jueves, 2 de junio de 2022

¡No es pobreza, es no ser desperdiciado!



Si eres de los que la inflación ha mermado tu trajinar doméstico, llegas a mitad de la quincena y tu cartera ha perdido peso sin dieta, además, te descoloca que en las tres tortillerías de tu colonia el precio de ese producto sea taaaan variado -con o sin servilleta-, NTP, aquí traigo algunos consejos prácticos para que construyas tu trinchera ante la carestía. Cabe aclarar que tal información ha sido acumulada por quien firma lo que escribe a lo largo del medio siglo que he estado pisando con mis pies planos este globo terráqueo, que no es plano, ¡entiéndanlo terraplanistas!

Empecemos con la aritmética de la comida, por ejemplo, comprar cuatro taquitos de cualquier especie, preferentemente de los que se hacen con doble tortilla -cerciórese de que así sea, pues de lo contrario ni le saldrá la operación-, quite la tortilla de abajo y eche cierta porción del contenido de la de arriba sobre la primera y verá como de tener un taco ya cuenta con dos, entonces tendrá ocho, para no perder sazón, agregar abundante salsa, limón y sal al gusto. La división de las tortas engaña al cerebro, pues uno llega a creer que te vas a empinar dos en lugar de una, tal operación aplica igual para los baguettes.

También, el equivalente a una torta es hacer un sándwich con las tapaderas del pan Bimbo, ¡para que quieres telera! Con las tortillas sobrantes, si se recortan se hacen unos riquísimos chilaquiles.

Olvídate de rascarlos con el dedo, si le echas unas cucharadas de agua a los envases de cátsup y al Nescafé créeme que te saldrán las últimas porciones, igual para el champú, ¡ese no te lo vaya a comer! Saca tu médico interior al realizar una incisión quirúrgica a la apalcuachada pasta dental para obtener una cepillada extra; con nostalgia recuerdo que durante la infancia había esa ropa transgeneracional, es decir, que tenía encuentros de edades, donde las prendas de los mayores pasaban a ser de los menores, todo un arte esas artesanales plantillas de cartón para que de los portillos del calzado no te entrará la tierrita, eran la neta.

Al estilo San Antonio, poner de cabeza el desodorante roll-on con tal de que estile hasta lo último; elaborar telas multiusos a partir de esas playeras de algodón viejas y aportilladas que antes utilizabas como pijama y que fueron estrenadas en alguna marcha o desfile. 

Estimado lector, si usted es de los que se lleva los paquetitos de azúcar del OXXO, guarda cautelosamente los aderezos que les sobraron a sus compañeros de los lonches en su oficina, le echa agua al refresco con el pretexto de que no le gusta tan dulce, pero que honestamente es para que rinda o de plano prepara el chocomil con agua, saborea cereal con café, así como aventarse el zurcido en calcetines y trusas pa’ que le aguanten la marcha, de plano no se considere pobre, siéntase orgulloso de no ser desperdiciado.

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