miércoles, 18 de junio de 2008

Preso de las Redes Sociales

La Internet es la frontera infinita, la aventura máxima, algo a la medida del humano moderno, bajo tal primicia, el sujeto no escatima oportunidad ni esfuerzo en su afán de ser reconocido socialmente, y para ello pone a disposición de las masas su perfil personal, más en la mayoría de los casos esos perfiles no son reales, lo cierto es que en algún punto de nuestra vida deseamos ser otra persona, y para dar rienda suelta a nuestra imaginación nos inventamos el ideal que creemos ser y lo ponemos a disposición en alguna de las redes sociales que pululan en la web.
Las redes sociales nacen con el objeto de intercambiar aspectos como pueden ser financieros, amistades, relaciones sentimentales y hasta sexuales o simples rutas para acortar distancias; como producto de ellas se desprenden diversos medios de interacción por ejemplo los juegos en línea, salas de chats, foros y blogs. De acuerdo al número de usuarios, las más conocidas y utilizadas son hi5 (500 millones), MySpace (200 millones), facebook (70 millones) y MetroFLOG (50 millones).

En ellas es común depositar características personales como la edad, sexo, complexión física e intereses individuales que pueden ser de tipo religiosos, educacionales y preferencias sexuales; el riesgo que se corre con estos medios es la exagerada difusión de información y el contagio de enfermedades a las máquinas por el sistema en donde se ejecutan.

Los interesados en formar parte de estos medios requieren de una cuenta de correo electrónico, de igual forma pueden participar en una o más redes sociales. Una vez integrado pueden acceder a toda la información que se haya depositado en las demás, siempre y cuando sean aceptados por los contertulios; allí podrán encontrar textos, fotografías, música y videos personalizados, además existe una red interna de mensajería que permite la comunicación directa, y un buscador interno, que facilita el tránsito a otros usuarios, lo que trae consigo el incremento de contactos.
Para algunos el simple hecho de generar su propio espacio en una red social los hace sentirse dioses, pues con un simple clic, deciden entre dejar vivir a alguien dentro de su micro mundo o eliminarlos para siempre, con la eterna maldición de la ignominia. Además se inventan nuevas peculiaridades, a través de las cuales intentan aparentar lo que siempre han querido ser o piensan que así son; razón por la cual serán bienvenidas todas las zalamerías que se les atribuyan, pero hay de aquel detractor que escriba un comentario negativo sobre su perfil, más le valiera no haber nacido.

En su nefasto afán de aparentar ser un manojo de virtudes agradables y simpáticas, exhiben a sus familiares y amigos –algunas veces sin su consentimiento o aprobación-, automóviles, fachadas de casa incluyendo el domicilio, los lugares de esparcimiento a donde suelen ir a divertirse y lo que resulta más terrible detallan los días que se ausentan del hogar para ejecutar tales actividades; contribuyendo con ello a ahorrarle tiempo, dinero y esfuerzo a secuestradores y ladrones, pues con tal cúmulo de pesquisa para que los vigilan afuera de sus hogares, sólo basta conectarse a la red y espiar a sus víctimas día a día, según la actualización que hagan de su sitio.
Otro lamentable hecho es que mediante el uso de estas tarjetas de presentación virtual, la redacción es a veces un insulto a la ortografía, una infame aberración; pues utilizan una serie de clichés ortográficos que indudablemente contribuyen a desmesurar nuestro idioma.
Estoy de acuerdo en que la juventud se divierta creando sus propios espacios de interacción dentro de estas redes, pues están en la difícil etapa del camino a la originalidad, por lo tanto es común recurrir al auxilio de un álter ego, luego con el paso del tiempo irán adquiriendo su identidad propia o bueno semi-propia; pero que un adulto se deje alienar por ellos, queriendo comportarse como un adolescente cuando utiliza estos medios, honestamente cae en lo patético y ridículo. Pues hay que tomar en cuenta que para el adolescente la vida es una broma constante, más cuando un adulto es enajenado por un chico, hay que tener cuidado de ese sujeto pues se ha comprobado que el abuso de la doble identidad a veces hace de la vida real del individuo una sátira.
La necesidad de aceptación social es normal, yo diría que ordinaria, todo mundo la experimentamos, no la soltamos ni nos suelta, pero creo que ya se llegó a grados exagerados, por ejemplo correr el riesgo de que algún sujeto con trastorno bipolar vea tus fotos e información publicada en uno de estos sitios, y que se vaya adentrando a tu privacidad, resulta peligroso en verdad.
Hemos llegado al extremo de cosechar tanto estrés como producto de nuestras inseguridades, resultado de esa maldita inconformidad con nuestra persona que nos conduce a niveles desesperados, reconozco que hay mucha presión alrededor, y en lugar de salirnos de ella, nos sumergimos cada vez más, algunos claro, nos creamos un personaje y dejamos al verdadero yo alejado de la infame caterva. Podemos alegar que es la presión social y el deseo de pertenecer a un grupo, pero porque siendo como otra persona o queriendo ser de otra forma a la que realmente somos. Ante tal auto engaño uno sólo debe limitarse a respetar y punto, en el sentido de que es su problema, no debemos ponernos en la posición de ser un espejo y querer aceptar a la persona como se imagina que es, más bien ser tolerante como creemos que es para nosotros.
Por otro lado hay que evitar caer en la idea de que si somos “originales”, sin dejar de mentir, nuestros contactos nos van a apreciar aun más. En la vida real es más probable que cinco personas que han interactuado con nosotros por algún tiempo, puedan describirnos socialmente, pues uno al hacerlo mentiría acerca de sí mismo, he aquí la razón del como quisiéramos que nos percibieran los demás, y no como somos realmente; claro que es mejor comenzar a conocerse que nunca empezar, y lo más importante atreverse a ver nuestra idiosincrasia, exorcizando prejuicios en lugar de que los internautas se vayan enterando a cuenta gotas, y en algunos casos terminen odiándonos.
El impacto cultural de los sitios de interacción social, es algo que no podemos evadir, a pesar de que ese universo abstracto sea una absurda forma de manifestar la necesidad de autodefinición y lo que es peor al fin de cuentas termine por aislarnos del mundo real.
Nota: A todos mis conocidos les pido que sean tan amables de agregarme a su lista de top friends, si lo hacen serán recompensados con su respectivo gift.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola... generalmente te leo en el Comentario y es la primera vez que lo hago aquí. Desconocía este rincón. Mi comentario (además de la consabida felicitación por tus textos, que son fiel reflejo de tu personalidad) va para corregirte un error ortográfico. En donde escribes: "hay de aquel detractor que escriba un comentario negativo sobre su perfil", la primera palabra es incorrecta... hay es del verbo haber... la interjección que indica dolor se escribe !ay!. usualmente tu ortografía es más impecable que tu redacción, por eso me extraña ese error. Te lo señalo por simple "deformación" profesional. Se te aprecia, muchachote! Que tengas buen día. ¡Ciao!