miércoles, 14 de agosto de 2013

Clima artificial

Por estas fechas es común que la mayoría de los empleados de oficina, tiendas departamentales y de autoservicio que cubren el turno vespertino ingresen puntuales o incluso hasta media hora antes de iniciar las jornadas a sus puestos laborales, el motivo es aprovechar la frescura que brinda el aire acondicionado y dejar encerrado en sus respectivos hogares el insoportable calor que nos regala el verano.

Claro que al regresar tendrán que aguantar el horno que les depara el interior de sus cálidas casas, haciendo trabajar horas extras al tísico ventilador que tristemente avienta un aire calientito, más esa es la realidad que les hace recordar que además de la frontera entre los países, también existe la división económica que separa la clase acomodada de los jodidos, pues los pudientes cuentan con aire acondicionado en sus habitaciones, mientras que los demás ni a abanico llegan, impulso que les hace aprovechar al máximo las horas de ambiente gélido que les refresca la faena.

Así como los trabajadores disfrutan del clima artificial, igual muchas personas generan los propios, es común que cuando
se va a tener visita en casa, los inquilinos se esmeran en dejarla impecable con tal de impresionar a los visitantes, ¿qué sucedería si llegasen de improviso? Pues lo más seguro se encontrarían a la señora viendo las telenovelas con la cara cubierta en crema de aguacate, el cabello lleno de tubos rizadores y sus sandalias tipo surf, los platos sucios de la comida en el lavatrastos, el bebé todo chamagoso, los niños mayorcitos haciendo los deberes escolares sobre los muebles de la sala con un laberinto geográfico de textos y cuadernos, ¡esa es la realidad sin maquillaje!

Los novios, esos tortolitos que destilan miel de amor no están exentos de crear un ambiente artificial, pues en un clima de romance cada quien intenta dar lo mejor de sí, lo que ignoran es que el entusiasmo por impresionarse mutuamente es como el resfriado, al principio se constipa, que son los meses en que cada quien intenta dejar una grata imagen de su persona y se vive todo atolondrado, pasado el catarro pasional, entran en un clima de confianza en donde paulatinamente se van quitando el disfraz de caballero y dama para dar paso a denotar quienes son en realidad y es aquí donde el amor juega un papel preponderante pues de éste dependerá si se continúa la relación sentimental o se fractura de tajo gracias a la decepción.

Es común que cuando en una escuela o lugar de trabajo se tendrá la visita de autoridades, los responsables de cada plantel adopten la estrategia de algunas empleadas domésticas como lo es esconder la basura debajo del tapete con tal de que la patrona no la vea, pintan las aulas cubriendo todo ese arte del graffiti que durante cierto tiempo los artistas invirtieron parte de sus apretadas agendas para realizarlo, los baños se limpian como algo insólito e incluso hasta gel antibacterial se coloca a la entrada, podan el césped erradicando así la jungla de quelite y colocan plantas de ornato donde nunca había.

Luego los inquietos alumnos incomodan a los directivos al cuestionarlos sarcásticamente sobre el porqué eso no se hace todos los días, ¡y vaya que tienen razón! Creo que no es necesario impresionar a los externos a sabiendas que ellos estarán unas cuantas horas y luego se marcharán, lo importante es tener siempre un ambiente así, para que de tan agradable den ganas de permanecer ahí todo el tiempo que sea necesario.

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