jueves, 21 de enero de 2016

b×h/2

Los doctores Meredith Davis y James Roberts de la Universidad Baylor, institución bautista que se localiza en Waco, Texas, son los responsables de acuñar el concepto de phubbing que surge a raíz de un estudio donde el 46% de las parejas encuestadas consideran que el teléfono celular genera cierto distanciamiento durante los momentos de intimidad, entre otras estadísticas que argumentan las desventajas que este aparato produce a través de su exagerado uso. Esta nueva acepción se integra a partir de los vocablos de habla inglesa: phone que significa teléfono y snubbing que en castellano equivale a menospreciar.

El phubbing es en sí, esa manía de las personas de poner más atención al celular que a las conversaciones que se entablan con sujetos que están con ellos. Tal fenómeno es algo que ya se veía venir, pues esa desagradable descortesía de los ansiosos que cuando estás en plena reunión familiar, donde se supone es momento de convivencia, ellos están inmersos en la pequeña pantalla de su aparato, desconectados del entorno o lo más detestable, cuando alguien está a tu lado supuestamente llevando el hilo de la conversación, más de pronto suena el tono de los mensajes del WhatsApp, apresuradamente éste saca su aparato para mirarlo, destrozando totalmente la secuencia de la charla, pues lo más seguro es que una vez que lo vio, salga estúpidamente con la interrogante, “¿disculpa, qué me decías?” ¡Ah qué chintolo!

Como una forma de evitar esta pésima costumbre, en algunos empleos donde es necesario atender al cliente de forma personalizada, los patrones anteponen a sus empleados que los teléfonos móviles se guarden en un depósito especial que no les permita utilizarlos durante la jornada laboral. De igual forma, uno que otro padre o madre ha tomado la decisión de amputar el celular a sus hijos con tal de focalizar la atención de éstos hacia ellos –lo que nunca ha podido hacer el primo de un amigo, es que su mujer coloque el teléfono de una forma que cuando están charlando en lugar de verlo a él, su mirada continuamente repase la pantalla del aparato, situación que le hace pensar que para su pareja él se ha vuelto un fastidio y que el celular en sí es su válvula de escape al aburrimiento, situación que lo pone como agua para chocolate, o sea, ni se te ocurra tocarlo porque te derrite.

No te apachiches si eres víctima del triángulo sentimental ocasionado por el phubbing, recuerda que por ningún motivo presiones al interlocutor a que deje su teléfono mientras entabla una conversación, evita violentar la relación, mejor intenta concientizarlo de que previamente avise de que está esperando recibir información de suma importancia, pues no se trata de evitar su uso, simplemente es que éste no afecte la efectividad de una charla.

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