jueves, 6 de febrero de 2020

Pásame un mapamundi de Colima

Los mexicanos podemos nacer donde queramos” -frase que se la estoy robando a la dama de poncho rojo y carne morena que nos legó la gran Chavela Vargas-, por eso yo escogí Colima como mi cuna de palmas y carrizo, en suelo de tepetate, con la ayuda de la partera y sobre un petate en lugar de llorar con las nalgadas para respirar, decía mi jefecita que sonreí. Los colimenses no viajamos al extranjero, visitamos municipios de acá, donde cada uno de los diez es otro mundo, por eso, los lugares que más me gustan en el planeta Tierra, son los barrios de mi ciudad.

Si hay vida en otros mundos, aquí la tenemos de sobra, solo basta darse una vueltecita al centro histórico, donde descubrirán el hormiguero de personas que transitan por la acera sombreada de la calle Madero, disfrutar de la tuba quita sed y lo “nanguito” como el ínclito Baldo pregonaba en las escuelas; quién no se ha resbalado por La Piedra Lisa, monolito al que Juan José Arreola al mirarlo pregunto: “¿cuántas nalgas la dejaron así?”, sentarse en los changarros de este parque temático por el simple hecho de estar bien y que por un momento te dejen de joder mientras saboreas un raspado de guayaba con leche o tostadas de cuerito enchilados con su salsa endiablada La Fama.

Ahora me ha dado por viajar en bicicleta al bachillerato, para compensar los casi 45 minutos que paso en el camión urbano para ir y venir. He descubierto que esta ciudad no es amigable con los ciclistas, entre las banquetas que parecen uno más de los laberintos de Mario Bros, las obras por todas partes, hacen de uno El Guerrero de la Carretera, con ojos por todos lados para no caer en un bache, apalcuachar un gato, embarrar la llanta con caca o desmadrarse en cualquier cruce, además de las luces de mírame a huevo. Si a ello le agregamos el profundo hedor que en estos tiempos de humedad desprende la ciudad, no queda más que decir que esta vida citadina siempre me deja con la sensación de que al día le faltan horas, que dura muy poquito y que en general no son suficientes 24, de la noche mejor ni hablar.

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