jueves, 15 de diciembre de 2016

Bajo los efectos del opio

Amanezco tempranito en la comodidad de mi jacal gracias a la tiznada tos que llega puntual a despertarme en lugar del ojete tono de la alarma del reloj; debido al cambio brusco de temperatura durante las primeras horas de la mañana mi voz tiene arrugas, entonces cuando alguien me escucha, se sorprende de lo tétrico que hablo. Estamos a 15 de diciembre, aún no concluye el año, mientras Facebook ya hizo en mi muro un vídeo que resume algunas de las actividades realizadas en esa red social – ¡ajum, qué aburrido! Pero tal vez para quienes me conozcan y no saben quién soy, le den like con tal de inflar ese pinche ego que tengo y continuar viviendo en la jodida ilusión de que lo ahí realizado es lo correcto.

Ya lo dijo el cantautor Andrés Calamaro, parafraseando una cita de Karl Marx, “el opio del pueblo es la telefonía celular y el internet”, pues eso de convertir en celebridades a una señora de Texas por el simple hecho de colocarse una máscara de Chewbacca, elevar a la gloria a un vendedor de empanadas y a una quinceañera potosina, que gracias a la invitación de su apá, puso en el mapa nacional a la comunidad donde radican, pos más de un millón de mexicanos se han anotado a acompañarla en la celebración que se desarrollará en unos cuantos días, ¿a poco? ¡Si los mejinacos ni semos gorrones! Ahora ya es sabido que además de los quince minutos de fama que brinda el tutuba… ¡Ah! Perdón es YouTube, ahora hasta hay quien patrocine ese tipo de mamarrachadas con una buena feria.

También en este 2016 que está por llegar a su fecha de caducidad, nos vimos enfrascados en el chanchullo de la realeza, o sea, la proliferación de lores y ladies, quienes además de exhibir sus patéticas vidas en la web, hubo algunos nada tarugos que aprovechándose de ello obtuvieron un buen de centavitos, para muestra ahí están Lady100Pesos y la poli en topless. Personajes que resultaron atractivos gracias a la mixtura de sentimientos amor-odio que nos inspiraban, pues a pesar de la indignación causada por sus actos, continuábamos como lelos queriendo saber más de lo que les iba a pasar, ¡pinche morbo! Tal parece que entre más alcance tenga la llamada era digital, el criterio racional se reduce, es decir, la ciencia evoluciona y el humano da un salto pa´ tras darwiniano.

En lo que respecta al celular, algunos continuamos bajo la hipnosis del wasap; hay también quienes invertimos parte de nuestro tiempo en realizar videos a los que llaman Mannequin Challenge, donde todos se quedan quietecitos, algo así como jugar a las Estatuas de Marfil, y por su parte el Pokémon Go, es una aplicación donde buscamos animales ficticios, mientras abandonamos a su pinche suerte a los reales.

A pesar de continuar bajo los efectos del actual opio, así como mirar con tristeza como más adictos surgen, la luz al final del túnel es la esperanza que para este 2017, en el próximo ciclo escolar quienes elaboran los Libros de Texto Gratuito, incluyan en los cuadernos de lecturas, fragmentos de canciones de Bob Dylan, ahora que ya es Nobel de Literatura, para que los estudiantes sepan que la respuesta está en el viento. Ya para finalizar, sólo les pido un favor, que en la noche vieja, o sea, el 31 de este mes, en lugar de sacar la fusca a tirar balazos, disparen la pistola de serpentinas que cuetea e ilumina, ese tipo de bulla es menos peligroso e incómodo.

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