jueves, 15 de marzo de 2018

#elmundofuturo

Al caminar por las calles, rumbo a la chamba, realizo una dinámica con la cual intento romper la rutina, imaginando que soy una persona que viene del pasado –bueno, no estoy tan alejado de eso, si soy de la década de los sesentas–, que se asombra al ver a los demás hipnotizados por una cajita que portan en sus manos, a la que le platican, le sonríen hasta la carcajada, comparten lo que observan con quien va a su lado a pesar de que éste también trae uno, conducen coches y la caja idiota va pegada al volante, no importa las mentadas de madres de los demás conductores por el desorden que ocasiona al ir descuidando su transitar, lo valioso es lo que sucede en la pequeña pantalla del aparato enajenante.

Ahora las casas, además de tener bien barrida la fachada, deben de dejar limpio el techo para que se vean retechulas en el Google Maps, ¡con la pena cuando lo miren toditito lleno de ceniza volcánica y hojarascas! También, gracias a esta aplicación nos podemos ahorrar que nuestros familiares en Semana Santa nos salgan con la frase de Tourists Go Home, pos es más sencillo visitarlos desde estos mapas en la web a través de Street View y consultar sus actualizaciones en Facebook, bueno, siempre y cuando no le hayan puesto control parental.

En el siglo XXI las relaciones entre padres e hijos han mejorado gracias a Skype, pues mediante videollamadas se comparten tutoriales de YouTube sobre cómo perfeccionar la comunicación familiar. Las bibliotecas son cosa de la prehistoria, hoy la lectura se fomenta en los hilos de tuits. Ya nadie sale mal en las fotografías, lo único que falta es que inventen algo con que photoshopear la vida real. Los coches aún no vuelan, pero como si lo hicieran de tan veloces que se mueven, pero eso sí, los conductores siguen creyendo que los peatones son topes reductores de velocidad.

El símbolo de numeral que en mi época se utilizaba para identificar domicilios, ahora es una referencia donde confluyen ideas, las personas tienen infinidad de amigos que algunos nunca los han contactado de manera física, ¿y a eso le llaman red social?

Es una pena que a estas alturas de la historia el pop haya muerto y las actuales generaciones liberen su libido ante el sonido del reggaeton; poseer canciones, películas y fotografías es guardarlos en un drive, es decir, se tiene todo y nada a la vez, incluso hasta esa enorme herencia de la abuela en bitcoin. Las madres continúan concientizando a los chamacos sobre los despilfarros, pues he escuchado señoras decirle a sus retoños: ¡ándale acábate los megas, en África hay niños que no tienen! Mientras ellas realizan actividades deportivas en los simuladores del Wii.

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