miércoles, 14 de septiembre de 2011

Dos días

Uno de los últimos filósofos del siglo veinte, el español Fernando Savater, en entrevista hecha por el periodista Juan Arias, afirmó que la muerte existe por la simple razón de que existe el sexo, entonces esto significa que si tendemos a reproducirnos, igual existe la tendencia a ser exterminados. Pues como es sabido, cada ser humano es gestado en el éxtasis del sudor por darle gusto al cuerpo; en el prohibido intercambio de fluidos un audaz y hábil esperma se gana el derecho a la vida, ingresando al generoso vientre del óvulo, dejando a sus iguales convertidos en espermatozaurios, es decir, al borde de la extinción.

Tal hecho, creo debiéramos considerarlo como el primer día en la vida, porque la mayoría de las personas ni lo toman en cuenta, todos optan por festejarse el día que se manifestaron dando un gran berrido, a consecuencia de la nalgada del galeno, olvidándose por completo de los paradisíacos nueves meses que se estuvo viviendo en el vientre de cuna de mamá, recibiendo alimentos a través del ombligo, nadando en turbias y malolientes aguas, así como decodificando mensajes del exterior.

Además el día de nuestra gestación, fue la primera vez que nos ganamos la vida, tiempo después lo haremos miles de veces con tal de sobrevivir, ya sea motivados por algún satisfactor, cierta persona o como dice la canción, por orgullo simplemente. Al único que si le conmemoran su gestación es al hijo del Dios de los cristianos, si mal no recuerdo es el 25 de marzo, mientras los mortales, hemos preferido festejarnos el día que nacemos, es más, nos esmeramos por socializar la fecha de nuestro nacimiento, buscando intercambiar aprecio y aprobación de los demás por nuestra mejor celebración, invirtiendo en esa fiesta muchas veces lo que no se tiene.

El segundo día, muchos lo consideran el más triste, pues es al día en que morimos, cuando dejamos de existir, bueno, es considerado triste solamente por lo que se quedaron vivos, pues el difunto imagino ni consciente está de que murió, y por lo tanto no va a poder disfrutar de las mieles de la vida, entonces no existe razón alguna de preocuparse por lo que dejó; en lo personal para no tener la idea de que la muerte representa dolor y tristeza, prefiero aceptar la ideología que el escritor escocés James Matthew Barrie imprimió a su personaje del Capitán Garfio, donde este considera la muerte como la última aventura que nos resta por vivir, pues hasta la fecha nadie sabe lo que le sucederá al morir.

Para otros existirán dos días distintos a los míos, como la fecha cuando conocieron el amor y lo perdieron, su primera vez en algo y el último, más si estamos consciente de la existencia de esos dos días tan importantes, pero que pasan desapercibidos, ya sea por ignorancia, conveniencia o temor, más nos vale tomarlos en consideración y cada mañana al levantarnos del catre lo hagamos como si empezáramos a vivir, satisfechos de continuar en este planeta; de igual forma al acostarnos deberíamos de estar agradecidos por los momentos que respiramos y de que nuestro corazón continúa latiendo, pero conscientes de que tal vez mañana sea el último.

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