viernes, 18 de septiembre de 2020

Viviendo de prisa e indecisión.

Esta mañana estaba en casa haciendo mis cosas habituales, no voy a entrar en detalles para evitar la censura, cosas que prácticas cuando estas solo, como eso de plantearme que este día trataré de vivir exclusivamente las 24 horas que lo integran, sin intentar querer resolver el problema de mi existencia; únicamente por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, sin criticar a nadie, mucho menos pretender “mejorar o corregir” -sí, entre comillas, pueque sea yo quien siempre ha vivido en el error y los demás no- a nadie sino a mí mismo; intentaré a adaptarme a las circunstancias sin pretender que las circunstancias se adapten a mis posibilidades.

La meta de este día es realizar una buena acción y evitar divulgarla, borrar de mi cerebro ese miedo a disfrutar de los hermosos y buenos momentos, confiar en las personas, además de creer en su bondad, hacer con disfrute esas cosas que no me gustan realizar, y si experimentase frustración, procuraré que nadie se entere.


Quizá no cumpla en el transcurso del día ninguna de las metas, pero las redactaré para que ustedes sepan de mis intenciones, así como de las calamidades que intervinieron para que no se realizasen: la prisa y la indecisión.

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