jueves, 13 de julio de 2017

Los vecinos siempre en vigilia

Debido a la inseguridad que impera en la actualidad y como una forma de brindarse protección, vecinos de diversas colonias o fraccionamientos residenciales -para que no se me agüiten los nice-, han creado grupos de WhatsApp, en los cuales agregan -¡no manches! otro grupo más a los seis que tienen, que sin duda hará más lento el teléfono que un caracol practicando tai chí- a los inquilinos de cada hogar con el propósito de estar comunicados entre sí, pero lamentablemente cada cabeza es un mundo y existirán aquellos sujetos que se mantendrán en el anonimato, sin aportar nada, solamente lo utilizarán para fisgonear, criticar a los demás o en el peor de los casos hacer guasa de lo que ahí se comente, ¡pinches ojetes!

También entre esos chats es común fomentar el pánico, escandalizar y generar paranoia, mediante notas amarillistas tipo revista Alarma!, pues se intercambian mensajes con fotografías incluidas sobre modus operandi de robos, desmantelamientos de bandas delictivas, formas de extorsión de todo tipo y colores, personas desaparecidas que a veces resultan apócrifas e incluso todo aquel peatón será catalogado como sospechoso. ¡Uta! Esto me recuerda a la película de M. Night Shyamalan, conocida en nuestro país como La Aldea (The Village, 2004).

Otra táctica que utilizan con tal de evitar el saqueo de hogares por los cacos es colocar mantas en los diferentes ingresos a la zona donde habitan, con leyendas de advertencia, otra estrategia semejante es la pega de calcomanías sobre las puertas de las casas, donde también se espera inhibir las intenciones de los amantes de lo ajeno, lamentablemente en su analfabetismo obligado los pillos siguen saqueando hogares, por otro lado, algunos de esos textos de acuerdo con nuestro sistema de justicia prescriben en delitos de amenazas, razón por la cual las autoridades sancionan e incluso prohíben este tipo de acciones, en pocas palabras nadie debe hacer justicia por iniciativa propia, entonces apreciado lector olvídese de hacerle al macho alfa tipo Mario Almada, Charles Bronson o Clint Eastwood, pues hasta el bote me lo van a llevar si llega a ejecutar de forma textual lo que señala en sus rótulos.

Una estrategia más es la contratación de seguridad privada, o sea, ver que en tu barrio o fraccionamiento no nada más a los tecolotes emplumados rondar, también a los de carne, hueso y pellejos, los cuales pueden ser desde exmilitares tipo Soldado Universal, de esos que en sus currículos dicen saber jiu-jitsu, kárate y Kung-fu, hasta esos uniformados que solemos observar en las tiendas departamentales, solamente que cuando apañen al caco, este puede gritarles “tú no eres poli… tú no eres poli”, ¡híjole! Recordé a Rafael Márquez Gasperín, conocido en las redes sociales como Lord Audi, aquel tipo que le echó su auto deportivo a un ciclista, quien aludió al mismo argumento ante el oficial bancario, que lo intento retener, y se le escabullo.

Lamentablemente, mientras la inseguridad de nuestros hogares penda de un hilo, la integridad de cada uno de nosotros pueda ser dañada por cualquier individuo o simplemente alguien nos quiera despojar del escaso patrimonio que contamos, no tenemos más remedio que recurrir a las alternativas antes mencionadas y estar conscientes que los vecinos siempre en vigilia.

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