jueves, 1 de marzo de 2018

Jijos del petate y el metate.

Dedicado a Emilio “Indio” Fernández y Vicente Alonso Teodoro alias el indio.

¡Ya ni la amolamos! Nos atrevemos a decir que el actual presidente de los gringos es, además de ojete, un terco racista con nuestros paisanos que se la rifan chambeando allá en los yunaited esteit (sic), quesque los quiere regresar para su chante que pa´que por fin conozcan a sus chilpayates de acá, intenta colocar un muro que lo separe de la chusma, que por cierto ni he visto los cimientos de tan mentada construcción. Pero… nosotros no cantamos mal las rancheras en materia de defender nuestra supuesta actitud de “superioridad”, de esa que busca apartar a otros de los que conviven con nosotros por el simple hecho de considerarlos diferentes.

Ahí tenemos a los indígenas, a quienes peyorativamente les decimos indios, aparte los clasificamos de ignorantes, salvajes y de pendejos no los bajamos, ¡ah, pero eso sí! Queremos que los productos que nos venden en los semáforos y a las afuera de los mercados, nos los den a precio de lo que a ellos les cuesta la materia bruta con la que los hacen, así o más gandallas. Ridículamente, estas personas fomentan en nosotros ese jodido complejo de superioridad al llamarnos como estrategia comercial: “güeritos”. A veces ni rubios estamos, pero al escucharlo de su boca, como que lo sentimos un sinónimo de patrón, jefe o dueño y señor de alguien, ¡uta, esto me recuerda a la película “12 años de esclavitud”!

Pero no nada más aquellas personas de origen autóctono y vernáculo son clasificados como indios, también si alguien en lugar de tener el color de piel cafecita es de tez morena y si a ello se le agrega que su estatura no rebasa el uno cincuenta y la cabellera es como si se aplicará champú de Viagra, pues hasta experimentamos horror de entrar en contacto, por favor no es ningún roñoso o que tenga una enfermedad contagiosa, es un ser humano como tú y como yo, ya basta de evaluar entre nosotros el color de piel, el origen de procedencia, estrato social, forma de vestir, de hablar y comportarnos. Es momento de derribar los escalones de esa implacable pirámide social que todos habitamos y que nosotros mismos construimos, al fin de cuentas tochos semos hijos del petate y el metate en este nixtamal.

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