaron al sistema educativo se queda, a veces como un lastre otras… también, es más, ahora que nuestra política actúa como las redes sociales, enjuiciando a quienes no vayan de acuerdo con sus intereses, deberían de realizar un juicio a quienes se les han ocurrido esos sueños guajiros en educación que conforme pasan envilecen el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Los estudiantes son seres humanos, como tú y como yo, no hagamos de la educación como atinadamente Pink Floyd señala en esa canción llamada Another brick in the wall (part 2), un espacio donde se fomenta el rencor, la tristeza y el sarcasmo. Un alumno no tiene que dejar de ser como es, por el simple hecho de estar en la escuela, debe de aprender a lidiar con sus errores, aciertos y/o inquietudes, pues forman parte de su naturaleza humana. Si cometió una fechoría, se le reprende, pero no como si estuviera enfermo, ya que lo hizo por libre albedrío, si no se le hace la observación, entonces no va a aprender, igual debe de suceder con ese que participa mucho en clase, hay que seguir escuchándolo, no ignorarlo para tratar de igualar las participaciones de la clase. Creo que es precisamente ese, uno de los desaciertos de las reformas educativas, intentar igualar las capacidades intelectuales de quienes asisten a las aulas sin tomar en cuenta las diferencias que como humanos todos tenemos.  

Los niveles en que se divide nuestro sistema educativo no están preparados para atender a personas con coeficientes intelectuales altos ni bajos, es decir, los programas de estudio se hicieron para planteárselos a quienes son normales, olvidándose por completo de que no todos son iguales, hay quienes denotan sapiencia y hay quienes no, existen también aquellos que les encanta hacer los ejercicios, las tareas y los trabajos académicos al igual a quienes ni les interesan, pero como docentes queremos tratarlos iguales, simplemente porque los programas circunscriben a los contenidos, pero no a cómo lograr que se vuelvan aprendizajes para cualquiera, sin rebajar al brillante a la altura del mediocre o viceversa.

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